Ricardo Javier Ocampo, el gurú acusado de seis casos de abuso sexual y corrupción de menores, estará presente en las audiencias. Hoy declaran los peritos forenses que actuaron en la causa.
Ricardo Javier Ocampo, conocido como el “Maestro Amor” comenzó a ser juzgado en Catamarca por seis casos de abuso sexual y corrupción de menores. Las audiencias se realizarán en la Cámara Penal de Segunda Nominación, a puertas cerrada y sin acceso a la prensa. En la jornada de hoy están previstos los testimonios de peritos forenses.
El inicio del debate estuvo en dudas. El defensor de Ocampo, Diego Diéguez Ontiveros, había presentado un certificado médico en el que argumentaba que no podía estar presente en el debate por no poder afrontar “situaciones de estrés”. A su vez, Luis Gandini, abogado codefensor de Ocampo, presentó su renuncia. Sin embargo, el Tribunal, firme en su decisión de avanzar con el juicio, anunció que se le asignaría un defensor oficial. Ante esto, Diéguez Ontiveros se presentó en Catamarca y se notificó como defensor.
El Tribunal estará integrado por los jueces Luis Guillamondegui, Jorge Álvarez Morales y Rodolfo Bustamante.
Ricardo Javier Ocampo, el riojano que empezó a decir que era “Dios en la Tierra” hace más de 15 años y que en 2001 fundó la comunidad Meditazen en Catamarca, tienen 40 años y está imputado por "abuso sexual al aprovecharse de la inmadurez sexual de la víctima", dos casos de "corrupción de menores agravada y abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa", y un hecho de "abuso sexual con acceso carnal". Los hechos habrían ocurrido entre 2002 y 2007.
Entre esos casos está el denunciado en abril de 2009 por un joven cordobés que dijo que cuando estuvo alojado en el centro "Meditazen", en Colonia del Valle departamento Capayán, fue víctima de abuso por parte de Ocampo entre los años 2002 y 2004. Tras la denuncia, el caso fue enviado a la Fiscalía, desde donde se ordenó que se realicen pericias médicas y psicológicas a la víctima, que confirmaron la existencia de los abusos sexuales.
Otra de las víctimas denunció a Ocampo por abusos cometidos entre 2000 y 2007 y existe otra por hechos similares cometidos en el año 2007.
El abogado defensor sostiene que la causa está armada, que se intentó extorsionar a Ocampo y que al no poder logarlo se llegó a la instancia penal. A partir de hoy, la Justicia deberá discernir si el gurú es responsable o no de los abusos que se le imputan.
El origen “del Maestro Amor”
Ocampo nació en La Rioja el 28 de junio de 1974 y pasó su infancia en diferentes hogares de menores porque sus padres no podían mantenerlo. Cuando creció empezó a predicar una suerte de relato místico, que el bautizó como su “mensaje” y que, aseguraba, estaba basado en “las antiguas sabidurías”. Decía ser “Dios en la tierra”
Sus discursos en comenzaron a propagarse hace poco más de quince años. Los que lo conocían de cerca no se sorprendieron: siempre se ganó la vida como “curandero” y “tirador de cartas”. Con eso juntó plata y viajó de La Rioja a Buenos Aires, donde se acercó a los seguidores de Sai Baba.
Poco después se convirtió en una suerte de referente local del líder hindú. Lo imitó desde entonces hasta en el uso del mismo tipo de túnicas, gestos y movimientos.
Su proyección fue mucho más grande de lo que podría haber imaginado y comenzó a tener miles de seguidores. Para eso fue fundamental la visibilidad que le dio el conductor televisivo Claudio María Domínguez.
En el año 2001 fundó la comunidad Meditazen, en Catamarca, un predio de 75 hectáreas en el que viven cerca de 200 personas y reciben visitantes de todo el mundo. Crecimiento espiritual, superación de problemas de salud, nada parecía escaparse a las posibilidades de Ocampo que promocionó su centro por todos lados y aseguraba que podía ayudar a encontrar la “iluminación”.
En 2009 fue preso y poco después, excarcelado. En septiembre pasado hizo una fiesta faraónica para festejar sus 39 años, ocurrido tres meses antes. El lema de la fiesta fue: “Comprender es trascender”.