Eso fue lo último que le dijo Naira Cofreces a su madre. Tenía 17 años y el miércoles pasado, cuando salió de la escuela nocturna, fue golpeada por un grupo de personas. La chica falleció esta madrugada después de que se le diagnosticara muerte cerebral. Tres de las agresoras son hermanas y están detenidas, acusadas de homicidio agravado.
A Naira Cofreces la trompearon, la patearon y logró esquivar un cuchillazo que le dejó una marca en la yugular. Sucedió el miércoles pasado, en Junín, a la salida de un colegio secundario. La chica de 17 años fue revisada por una ambulancia y se negó a que la trasladaran al hospital. Llegó a la casa familiar, con el ojo hinchado, cenó, miró tele y se acostó. "Le pregunté qué había pasado y me dijo: ‘Los golpes no eran para mí, mami’.” Se refería a otra adolescente que, avisada de la posible golpiza, se fue antes de la escuela. "Después de cenar, Nai se puso a ver su novela mexicana preferida, y entre la 1.30 y las 2 de la madrugada se fue a dormir". Nunca más se despertó: tenía un hematoma cerebral, la operaron, pero siempre siguió en coma. Murió esta madrugada. Tres de las agresoras son hermanas y están detenidas.
Las dos mayores detenidas son María Rosa y Anabela Elizabeth Medero, de 29 y 22 años. Ninguna de las dos era alumna de la escuela, pero ambas son medio hermanas de la tercera detenida, que es menor de edad. Las tres fueron citadas a indagatorias durante el fin de semana, pero se negaron a declarar. Fuentes de la investigación confirmaron a Infojus Noticias que en las próximas horas volverán a ser indagadas y allí serán imputadas por homicidio doblemente agravado (hasta ahora era homicidio en grado de tentativa), las dos mayores, y agravado en el caso de la menor. No se descartan nuevas detenciones.
A Naira la golpearon a eso de las 22, en la puerta del colegio. “El vicedirector intentó intervenir pero dice que era lo mismo que la nada, que sacaba a una de las agresoras y se aparecían otras", relató Bracco, el tío de Naira. "Después de eso la entraron al colegio y llamaron a mi cuñado -el padrastro de Naira- que la vino a buscar. La agresión no era para ella, era para una compañera que sabía que la iban a estar esperando y se fue de la escuela a eso de las 20.30. Parece que venía todo de una pelea entre dos banditas, dos grupitos, desde hace dos meses, por un chico y a ella la agarraron porque no estaba la amiga", explicó Rubén Bracco, tío de la chica, a Infojus Noticias.
“Querían golpear a una chica de apellido Guzmán, a la que ahora su mamá tiene encerrada para que no le hagan nada, pero al parecer la fueron a buscar la noche del miércoles a la casa. Mi hija salió del colegio con otra amiga. Ella quiso defender a Naira, pero de un golpe le abrieron el labio y le rompieron un diente y ya no pudo hacer más nada", relató Nancy. Después golpearon a Naira. La chica comió y se acostó. A la mañana, antes de ir a trabajar como auxiliar a la Escuela Nº 1 de la ciudad, su mamá Nancy quiso despertarla. No pudo. Le aviso a Estefanía, otra de sus cinco hijos, que lo volviera a hacer más tarde. A la 13.30 la chica tampoco pudo hacerlo y a las 16 cuando su mamá volvió, llamaron a la ambulancia.
La trasladaron al hospital. La operaron, pero tuvo un infarto cerebral, le sacaron parte del cráneo y ya ayer le diagnosticaron muerte cerebral. “El pronóstico nunca fue bueno pero ahí ya empezamos a pensar en la donación", explicó el tío de la chica. Naira, cuando fue a renovar su DNI por los 16 años había elegido ser donante. "Si me llega a pasar algo capaz que puedo ser donante", le dijo a su mamá cuando volvió de hacer el trámite.
“Quiero que se haga justicia”
Naira siempre fue al turno mañana de la escuela Nº 5 pero este año decidió cambiarse al de la noche. "Decía que quería tener tiempo para trabajar, que ya iba a cumplir 18 y que no podía ser que todavía no lo hiciera", dijo su mamá Nancy a Infojus Noticias, en su casa de Junín. “Esta mañana cuando vi su foto en la tele, casi me muero. Siempre se estaba riendo. Quiero que se haga justicia.”
"También quería tener tiempo para ayudarme a cuidar a mi hija Ludmila, de cuatro años. Ella era como su segunda mamá. Todavía no nos animamos a contarle lo que pasó. Esta mañana la mandé al jardín de infantes y no le dije nada", explicó la mujer con sus manos aferrando la bufanda del club Atlético Sarmiento, del que Naira era fanática.
"Para su cumpleaños de 15 quiso todo del club, ahora esta bufanda se la voy a dar a Ludmila para que se la ponga en el féretro cuando la lleve a despedirse. Todos me dicen que es muy chiquita para esto, pero yo prefiero que vaya. Ya lo superará", agregó con la mirada en el piso del comedor de su casa, un barrio humilde alejado del centro de Junín. Su mamá ensaya una sonrisa al recordarla: "Era alegre, divertida, vivía bailando y cantando cumbia. No sabés lo bien que cantaba. Era decidida, de ir al frente".
Junín es una ciudad de 90 mil habitantes ubicada al noroeste, a 260 kilómetros de Buenos Aires. "Hasta hace cinco años esto era un lugar donde podías dejar las bicicletas sin candado, en la calle y no pasaba nada. Ahora tenés que pedir que no te pase nada", explicó Cecilia Díaz, una amiga de la familia Cofreces.
"Tenemos una situación de violencia recurrente entre los jóvenes", admitió el intendente de la ciudad, Mario Meoni. Las peleas entre adolescentes son parte del clima álgido al que todos aluden. Las salidas de boliches y colegios son los puntos donde más se cruzan. "Las que más pelean ahora son las mujeres, es increíble" detalló Alejandra, la madrina de Naira, que trabaja en varias escuelas secundarias de la ciudad. "Hasta se dan con cadenas, los domingos a las mañanas ves los regueros de sangre de cómo se dan", agregó.
San Antonio, Fonavi y Villa Belgrano son algunos de los barrios que, según algunos vecinos, engloban todos los "peligros" de Junín. De San Antonio son las hermanas Medero. Ellas no eran alumnas del colegio, pero habrían ido a hacer "causa común" con otra de sus hermanas.
Nadie parece saber exactamente porqué empezó la violencia en esta ciudad que, en marzo del año pasado, se alzó durante dos días para reclamar por el crimen de una joven empleada de un drugstore, Karen Campos, cuando quisieron robarle. El lugar estaba ubicado a pocos metros de la comisaría segunda, que también interviene en este caso. Algunos le echan la culpa del clima que se vive a las tres cárceles que se construyeron en la zona. Otros, a la droga que –dicen- circula por la ciudad. "El caso de esta nena no es el primero. Esta violencia es cosa de todos los días acá”, dijo a Infojus Noticias Queco, un taxista cuya parada está frente al hospital Interzonal de Agudos de la ciudad, donde agonizó la chica desde el anochecer del jueves hasta esta madrugada.
Hace diez días uno de los hermanos de Naira se fue a vivir a Buenos Aires con una chica que conoció vía Facebook. Naira lo acompañó a la terminal de ómnibus. "Lloraba tanto al despedirlo que el chofer del micro le preguntó si era el novio y ella le dijo que no. El hombre le preguntó: ¿por qué lloras tanto? Y ella le respondió: ‘Porque no lo voy a ver nunca más’".