Los obreros de la Cooperativa Gráfica Mom se concentraron frente al Juzgado Comercial Nº 5, a cargo de Fernando Durao. Se reunieron con el juez y le pidieron que les conceda la continuidad productiva de la ex Lanci Impresores, que quebró hace 20 días.
Los trabajadores de la Cooperativa Gráfica Mom se concentraron este mediodía frente al Juzgado Comercial Nº5 de Avenida Roque Sáenz Peña 1211, a cargo de Fernando Durao, para exigir al juez que les conceda la continuidad productiva de la ex Lanci Impresores S.R.L., en quiebra desde hace veinte días. El conflicto comenzó en 2009, cuando Christian Langenheim, propietario de Lanci, dejó de pagar los salarios y entró en concurso preventivo. Desde ese entonces, 16 familias permanecen en vilo porque dependen de la actividad de la imprenta.
Durante el concurso, Langenheim volvió a pagar los salarios y logró recomponer la producción, hasta que en mayo de este año volvió a trastabillar y dejó de acreditar los sueldos. Un acreedor pidió la quiebra, y eso habilitó a los trabajadores a organizarse en forma cooperativa, para pedir que la custodia de las herramientas e insumos de la fábrica queden a su cargo. “Nuestra prioridad es proteger los puestos de trabajo”, puntualizó Telésforo Gallardo, presidente de la cooperativa, a Infojus Noticias. Si la continuidad productiva se le concediera a la cooperativa, podrían proponer un plan de negocios y proyectar la adquisición de la gráfica en el mediano o largo plazo.
La posibilidad de tomar el control de la empresa fue habilitada legalmente por la reforma de 2011 a la normativa de concursos y quiebras, a través de una propuesta enviada desde el Poder Ejecutivo. En aquel entonces, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner festejó la incorporación de tres artículos a la ley afirmando que “la Argentina es una gran fábrica recuperada”. La normativa actual está signada por un alto contenido social que prioriza la conservación de los puestos de trabajo, antes que el pago de los créditos a los acreedores –si eso significa el desmantelamiento de la empresa-.
El juez Durao, según explicó Gallardo, viene haciendo caso omiso al pedido de los trabajadores. Durante la concentración, en la que estuvieron presentes otros miembros de la Unión Productiva de Empresas Autogestionadas (UPEA) y otros referentes del movimiento cooperativo, el juez recibió a los trabajadores. “Fue la segunda vez que hablamos con él, pero no lo notamos muy convencido”, detalló el titular de la Cooperativa Mom, que también aclaró que se demoró mucho tiempo en decretar la quiebra. Los trabajadores recibieron el respaldo de la Red Gráfica Cooperativa, la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar) y Federación de Cooperativas de Trabajo (Fecootra), entre otras instituciones.
Pablo Ríos, miembro de la UPEA, dijo que “es muy difícil para los trabajadores atravesar momentos como este”, y explicó a Infojus Noticias que los gráficos “resisten en la fábrica, porque en cualquier momento puede llegar una orden de desalojo, o pueden intentar llevarse las herramientas o los insumos”. Mientras tanto, después de seis meses de no cobrar, los empleados intentan mentalizarse que no volverán a tener vacaciones pagas ni otros beneficios laborales, sino que en caso de triunfar, deberán tributar con el monotributo social. “Un trabajador no debiera tener que pensar en esa posibilidad”.
Además del expediente en el fuero comercial, varias causas penales tramitan contra algunos de los obreros que componen la cooperativa. Por usar el papel que quedaba en la fábrica antes de que Langenheim abandonara la planta, los trabajadores fueron acusados por hurto. “Porque ese papel los compañeros lo imprimieron y vendieron para poder comer”, relató Ríos. A la vez, una causa por usurpación llevó a un intento de desalojo por parte de la Policía Metropolitana. La resolución se encuentra en suspenso después de la resistencia de los cooperativistas, pero culminó en una orden que le impuso a cuatro de los trabajadores la prohibición de acercarse a menos de cinco cuadras de la planta –ubicada en Mom 2862, Nueva Pompeya-.
“Sabemos que esto viene para largo”, aventuró el miembro de la UPEA. “Tendremos que ir a la cámara, y continuaremos hasta donde sea necesario para aplicar esta reforma, que es un logro del proyecto nacional”, insistió. Y agregó que “en la Ciudad de Buenos Aires se hace muy difícil, porque sabemos que en algún momento habrá que solicitar también la expropiación del establecimiento, y eso requerirá una ley de la Legislatura”. La UPEA ya sufrió el veto de Mauricio Macri a una ley promovida por los cooperativistas, que reconocía a setenta fábricas recuperadas. Para los trabajadores de Mom, la odisea empezó en 2009, pero no saben cuándo terminará.