La Cámara Penal de Morón dispuso la semana pasada que el sacerdote fuera detenido, pero recién cuando la condena quede firme. Lo mismo había decidido el tribunal que lo condenó en 2009 a 15 años de prisión, por dos casos de abuso. Grassi puede apelar.
En 2009 el cura Julio César Grassi fue condenado a 15 años de prisión por abusar de dos menores. El sacerdote solo cumplió dos meses de prisión domiciliaria y salió porque su condena no está firme. El jueves pasado, la Cámara Penal de Morón dispuso que sea detenido pero el fallo no es lo que parece: dice que será apresado cuando la condena “quede firme”. “Desde el punto de vista procesal, es una satisfacción porque la justicia hizo lugar a mi pedido. Pero desde el punto de vista práctico este sujeto queda libre. Hay una parte de la resolución que lo invita a que apele a este pedido de detención”, explicó a Infojus Juan Pablo Gallego, representante del Comité Argentino de Aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CASACIDN), uno de los particulares damnificados.
La resolución dice que Grassi quedará detenido como máximo en 20 días. Pero en el tramo final del texto explicita que esto sucederá cuando la resolución “quede firme”. La justicia le dio la oportunidad de apelar a esta detención, por lo que seguirá libre.
“Nada asegura que se logre apresarlo de forma inmediata. Si la defensa de Grassi recurre a esta medida, va a seguir en libertad. Y mientras la Corte Suprema de Justicia bonaerense no resuelva dejar firme la sentencia de 2009, también va a seguir libre. Estas contradicciones son una cuestión repetida en esta causa”, dijo el abogado.
La causa Grassi tiene ya once años. Gallego sostiene que en ese tiempo la justicia tuvo un tratamiento diferencial con el cura. “Este tipo de resoluciones engañosas siempre aparecen dictadas en esta causa. No aparecen en un caso de abuso sexual ordinario. Un condenado por abuso sexual es detenido directamente. Una orden de detención se ejecuta, no se recurre ni apela”, remarcó Gallego.
La causa contra el cura se inició en 2002, a raíz de una investigación que incluyó una cámara oculta. Diecisiete chicos de la Fundación Felices Los Niños acusaron a Grassi en 2009, en un juicio oral y público, de someterlos a abusos sexuales. El sacerdote fue condenado por sólo dos casos. La fiscalía había pedido 30 años de prisión, y la querella 37 años. El tribunal lo condenó a 15 años. Grassi, por estas movidas procesales, sigue libre.