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Cinco disparos certeros con un revólver calibre .22 con silenciador fueron suficientes para matar a Marisa Santos (48), Lucas Julián (15) y Victoria Ramis (17). El acusado por el triple homicidio es Claudio Norberto Lamonega (50) marido de Santo y padre de los dos adolescentes. La Fiscalía cree que el 23 de noviembre de 2014 los atacó mientas dormían en su casa de Sarmiento, Chubut. La Justicia definió que la causa pase a Juicio Oral y Público por "homicidio agravado por alevosía, tres hechos en concurso real", además la carátula planteada por el Ministerio Público lleva los agravantes del uso de arma de fuego, el vínculo y el contexto de violencia de género en el que se desencadenaron los hechos. En caso de ser hallado culpable la única pena posible será la prisión perpetua.

La decisión de cerrar las actuaciones y elevar a juicio oral el caso fue del juez Alejandro Rosales a pedido de la fiscal Andrea Vázquez. Según se informó habrá 148 testigos y 84 medios de pruebas documentales y periciales. También se definió que el acusado siga bajo prisión preventiva que cumple en la comisaría de Sarmiento. De esta manera quedó rechazado el pedido sobreseimiento y de prisión domiciliaria que realizó el abogado defensor, Guillermo Iglesias.

Para la fiscal, "Lamonega aprovechó la situación de indefensión" y "primero atacó a la joven Ana Victoria", quien recibió dos balazos, uno en el maxilar izquierdo y el otro en el ojo izquierdo, efectuados con un arma con silenciador. La siguiente víctima fue Lucas, quien recibió un tiro en el pómulo izquierdo y otro en el parietal del mismo lado y, por último, Marisa fue ejecutada de un balazo en la región temporal del cráneo, precisó el informe.

Los investigadores judiciales determinaron que la mujer "era víctima de una violencia psicológica y económica por parte del imputado", con quien mantenía una "relación amorosa" y, en ese sentido, remarcaron que Lamonega "era el mayor proveedor de esa casa, marcando una desigualdad con ella". "Al provocarle la muerte, (el acusado) desplegó su violencia y su superioridad para con ella. Este asesinato ocurrió en un contexto de violencia de género, con la intensión y voluntad de hacerlo, doblegando y sometiendo a la víctima por su condición de mujer", añadió la Fiscalía que consideró que Lamonega actuó con "perversa frialdad" y de "un modo traicionero y cobarde".

Respecto del arma utilizada en el hecho, para los acusadores, el imputado se apoderó un revólver calibre .22 marca Sentinel Norteamericano con nueve tiros que era propiedad del padre de Marisa, quien lo había dejado en la casa de su hija ya que tuvo que viajar a Buenos Aires por razones de salud.

En la acusación de la Fiscalía se da cuenta de la personalidad celosa y violenta del acusado a quien define como "una persona celosa, fría, calculadora, perfeccionista, planificadora". También se menciona que en uno de sus vehículos se encontró el libro "Cuentos de mujeres infieles". "De acuerdo a un informe del médico forense son evidentes los rasgos celopáticos de las distintas relaciones maritales referidas, exteriorizándose desconfianza e ideas sobre valoradas sobre la conducta femenina, en cuanto a la estabilidad en los vínculos afectivos", sostuvo la Fiscalía y destacó: "Según sus dichos (por los del imputado) 'las mujeres son todas infieles'”.

TELAM/FISCALIACHUBUT/JC