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Infojus Noticias

4-9-2015|7:15|Sitio de memoria Nacionales
Relanzaron la editorial que había dejado de funcionar tras la intervención

Renace una biblioteca popular que la dictadura quiso desmembrar

Es la Constancio C. Vigil, que hoy será señalizada como sitio de memoria. Fue modelo por el proyecto socio cultural que significó durante décadas en la ciudad de Rosario. En 1977 fue intervenida por las fuerzas represivas. Ocho integrantes de la comisión directiva y más de 20 socios, empleados, docentes y alumnos fueron secuestrados y torturados. Muchos de ellos permanecen desaparecidos.

  • Foto: http://sociosactivosvigil.blogspot.com.ar/
Por: Julieta Benedetto

La Biblioteca Popular Constancio C. Vigil funcionó en su sede de Alem 3078, en la ciudad de Rosario, desde fines de 1950 hasta 1977, momento en que fue intervenida por fuerzas militares, dentro del marco del denominado Operativo Claridad, con el que el terrorismo de Estado quemó más de veinte toneladas de libros. Hoy los vecinos festejarán la señalización del lugar como sitio de memoria. Este acto se enmarca en la recuperación llevada adelante por la comisión directiva de la biblioteca, por socios del proyecto social y cultural, así como por la Dirección Nacional de Sitios de Memoria, las secretarías de Derechos Humanos de la Nación y de la provincia de Santa Fe. 

“El de la biblioteca fue uno de los proyectos de educación popular más importantes del país. Contaba con escuelas primarias y secundarias, una universidad popular, cursos de oficios gratuitos, cientos de talleres de artes, un observatorio astronómico, un museo de ciencias naturales, una editorial -que imprimió 92 títulos-, un club, talleres de herrería y carpintería y hasta una empresa constructora con la que hicieron obras viales. Tenían proyectado hacer viviendas sociales también, pero ese proyecto quedó trunco con la dictadura”, contó a Infojus Noticias Celina Duri, actual presidenta de la comisión directiva, que está integrada por 17 miembros. Su papá, Augusto Duri, fue presidente  de la comisión al momento de la intervención, en 1977. Su mamá, Antonia Frutos, era vocal y una de las encargadas de la parte pedagógica del proyecto. Y su tío Raúl Frutos, el director de la biblioteca.

La biblioteca tuvo origen en 1933 y adquirió autonomía a fines de 1950. En pocos años, se convirtió en una organización popular autogestionada gracias a la implementación de rifas en cuotas que fueron un éxito: los premios incluían Torinos y viajes por el mundo . En 1968 contaba con 3.500 empleados como vendedores y habían adquirido propiedades en Santa Fe, Mendoza, Córdoba, Buenos Aires, y hasta 21 hectáreas frente al Paraná, en Villa Gobernador Gálvez, con playa, canchas de fútbol, parrilleros, camping. Todo eso se perdió con la intervención.

El 25 de febrero de 1977, bajo el mando del capitán de Corbeta Esteban César Molina, con la excusa de normalizar la situación económica, la biblioteca fue intervenida. Ocho integrantes de la Comisión Directiva fueron secuestrados y torturados en el centro clandestino de detención conocido como El Pozo, dependiente del Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario.

Días después, las doce escuelas extracurriculares y los cursos de capacitación fueron cerrados, se clausuró el servicio bibliotecario y se cancelaron todos los talleres de producción, la Caja de Ayuda Mutual, la guardería y el centro materno infantil. Más de una veintena de socios, empleados, docentes, cooperadores y alumnos fueron secuestrados entonces, algunos fueron asesinados y otros permanecen desaparecidos.

La investigación sobre lo que pasó

En 2004, luego de años sin lograr que sea restituido el edificio donde funcionaba la biblioteca, empezó a funcionar una Asamblea de Socios por la Recuperación de la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil. Así lograron la restitución de la personería jurídica en 2012 y, un año después, la restitución de la sede. A su vez, avanzaron en la investigación de lo que había pasado durante la intervención, para determinar las responsabilidades de los que participaron del saqueo.

El caso de la Vigil forma parte de la causa Feced, sobre las personas que fueron secuestradas y torturadas. “No dejaron que la institución se presente como querellante. Entonces el juez abrió una investigación por delitos económicos cometidos en el marco de crímenes de lesa humanidad. El delito económico como parte del genocidio para no dejar huella de la producción cultural de un grupo”, explicó Duri. Para esto fue muy importante la participación de Natalia García, investigadora becaria del Conicet, docente de la UNR y autora de El caso Vigil. Historia sociocultural política y educativa de la Biblioteca Vigil (1933-1981). “Ella sistematizó la investigación y aportó muchísimo a la causa, tanto que su declaración duró ocho horas”, contó Duri.

En febrero de 2014 se reabrió la biblioteca y a partir de entonces, la comisión directiva lleva adelante la tarea de recuperar los socios y la participación vecinal en este proyecto modelo que se intentó destruir, pero sobrevivió.  Lo demuestra el trabajo que realizan junto con 1500 socios activos y el relanzamiento de la rifa. “En menor escala”, aclara Duri.

El libro desaparecido

Una de las acciones más importantes de este proyecto es relanzamiento de la editorial de la biblioteca. El mes pasado se lanzó el primer título, que es una reedición de “El fusilamiento de Penina”, del escritor rosarino Aldo Oliva. Duri cuenta: “Este libro estuvo desaparecido. Cuando Vigil tenía toda la tirada, se produjo el golpe. Entonces no salió a la venta. Suponemos que los quemaron. Oliva no tenía los originales porque los había perdido”.

En 2004 la los hijos del escritor se juntaron con la asamblea, y volvieron a buscar el libro desaparecido. El protesorero de ese entonces encontró una caja que tenía escondida y olvidada: “Un libro sin tapas, que era el de Aldo, quien ya había fallecido. Los hijos lo editaron en Barcelona y ahora nos dieron todos los derechos”, cuenta Duri.  

En la Vigil actualmente también tiene sede la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Es un proyecto abierto, con una única condición: que la gente se asocie.

JB/RA

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