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Cuando faltan cinco días para que se cumplan tres meses de la desaparición del empresario Damián Stefanini, la causa judicial, por "averiguación de paradero" pasó al fuero federal para ser investigado como "secuestro extorsivo". La causa sólo tuvo dos detenidos por extorsionar a la familia de Stefanini. Ninguno de los dos pudo aportar datos sobre el hombre de 45 años, casado, y con una beba de menos de un año.

Cuando la familia de Stefanini radicó la denuncia por su desaparición, la noche del viernes 17 de octubre, la causa quedó a cargo de la fiscal Mariela Miozzo, caratulada como averiguación de paradero. Fue ella quien al ver que la familia del empresario recibió mensajes vía Facebook en los que pedían dinero a cambio de datos sobre el secuestrador del hombre, se declaró incompetente y envió la causa al fuero federal.

En los últimos días de diciembre, antes del comienzo de la feria, el fiscal federal de San Isidro, Fernando Domínguez, aceptó la causa y recibió los seis cuerpos del expediente. La causa fue recaratulada como secuestro extorsivo. Lo llamativo es que el caso no entra en los cánones clásicos de un secuestro de estas características. La familia del empresario nunca recibió un llamado pidiendo dinero por su vida. Lo que sí recibió fueron dos mensajes vía Facebook en los que les pedían dinero a cambio de información.

Uno de los extorsionadores fue rastreado y ubicado en La Banda, Santiago del Estero. Y el otro en Berazategui, provincia de Buenos Aires. Ninguno de los dos tenían información sobre el caso y lo único que buscaban era obtener un rédito económico en medio de la desesperación familiar.

La mañana del viernes 17 de octubre Damián Stefanini saludó a su esposa, Antonella Ognio, y dejó la casa que compartían en un country de San Fernando. Le dijo que tenía una reunión con su contador y que de ahí se iba a su fábrica. Se dedicaba al ploteo de mesas, sillas y sombrillas para empresas. Nunca llegó. Desde la mañana Ognio lo llamó y nunca obtuvo respuesta. A la noche denunció su desaparición. La joven es correntina y sobrina nieta de Carlos Carrascosa, el marido de María Marta García Belsunce, y acusado de su asesinato. Horacio Ognio, el suegro de Stefanini, era el dueño de un arma del mismo calibre que la que mató a María Marta y por eso debió declarar en la causa. El hombre explicó que le había sido robada dos años antes del crimen.

Según pudieron reconstruir los investigadores del caso Stefanini, cuando salió de su casa, el empresario fue a un astillero cercano donde supervisó la construcción de tres embarcaciones que construía junto a otros dos empresarios.
De ahí, Stefanini habría ido a la oficina de su contador, en el barrio de Olivos, pero nunca llegó. Su auto, un Audi A4 blindado, fue encontrado en la zona. Tenía las cuatro puertas sin trabar y en el interior estaba la Tablet del empresario y una camisa.