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La justicia federal de San Martín benefició con la absolución a Alfredo Torino Borda, de 57 años, acusado de haber participado del secuestro de Juan Marcelo Ramírez, en la localidad de José León Suárez el 10 de diciembre de 2002. Desde entonces Ramírez permanece desaparecido.

El fiscal Eduardo Codesido había pedido una pena de 13 años de cárcel para Torino Borda al considerar que fue él quien realizó los llamados extorsivos a la familia de la víctima, a quienes les exigía el pago de un rescate de 500 mil dólares.

Durante el debate,  Codesido cotejó dos audios: uno con la grabación de uno de los llamados extorsivos y otro con una grabación que se realizó cuando Torino Borda ya estaba detenido.

El primer estudio había arrojado que la fonética y la semántica eran idénticas y el resultado fue positivo; al realizarse el segundo, ambas eran correctas, pero el resultado fue considerado negativo por la Gendarmería, informó la agencia Télam.

El perito de parte de la familia de Ramírez declaró ante el tribunal que su cotejo arrojó una coincidencia del 98,6%, algo que fue considerado como “suficiente” prueba para el fiscal. Pero Gendarmería da por negativos todos los resultados que no son de 99,9 % de coincidencia.

El fiscal y el abogado querellante Elpidio Portocarrero coincidieron en que la voz del imputado puede haber sufrido alteraciones porque es asmático y porque pasaron casi diez años desde que se realizaron los peritajes.  Los argumentos no influyeron en las consideraciones.

Como el anterior abogado de la familia Ramírez no solicitó la elevación a juicio de Torino Borda, el particular damnificado no pudo solicitar pena. Por su parte, el defensor oficial Cristian Barrita, reclamó la absolución de su asistido al hacer otra interpretación de los peritajes y considerar que los dos daban negativo respecto de su cliente.

Diciembre de 2002

Juan Marcelo Ramírez tenía 27 años cuando fue secuestrado el 10 de diciembre de 2002 por delincuentes vestidos de policías en 1 de Agosto y avenida Márquez de José León Suárez. Iba a bordo de una camioneta utilitaria Fiat Ducato para ir a visitar a una amiga.

Poco después los captores se comunicaron con su padre y le exigieron 500.000 dólares para liberar a su hijo, a lo que la familia respondió que le era imposible reunir esa suma y ofrecieron 7.000.

Venancio Ramírez, el papá de Juan Marcelo, recordó que el secuestrador que lo llamaba "era muy violento" y que le decía que "si no juntaba la plata, no lo iba a ver nunca más" a su hijo.

Un día después del secuestro, el auto del joven apareció en Villa Martelli y en su interior se encontraron las zapatillas de Juan Marcelo y manchas de sangre y cabellos. Los peritajes demostraron que pertenecían al joven.

El 18 de diciembre, Venancio recibió una carta de su hijo como prueba de vida. Allí el joven le pedía que reuniera dinero de donde fuera, que vendiera todo, porque los delincuentes le daban plazo hasta el día siguiente. Nunca más se volvieron a comunicar con él, ni aparecieron rastros del joven.

Una de las hipótesis más fuerte del caso es la que sugiere el cadáver fue incinerado en el horno de una panadería, propiedad de un familiar de uno de los imputados.

Por el caso hubo un primer juicio en el que fueron condenados a 17 años de cárcel por el secuestro Julio Robledo y Claudio Maiz - quienes continúan en prisión- y Adrián Pérez, sindicado como quien aportó el teléfono para llamar a la familia, que desde el año pasado está en libertad condicional.