Lo dice el periodista Daniel Riera, codirector junto a Mauro Gómez del documental “Un paisaje de espanto”. El film visibiliza y denuncia casos de violencia institucional en manos de la policía de Chubut. Hace foco en el crimen de Gonzalo Julián Antillanca, muerto en 2010.
“Lo que se ve es una sensación de impunidad grande donde los chicos jóvenes son las víctimas”, dice el periodista y escritor Daniel Riera, que junto a Mauro Gómez dirigió el documental “Un paisaje de espanto” en el que se indaga sobre la violencia policial en la provincia de Chubut. El film, que ya se vio en Trelew, será estrenado mañana en el cine Gaumont de Buenos Aires.
Se escucha un violín de fondo. En la imagen se ve a un grupo de chicos que baila alrededor de un fuego. Bailan cumbia y toman cerveza. Entre ellos está Julián Antillanca. Se lo ve contento. Es su última imagen vivo. Su cuerpo apareció días después en una calle, muerto. Julián fue golpeado en la madrugada del 5 de septiembre de 2010 por cuatro policías provinciales, en Trelew. Los golpes en el cuello y en la cabeza le causaron un paro y el joven murió. La versión policial intentó atribuir la muerte a un coma etílico. “Julián era una persona con una vida, con un futuro, con sueños, y todo eso le fue arrancado, arrebatado”, dice su padre, Carlos Antillanca, en el documental.
Los mismos policías que golpearon a Julián, horas antes, habían sometido a una golpiza a los hermanos Sergio y Denis Aballay a la salida de un boliche. Ambos denunciaron lo ocurrido y los agentes tuvieron una condena leve por apremios ilegales aunque en el juicio fueron absueltos por el crimen de Julián. Los Aballay fueron fusilados luego, a principios de 2014. La causa llegó a la Corte Suprema, que confirmó la realización de un nuevo juicio, tal y como lo había decidido el Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Chubut.
“Es una película hecha sobre algo que está sucediendo ahora”, explica Riera a Infojus Noticias. Y se esperanza porque el documental “sirva como una herramienta de presión” para el nuevo juicio a los policías, que comenzará el lunes próximo. “Lo que se ve es una sensación de impunidad grande, donde los chicos jóvenes son las víctimas. Hay saña física”, dice Riera. “A uno lo prenden fuego y a otro lo cagan a trompadas hasta matarlo”, agrega. Y destaca que hay un hilo común: “Todos son jóvenes y pobres”.
Las máscaras y el miedo
Un paneo por distintos momentos del documental deja entrever la lucha de los familiares de los jóvenes que sufrieron en carne propia la violencia institucional de la policía de Chubut. Riera rescata el trabajo de la Comisión contra la Impunidad y por la Justicia. “Es como si fueran las Madres de Plaza de Mayo, pero ahora”, dice.
“Ni un pibe menos” se lee en un cartel colocado en un poste de luz. “Alerta, comisaria de la muerte”, dice otro. Una marcha de familiares se dirige a la comisaría 2° de Trelew. Un dato llamativo: todos los participantes de la marcha van con una máscara blanca que les tapa la cara. “Van con máscaras por una cuestión de miedo”, explica Riera y recuerda que “en la Universidad Nacional de La Patagonia, el juez de la causa y uno de los abogados de los policías dan clases de Derecho Penal”.
“Un paisaje de espanto” ya fue estrenado en la ciudad de Trelew. Las primeras cuatro funciones se hicieron en el Centro Municipal Cultural de esa ciudad y fueron a sala llena en una sala con lugar para 125 personas. Se realizaron dos funciones el viernes 17 y otras dos el sábado 18. Las primeras reacciones sobre la película son “muy fuertes”, cuenta Riera: “Había gente llorando, que quería multiplicar la película. El impacto social en Trelew es muy grande”.
La película se rodó en diciembre del año pasado y a fines de marzo de este año se terminó el montaje. Riera recuerda que mientras terminaban el trabajo de la película sucedió el caso de Mauro Castaño, que murió luego de sufrir quemaduras en una comisaria. Al igual que los crímenes anteriores, lo habían “levantado” policías provinciales en una zona de boliches de Trelew.
Como el caso Antillanca, la policial de Chubut tiene una historia de irregularidades y violencia. La película menciona otros casos: la desaparición Iván Torres (en 2003), el asesinato de Bruno Rodríguez Monsalves (2012), la violación y golpiza a Maximiliano Almonacid (en 2012), Andrés Gastón Vargas (2013) y el fusilamiento de Denis y Sergio Aballay (2014). Y los nombres siguen. “Un paisaje de espanto” intenta ser el vehículo para visibilizar algo que, como dijo Riera, “sigue sucediendo”.
El documental se estrena mañana jueves a las 19.10 en el cine Gaumont, Espacio Incaa, en Avenida Rivadavia 1635.
GA/RA