Será el próximo 26 de agosto ante el Tribunal Oral en lo Criminal N° 16 de la Capital. Roberto Locles está imputado por adulterar la bala extraída del cuerpo de Mariano Ferreyra, el militante del Partido Obrero asesinado por una patota del gremio ferroviario en octubre del 2010.
Los argumentos de la sentencia por el crimen de Mariano Ferreyra, que se conocieron esta semana, tienen 1669 fojas. En ningún tramo del texto los jueces del Tribunal Oral Criminal 21 pudieron explicar si fue Cristian Daniel Favale o Gabriel Sánchez el que apretó el gatillo y terminó con la vida del joven. No se pudo determinar porque la bala que se extrajo del cuerpo de Ferreyra fue destruida por el perito, Robero Locles. El próximo 26 de agosto comenzará el proceso que lo juzgará por adulterar pruebas.
El Tribunal Oral en lo Criminal N° 16 de la Capital Federal, a cargo del proceso, está integrado por los jueces Gustavo González Ferrari, María Bértola y María Inés Cantisani. Se escucharán las declaraciones de 14 testigos.
Roberto Locles es un perito que aparece más en las pantallas de televisión que en los pasillos de Tribunales. La última semana, por ejemplo, se lo vio en el canal América opinando sobre el crimen de Ángeles Rawson. Participó del proceso judicial del caso Ferreyra como perito de parte aportado por la defensa del imputado Guillermo Uño, uno de los ferroviarios acusado de esconder las armas el 20 de octubre de 2010 y absuelto durante el juicio.
El 22 de febrero de 2011, durante una junta de peritos solicitada por la jueza de instrucción del caso Ferreyra Wilma López, Locles destruyó una de las balas secuestradas durante la investigación. “¿Ven que esto no se deforma?”, gritaba Locles mientras golpeaba el proyectil sobre una mesa de trabajo. El hombre intentaba demostrar que la bala habría rebotado previo a herir al joven militante del PO. Los otros peritos lo miraban azorados e intentaban detenerlo. Finalmente, el hombre logró abollar la bala. Los golpes produjeron “leves aplastamientos en la parte de su ojiva y el cuerpo, más específicamente, donde se hallaban las deformaciones lineales y paralelas que presentaba el proyectil”. En 2012 la Cámara del Crimen, con la firma de los magistrados Alfredo Barbarosch y Luis Bunge Campos procesó a Locles por intento de destrucción de prueba.
Desde hace 14 años Locles no aparece en los listados de peritos oficiales. Solo puede ser consultado por particulares privados. En 1999 la Corte Suprema de Justicia lo excluyó de su listado de peritos en balística por una resolución de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal porque carecía de título habilitante.
El hombre es un capitán de artillería retirado del Ejército. Según él pertenece a la Asociación de Criminalística de la República Argentina o la Academia Internacional de Ciencias Forenses y Criminalística. Dos instituciones que no tienen página web. También de acuerdo a sus propias declaraciones tiene 7 libros publicados.
Además de ser conocido por su perfil mediático y polémico, Locles es un adepto de las teorías conspirativas. En la investigación por la muerte de Carlos Menem junior, como perito aportado por Zulema Yoma, dijo que el helicóptero había sido baleado, algo descartado por el juez de la causa. Sus pericias, además, suelen favorecer a efectivos de la Policía Bonaerense, procesados por homicidios y casos de gatillo fácil.