Nicolás Vázquez se llevó una camiseta de fútbol de un local de Lanús y salió corriendo. El comisario Héctor Amarilla, de la comisaría 2, lo persiguió y finalmente lo mató a tres cuadras de allí. Una cámara de una inmobiliaria lo filmó en vivo y en directo. El policía está prófugo.
El 25 de septiembre de 2013 Nicolás Vázquez, de 18 años, se llevó una camiseta de fútbol de un local de Lanús y salió corriendo. El comisario Héctor Amarilla, de la comisaría 2, lo persiguió y finalmente lo mató a tres cuadras de allí. Nadie se hubiera enterado si no fuera porque una cámara de seguridad de una inmobiliaria, ubicada en la esquina de Oncativo y Margarita Weild, lo filmó en vivo y en directo. En las imágenes, se lo ve a Nicolás trotando por la vereda. Vestía una una campera blanca. Detrás suyo, apareció el comisario, de civil. Tiempo después, le dispararía en la carótida.
La causa, en un principio, se caratuló como “Vázquez, Nicolás, sobre robo”. La versión que dio Amarilla fue la que creyó el fiscal durante varios meses: según él, se encontraba en la zona cuando se enteró de un robo a mano armada en el local deportivo, vio al chico armado, lo persiguió, y Nicolás le gatilló. El comisario dijo que ejerció la legítima defensa. Por tal motivo,le apoyó su arma reglamentaria en la carótida y disparó.
Pero la versión no duró demasiado. Por los dichos de los testigos y lo que reveló las cámaras de seguridad, se supo que Amarilla había mentido: el chico no estaba armado, el policía de civil salió del mismo local y lo siguió tres cuadras. Nicolás se detuvo para entregarse, Amarilla se acercó, lo agarró de la campera, le apoyó el caño del arma en la carótida y disparó. Después simuló revisarlo, sosteniéndolo en el aire cuando ya estaba muerto. Minutos después abandonó la escena, pero la secuencia no terminó allí. El comisario regresó más tarde con una pierna herida y una segunda arma, que la “plantó” diciendo que era de Nicolás. Luego se comprobó que el arma, de número limado, pertenecía a otro policía.
Según consta en la causa judicial, Vázquez salió de su casa el 25 de septiembre de 2013. Se encontró con unos amigos en el centro de Lanús, en el conurbano bonaerense, para ir a almorzar a un local de comidas rápidas pero antes decidió mirar unas zapatillas en un comercio de venta de ropa deportiva, sobre la peatonal 9 de Julio. Faltaba poco para las tres de la tarde. Entró, miró las zapatillas y se fue para el probador con tres remeras. Salió, dejó dos sobre el mostrador y encaró hacia la puerta pero al cruzarla sonó la alarma y empezó a correr. Detrás de él fue Amarilla, quien sumaba horas al sueldo en ese local.
Amarilla lo corrió dos cuadras por Oncativo, que corta 9 de Julio. Al llegar a la esquina con Margarita Weld, la cámara de seguridad de una inmobiliaria muestra que Vazquez corre sin armas. Y atrás va Amarilla, quien hace el primer disparo -ahí los investigadores recogieron una vaina-. También los vio un hombre que hacía tareas de albañilería y confirmó que Vazquez corría sin armas en la mano.
Ante la prueba recolectada, que demostraba que Amarilla apoyó el arma en el cuello del joven y disparó, el fiscal Nicolás Kazewsky, de la UFI 8 de Lomas de Zamora, consideró necesario pedir la detención. La medida fue avalada por el juez de Garantías 3 de Lomas de Zamora, Gustavo Gaig. En efecto, el fiscal cambió la carátula de la causa por “homicidio” doblemente agravado por alevosía de un adolescente. Amarilla está prófugo desde hace diez días: tiene captura nacional e internacional.