Se cumplieron esta semana diez años de su asesinato. Esteban quería operarse para una reasignación de género. Un mes antes de su muerte le contó a su mamá que policías lo habían obligado a participar de una fiesta sexual en la comisaría. Hoy no hay acusados. “Quiero justicia y que no quede impune la muerte de mi hijo”, reclama Graciela Alderete.
Germán Esteban Navarro desapareció cuando tenía 17 años, el 28 de octubre de 2004, en Olavarría. Unos pocos restos suyos se encontraron en abril del año siguiente: 18 costillas, el cráneo, 8 vértebras y una parte del pie. Esteban quería operarse para una reasignación de género, en una época en que la autopercepción todavía no estaba legitimada por la ley. Un mes antes de su muerte le había contado a su madre que un grupo de policías lo había levantado en un patrullero y obligado a participar de una fiesta sexual en la comisaría. Las pericias demuestran que el cuerpo estuvo en el descampado desde el mismo día de la desaparición. A diez años de muerte de Navarro, no hay ningún culpable definido por la justicia.
“Estuvo tirado a 14 cuadras de mi casa por seis meses. Ese tiempo decían que se había fugado del hogar, mientras que yo decía que estaba desaparecido. Yo pienso que la policía quiso desaparecer el cuerpo con químicos, porque los huesos estaban pelados y no tenían ni rastros de piel”, dijo a Infojus Noticias Graciela Alderete, mamá de Esteban.
Según Graciela, un testigo de identidad reservada dijo quién fue el asesino y cómo mataron a Esteban: “Paró un auto en un baldío, lo tomaron a Esteban de los brazos, él quiso resistirse, le clavaron un cuchillo en el abdomen y lo dejaron tirado. Si ese testigo hubiera pedido ayuda a tiempo quizá lo hubieran podido salvar. Un mes y medio antes lo obligaron a subir a un móvil policial para ir a una fiesta sexual en la sede policial, desde que me contó eso que le tenía terror a la policía”.
Cuando Esteban desapareció tomó la investigación el fiscal Luis Arbío. Pero a los pocos días de encontrarse los huesos el terreno fue arrasado por topadoras, lo que impidió una buena recolección de pistas. Después siguieron los fiscales Matías Castro, Francisco Tourné y por último Martín Pizzolo, fiscal actual, que reactivó la investigación y en agosto de 2010 solicitó que fuera imputado un hombre que daba con el perfil criminológico.
Las actuaciones en la causa de muerte de Esteban se iniciaron como “averiguaciones de causales de muerte”, y Pizzolo fue el primero en introducir la figura de “homicidio simple”. El fiscal imputó a Héctor Oscar Ocaña, conocido en la noche olavarriense como "El Nito" o "Nito Cucarese".
Según una nota de la periodista local Claudia Rafael, Esteban se hacía llamar “Mara”. Está la versión ded que “Mara” se prostituía y que Ocaña, que vivía cerca, era un conocido golpeador de las travestis de Olavarría. Ocaña fue sobreseído y por el crimen no hay ningún culpable.
Sergio Hernández, secretario de Fiscalía General Azul, dijo a Popular de Olavarría que "la causa está físicamente ubicada en el archivo y puede ser reabierta la investigación si surge una nueva línea". Graciela la pelea sola ya que por estos días no tiene abogado que la acompañe.
“Hace diez años que no lo tengo. Esteban era muy inocente, estaba estudiando peluquería y quería ser diseñador de moda. También operarse para una readecuación de género porque él se sentía mujer”, dijo su madre y aseguró que va a seguir: “Quiero justicia y que no quede impune la muerte de mi hijo”.