Infojus Noticias

Las 20 familias que vivían en los conventillos de California 1134 y 1140 que se incendiaron el 23 de diciembre pasado lograron que el Gobierno porteño les adelantara las cuotas del subsidio habitacional. También obtuvieron el compromiso para que les entregara colchones, pañales y herramientas de trabajo. El acuerdo, que se delineó ayer por la tarde y se firmará hoy, se logró después de seis días de acampar en la puerta de las viviendas incendiadas y de realizar una movilización por el barrio de La Boca.

El subsidio habitacional, detallado en el decreto 690 de la administración porteña, prevé la entrega de diez cuotas de 1.800 pesos para las familias que perdieron su vivienda. Se trata de un monto que entregado en cuotas no alcanza para pagar alquiler alguno. Por eso, tras cada incendio en el barrio de La Boca se genera una tensión entre los damnificados y el Gobierno porteño para que las cuotas se entreguen todas juntas.

Esa misma discusión volvió a generarse el mismo 23 de diciembre pasado cuando representantes del área de Atención Inmediata del Ministerio de Desarrollo porteño se acercaron al incendio. Allí, las 20 familias, compuestas por 79 personas, comenzaron a pedir el adelanto de las cuotas pero el titular del departamento, Walter Lanaro, dijo que eso no era posible.

La negociación se interrumpió por la llegada de la Navidad. Los funcionarios porteños no volvieron al lugar del incendio, donde los vecinos acamparon y contaron con la asistencia de otros vecinos y de comedores barriales.

El 26 de diciembre, un centenar de personas, entre familias damnificadas por el incendio, vecinos y organizaciones sociales del barrio, se movilizaron desde el lugar del incendio, en California al 1100, hasta Caminito y Vuelta de Rocha, una de las zonas turísticas más importantes del país. Apenas a ocho cuadras de los dos conventillos incendiados. 

Ayer, mientras los vecinos analizaban la posibilidad de hacer una nueva movilización, Lanaro fue al lugar del incendio y allí se retomó la negociación, que duró dos o tres horas. Finalmente, la administración porteña se comprometió a adelantar las cuotas para que los vecinos, que habían perdido su casa, tuvieran el dinero necesario para alquilar nuevamente una vivienda.