Su pareja la golpeaba a ella y a sus dos hijos. Finalmente el hombre asesinó a los dos nenes, pero también pidieron perpetua para ella. Soledad fue absuelta la semana pasada pero en la causa no hubo perspectiva de género y se cuestionó su calidad de víctima.
El lunes pasado fue absuelta, por unanimidad, Andrea Soledad Zapata. Había llegado a juicio oral acusada del homicidio calificado por omisión en su rol de garante de sus dos hijos. El padrastro de los nenes, Víctor Álvarez, fue condenado a prisión perpetua por el asesinato de ambos. Ayer se conocieron los fundamentos del fallo.
El documento tiene 253 fojas donde se explican las decisiones que tomó el tribunal presidido por Patricia Pérez (presidenta de la Cámara Penal de Concordia) y los jueces Martín Carbonell y Carolina López Bernis como vocales.
Soledad estuvo detenida desde febrero del 2012 con prisión preventiva, después de que muriera en el hospital su hijo Rodrigo, de 7 años y de que la policía encontrara enterrado en su casa, bajo una carpeta de cemento, a su otro hijo Hugo, de 5 años. Los dos nenes murieron a causa de las palizas que les dio Álvarez. Además Soledad era víctima de violencia por parte de su marido.
En la absolución de Zapata el tribunal cita un artículo del abogado Daniel Varona Gómez que dice “Mientras los tribunales sigan desconociendo este carácter autónomo del miedo insuperable, ciertos casos recibirán una pena injustificada o deberá ello remediarse, tal y como puede apreciarse en algunas sentencias que deniegan la aplicación de la eximente de miedo, mediante el inseguro recurso de la petición de un indulto. Pero la absolución en los supuestos de miedo insuperable no es una cuestión de piedad o benevolencia, sino de justicia".
El pedido de condena y el juicio
El juicio empezó el 21 de mayo. En las audiencias pasaron como testigos, vecinos, funcionarios estatales y médicos. La mayoría confirmó que Zapata era víctima de violencia de género. Ives Bastian, abogado defensor de Zapata, afirmó en el juicio que “no compartía la idea del psiquiatra Héctor Putallaz respecto a que Álvarez reaccionara violentamente por motivos que generaba Zapata o los niños víctima, que puedan haberlo llevado a actuar de la manera que lo hizo, golpeando a la nombrada reiteradamente y a sus hijos hasta matarlos”
Putallaz trabaja en la Unidad Penal N° 3 de Concordia. Bastián declaró que no sabe por qué se entrevistó con Zapata (él, como defensor, no fue notificado) si sólo estaba encargado de la pericia de Álvarez. De esa única entrevista Putallaz extrajo conclusiones sin saber de dónde obtuvo la información, “tal como que Zapata consentía la violencia de Álvarez porque no lo denunciaba, como si le gustara la relación tormentosa, que le pegara tanto a ella y a sus hijos”.
El tribunal afirma que “surge de todo lo incorporado, por el contrario, que la violencia siempre venía del mismo autor, y si -como dijo el médico forense Manuel Malher- el cuerpo de Rodrigo era una radiografía del maltrato crónico, los informes médicos de la imputada que obran en la causa se constituyen en la radiografía de la violencia de género -lo mismo que- el estremecedor relato de quien fuera pareja de Álvarez durante quince años, Vanesa Corrado, relatando las situaciones de violencia de género crónica que padeció” Corrado relató que Álvarez la golpeó, la amenazó, la encerró sin permitirle comer, y “otras modalidades de ejercicio violento extremo”.
Todos estos antecedentes no alcanzaron para que el fiscal Gustavo Castillo desistiera de encuadrar las acciones de Zapata en “Homicidio Calificado” según el artículo 80 del Código Penal, por omisión impropia en su posición de garante de los nenes. Sin embargo la psicóloga Virginia Richard, quien se entrevistó seis veces con Zapata, dice que “puede pensarse que Andrea ejercería óptimamente el rol materno, siempre y cuando se encuentre en un marco de contención y protección que reafirme sanamente su rol como madre y mujer. Asimismo no presenta elementos que hablasen de una personalidad violenta, por el contrario, y como ya se dijo, presenta rasgos de sumisión, por lo que es fácilmente influenciable por el entorno”.
Zapata pidió ayuda al Estado en diferentes oportunidades. En una oportunidad se acercó al Consejo Provincial de Niñez, Adolescencia y Familia y se encontró con Alicia Yohni, operadora del organismo durante los últimos diez años. Zapata contó que “pedí ayuda a Yohni, me dió ropa para mis hijos y para los nenes de Álvarez. Le pedí que vaya a buscar a mi familia, que saque a los nenes de la casa porque él les estaba pegando y los iba a matar, y Yohni me dijo: ´yo no puedo hacer nada, no puedo ir a buscar tu familia´, esa fue la única palabra que me dio”.
El delegado regional de Derechos Humanos, Rubén Bonelli dijo a Infojus Noticias que “El Consejo tiene falencias y eso quedó demostrado en el juicio. Cualquier agente o funcionario público que toma conocimiento de un acto donde se vulneran derechos, debe denunciarlo. Y este no es un hecho aislado, sucede habitualmente”.