Los fiscales Cristian Citterio, de Azul, y Mariano Sibuet, de Brandsen, se presentaron en el penal de Ezeiza para indagar a los hermanos Martín y Cristian Lanatta y a Víctor Schillaci por la fuga de General Alvear y el ataque a los dos policías, cometido el 31 de diciembre en Ranchos. Sus abogados defensores adelantaron que primero analizarán en detalle todas las causas.
Los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, condenados por el triple crimen de General Rodríguez y que fueron recapturados el último fin de semana en Santa Fe –tras permanecer 15 días prófugos–, se negaron a declarar ante la Justicia. Fue en el marco de las causas por el ataque a tiros contra dos policías en la localidad bonaerense de Ranchos y por la fuga del penal de General Alvear. Los tres fueron indagados en la cárcel de Ezeiza, adonde llegaron tras ser recapturados. En el marco de la tercera causa que enfrentan, en la que se investiga si contaron con apoyo del narcotráfico para mantenerse prófugos, el juez federal Claudio Bonadío reemplazará desde el lunes próximo, y durante una semana, a su par Sergio Torres.
Ayer se conoció el audio de una comunicación telefónica entre un jefe policial y el empresario Marcelo “El Faraón” Melnyk (35), detenido por encubrir la evasión, y confirmó los vínculos entre algunos miembros de la fuerza con el círculo íntimo de los fugitivos, algo que había sido denunciado por el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo.
Luego de la recaptura, los tres condenados fueron derivados al penal de Ezeiza, donde permanecen separados en distintos pabellones. El Procurador Penitenciario, Francisco Mugnolo, indicó que los hermanos Lanatta y Schillaci se encuentran en “condiciones óptimas” de alojamiento en la cárcel.
Fue en ese penal donde ayer, durante el día, se presentaron para tomarles declaraciones indagatorias el fiscal general de Azul, Cristian Citterio, quien investiga la fuga de la cárcel; y su par de Coronel Brandsen, Mariano Sibuet, a cargo de la causa por el ataque a los policías Fernando Pengsawath (23) y Lucrecia Yudati (33), cometidos la madrugada del 31 de diciembre en Ranchos. Sibuet iba a indagarlos por el delito de “doble tentativa de homicidio”.
La abogada defensora María Elizabeth Gasaro aseguró que los Lanatta y Schillaci “se negaron a declarar” ante el fiscal Sibuet. Además, los últimos dos recapturados también se negaron a declarar frente al fiscal Citterio por la fuga de la cárcel, por la cual ya se había negado Martín Lanatta. “Vamos a esperar a analizar bien la causa porque todavía no pudimos obtener copia y como está en plena instrucción siempre hay pruebas que se aportan todos los días”, explicó a la prensa la defensora.
Gasaro afirmó que el equipo de abogados del estudio Yrimia y Asociados, que representa a los condenados, quiere “tener vista la totalidad de la causa para que los chicos declaren en ambas”.
En ese sentido, otro de los defensores, Humberto Próspero, recordó que solicitaron que “las causas se unifiquen en el fuero federal para que quede todo en su lugar”. Además, precisó que “les aconsejamos a ellos que no declaren porque la defensa no puede chequear la infinidad de pruebas que se van acumulando en el día a día” y agregó que “puede ser una posibilidad muy cierta que ellos se escaparon porque tenían miedo de que los mataran” aunque, aclaró: “Eso lo tienen que decir ellos personalmente primero ante el juez”.
La palabra del Procurador
El procurador Mugnolo estuvo dentro de la unidad de Ezeiza y, al retirarse de la misma, contó que los tres recapturados “están muy bien, están separados, en los calabozos de seguridad, no tienen ningún problema”. Mugnolo aseguró que los tres condenados pidieron “cosas que pide cualquier persona cuando entra en una cárcel, como la comunicación con la familia, el deseo de que prontamente salgan de esa situación de aislamiento” y agregó que ya recibieron visitas de sus familiares. “El Servicio Penitenciario sabe cuidar bien a las personas y en este caso los están cuidando muy bien”, aseguró.
Investigación compleja
Por otra parte, el ministro Ritondo decidió separar de su cargo y que Asuntos Internos le inicie una investigación interna al comisario Leonardo Julián, quien estaba a cargo de la Jefatura Distrital Almirante Brown cuando llamó desde un teléfono fijo de esa repartición al celular del “Faraón” Melnyk.
En esa comunicación, Julián le dijo al empresario que ahora iba a tener “banca” en su jurisdicción y lo invitó a que pasara a visitarlo, a lo que Melnyk le advirtió que los teléfonos podían estar “pinchados” y que iba ir a verlo la semana siguiente. En esa charla, el jefe policial le aclaró que ya no estaba en la comisaría de Ezpeleta, dependiente de la Departamental Quilmes, con jurisdicción en la zona donde Melnyk reside y trabaja, y también en la quinta de Florencio Varela donde se cree que ayudó a los evadidos, horas después de la fuga.
En ese marco, “El Faraón” fue detenido el 30 de diciembre –la evasión ocurrió el 27– y cuatro días después –el 3 de enero– el Ministerio de Seguridad bonaerense decidió remover a la cúpula de la Coordinación Departamental de Investigaciones (CDI) Quilmes, ante la sospecha de connivencia con los fugitivos.Días atrás, el ministro Ritondo había asegurado que “hubo policías que colaboraron con los prófugos”, en tanto que ayer pasó a retiro activo voluntario a siete comisarios generales.