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“Yo sabía, yo sabía que a Andrea la mató la policía”, un tumulto coreaba y saltaba afuera de la sala B del Tribunal Oral Criminal 5 de Quilmes. Hubo llantos, pero también aplausos. La noticia fue para festejar: Marcelo Aquino, uno de los policías acusados de “tormentos seguidos de muerte” por el crimen de Andrea Viera en 2002 en una comisaría de Florencio Varela fue condenado hoy a la pena máxima. Después de once años, la familia de Andrea, que estaba embarazada cuando la mataron, recibió un bálsamo de justicia. El Tribunal pidió la inmediata detención del policía.

Aquino llegó en libertad al juicio, caminando, pero se fue con una custodia policial, mientras le dedicaban algún que otro grito de “asesino”. Este mediodía el TOC 5, también, absolvió a Pedro Mensi  otros de los policías juzgados por el crimen. A este agente se lo acusaba de “omisión de denunciar torturas”, pero los jueces no encontraron pruebas suficientes para condenarlo.

“A pesar de que el Tribunal no lo especificó, la condena que le cabe por tormentos seguidos de muerte es la perpetua. Por eso la detención inmediata es importante, porque el peligro de fuga ante la expectativa de prisión perpetua es muy fuerte”, dijo a Infojus Noticias, Carlos Zimmerman, abogado defensor de la familia de la víctima.

El juicio, que comenzó el 30 de septiembre, es el segundo de los tres procesos que se llevarán a cabo para castigar las torturas y el asesinato de la mujer el 10 de mayo de 2002 en una comisaría de Florencio Varela. A Andrea la detuvieron junto a su novio Gustavo Cardozo cuatro patrulleros de la policía bonaerense, mientras estaba sentada en el palier de una casa reponiéndose de una descompostura. Estaba embarazada, y se había bajado del colectivo 324 en el que iba a visitar a su suegra para ir a un hospital. Los policías la llevaron a la comisaría primera acusándola de haber herido a un efectivo en un tiroteo, un rato antes, en el que había muerto un joven.

La encerraron y, bajo tortura, querían que confesara su participación en el la balacera, de la que no tenía nada que ver. La agente Marta Oviedo junto con otros compañeros, le tiraban del pelo y le pegaban arriba de un escritorio hasta que la mujer perdió la conciencia y se cayó. Recién cuando entró en coma los policías  llamaron a una ambulancia. Doce días más tarde, Andrea murió en el hospital Mi Pueblo por las lesiones provocadas por los tormentos, según reveló la autopsia.

“Los testigos lo dejaron en claro: Aquino era el torturador de esa comisaría. Esta condena se la dedicó a José Galván Plaza”, dijo a Infojus Noticias Eugenia Vázquez, hermana de Andrea. Plaza fue uno de los testigos clave en el juicio, estaba preso en la comisaría cuando Andrea y su novio fueron torturados. En 2007 Plaza apareció con un balazo en la sien que salió de un arma calibre 38. Su cadáver fue encontrado en un descampado del barrio "Pepsi" del partido de Florencio Varela.

La audiencia de hoy comenzó después de las 13. Antes de que la secretaria leyera el veredicto, la presidenta del Tribunal, Mónica Rodríguez de Piume, fuera del frío protocolo judicial, les habló directamente a los familiares de la víctima y a los acusados: “Mi despacho está a su disposición para cualquier pregunta”. Y luego hizo un pedido expreso: " Acá se discutió algo muy delicado y doloroso. Les voy a pedir por favor que nos manejemos con respeto".

Los familiares y amigos de Andrea ocupaban la mayor parte de la sala. Llevaban su foto en remeras, pines y carteles. “A Andrea la mató la policía bonaerense”, decían algunos de los carteles. Además estuvieron presentes muchos familiares de víctimas de otras causas y referentes de la Campaña Nacional contra la violencia institucional. Carlos Pisoni, subsecretario de Promoción de Derechos Humanos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación- y el diputado Leonardo Grosso también acompañaros a la familia Viera.

La sala estaba fuertemente custodiada por policías. Estaban presentes los familiares de los acusados. Solo se leyó el veredicto y se anunció el próximo miércoles 30 a las 13.30 se leerán los fundamentos.

La lectura fue breve, pero contundente. El Tribunal calificó de “teatro sombrío” montado alrededor de la causa haciendo mención a todas las dificultades que hubo en el trámite procesal por el accionar de los policías que amenazaron “constantemente” a los testigos.

En el veredicto, los jueces hicieron referencia al relato de uno de los testigos que denunció que a su sobrina le dijeron a la salida del colegio: “Que tu tío no hable porque lo vamos a matar”.

En un fallo distinto a la mayoría de los procesos en los que se juzga violencia institucional, los magistrados, también, pusieron de relieve la gravedad de los hechos juzgados. Hicieron mención a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el deber de investigar del Estado en casos de tormentos crueles, inhumanos y degradantes. Cuando terminaron con los vericuetos jurídicos, la condena al policía Aquino quedó clara. Todos en la sala aplaudieron.

En el primer juicio oral, que se llevó a cabo en 2006, hubo cinco imputados: la ex agente Marta Oviedo fue condenada a prisión perpetua por “tormentos seguidos de muerte” contra Andrea y “torturas” contra su pareja, pero por cuestiones de salud fue beneficiada con la prisión domiciliaria. En ese momento el Tribunal Oral N°3 absolvió a  los agentes David Gutiérrez, Carlos Maidana, Oscar Luciano Farías y Diego Herrera por el beneficio de la duda.

Gustavo Cardozo, que también fue torturado, se convirtió en uno de los testigos claves del juicio. También algunos presos que estaban detenidos en la comisaría la noche de la muerte.

El juzgamiento por la muerte de Andrea Viera asciende  en las jerarquías de los policías que participaron, supieron y no evitaron, o tenían autoridad en la comisaría donde se produjo. Pero la fragmentación de la investigación judicial ha sido tal, que aún resta una tercera secuela a la saga: la responsabilidad del comisario y el subcomisario de la dependencia, José Sita y Rafael Ominelli. “Ahora nos queda que ellos sean juzgados”, dijo a Infojus Noticias, Eugenia Vázquez, la hermana de Andrea.

Cuando terminó la audiencia el policía que estaba a cargo de la sala de audiencias B de los Tribunales de Quilmes se acercó a la hermana de la joven asesinada y la abrazó: “Gracias por el comportamiento respetuoso durante el juicio y por entender que nosotros no somos todos iguales”. La mujer, emocionada, le devolvió el abrazo.