El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, destacó la tarea del Registro Nacional de Armas. Fue durante un acto en el cual se anunció la destrucción de otras 20 mil piezas. De esta manera, sumarán 292.366 unidades inutilizadas desde 2003.
El Registro Nacional de Armas (RENAR) anunció hoy durante un acto oficial la inminente destrucción de 20 mil armas de distinto calibre y procedencia, algunas secuestradas durante operativos policiales, otras producto de entregas voluntarias. De esta manera suman 292.366 las armas eliminadas desde 2003 y desde el organismo estimaron que antes de fin de año sacarán otras 80 mil de circulación. Del acto, realizado en el Banco Nacional de Materiales Controlados (Banmac) del RENAR, participaron su titular, Matías Molle; el gobernador bonaerense, Daniel Scioli; el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el ministro de Justicia de la Nación, Julio Alak, su par provincial, Ricardo Casal, y el secretario General de la Presidencia, Eduardo De Pedro.
El Banmac, una mole de dos mil metros cuadrados y techos de concreto, vivió un clima festivo en la previa al anuncio: sonaba Pappo en los altoparlantes y las cincuenta personas que esperaban el desarrollo del evento se distraían con el contenido de una de las 10 cajas hechas de pallets de madera. “Esa es una FMK3 de fabricación nacional, esa es una Máuser. Ah, la que está allá es una Bersa”, explicó un agente de la Policía Federal, encargado –junto a la Gendarmería- de custodiar el predio ubicado en General Manuel Savio 1700, en la localidad bonaerense de Miguelete, Partido de San Martín.
También había rifles largos que recordaban a las películas de viejo oeste; revólveres y pistolas, y otras tan pequeñas que parecían de juguetes. Estaban separadas por origen: un precinto blanco para las que fueron entregadas voluntariamente y una etiqueta adhesiva para las secuestradas en situaciones delictivas. Todas morirán, en términos estrictos, recién este lunes cuando serán aplastadas por una trituradora gigante en Campana. Durante el proceso se separa la escoria de la parte ferrosa, que va a un horno de fundición. El resultado será donado a una entidad de bien público.
Los ejes principales
“Esto ayuda a crear conciencia sobre el desarme. Que sepan los que tienen armas ilegales que es un pasaporte a la cárcel. Pero no queremos que se llenen las cárceles, queremos vaciar las calles de armas”, aseguró Scioli, secundado también por el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis.
El mandatario remarcó que “sin armas no hay salideras bancarias ni robo de automotores, entre otros delitos” y felicitó a los responsables del RENAR porque “estos programas le dan una gran contención a la ciudadanía”. Luego dijo que “el desarme de los delincuentes y la lucha contra el narcotráfico son los ejes principales para luchar contra la inseguridad”.
Por su parte, el ministro Alak dijo a esta agencia que “el desarme civil es un paso preventivo importantísimo para mejorar la seguridad en Argentina; las armas no pueden estar circulando por la calle sin que las use la gente correspondiente”.
“Las estadísticas señalan que un 55 por ciento de los homicidios se producen entre personas conocidas; dentro del seno familiar, el grupo de trabajo. Si no estuviera el arma en el lugar, se cambiaría la calidad del delito. Además, si hay una en la casa y entran a robar, los delincuentes también se la llevan”, advirtió.
Matías Molle, titular del RENAR, explicó a Infojus Noticas que con esta nueva destrucción de “son veinte mil posibilidades menos de que estas armas le quiten la vida a alguien. Contar con un depósito de estas características ayudó a acelerar mucho porque sirve para traer armas de todo el país y procesarlas de manera más rápida”.
“Nuestro objetivo es destruir estas armas que son vectores de violencia. El programa de entrega voluntaria influyó mucho en este sentido porque ha instalado la idea de que las armas no son algo inocente. Es una batalla cultural a largo plazo. Es claro. Hay mucha más posibilidades de perder la vida con un arma que sin ella”, agregó.
El Banco
El Banmac fue inaugurado el martes 28 de abril por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y desde entonces tiene en resguardo las armas secuestradas por las Fuerzas de Seguridad y las decomisadas en procesos judiciales del territorio nacional; además de las recolectadas por el Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego. Tiene una capacidad para almacenar cerca de 100 mil armas. También posee un área para la destrucción directa e inmediata de armas de fuego.
Con esta nueva eliminación ya suman 292.366 las armas destruidas en los últimos años. Sólo gracias al plan de desarme voluntario, activo desde 2007, se recibieron 170.307 armas y 1.392.304 municiones; todo de manera anónima y voluntaria a cambio de un incentivo económico. El pago por la entrega puede ir desde los 25 centavos por munición hasta los 2 mil pesos, según el calibre y el tipo de arma.
El plan de desarme voluntario
En enero de 2007, el Congreso aprobó la creación del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego y dictó la emergencia nacional en materias de armas de fuego a través de la Ley 26.216
El plan de desarme voluntario cuenta con un reconocimiento internacional. Durante la celebración de la Semana del Desarme en octubre de 2013, la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas (UNODA), el Consejo Mundial del Futuro y la Unión Interparlamentaria (UIP) distinguieron a la iniciativa del Ministerio de Justicia argentino con el premio "Future Policy Award 2013". El jurado destacó que "una política sostenible demuestra que el cambio positivo es posible cuando hay voluntad política".
Un estudio realizado por la Universidad de Lanús señala que, entre 1990 y 2008, en Argentina la franja etaria que concentró la mayor cantidad de muertes por armas de fuego es la que va de 20 a 29 años: 15.462 fallecimientos registrados, en el 85,7% de los casos las víctimas fueron hombres.
De acuerdo a la Ley 26.216, el plan tiene como objetivos la disminución del uso y proliferación de armas de fuego y municiones; la reducción de accidentes y hechos de violencia ocasionados por el acceso y uso de armas de fuego; y la sensibilización acerca de los riesgos de la tenencia y uso de armas. También se plantea la promoción de una cultura de no violencia y resolución pacífica de conflictos que desaliente la tenencia y uso de armas de fuego.
En la Ciudad de Buenos Aires se puede realizar una entrega anónima en la sede central del RENAR, en Bartolomé Mitre 1465. También circulan puestos móviles y otros puestos fijos en la provincia de Buenos Aires y el resto del país.
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