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Infojus Noticias

26-1-2015|16:03|Marita Verón TucumánProvinciales
En el juzgado federal 2 de Tucumán

Denuncian a un informante en el juzgado que investiga al clan Ale

Lo señaló uno de los imputados en la causa que investiga por lavado a Rubén "La Chancha" Ale y su hermano. La supuesta filtración les habría permitido a los acusados estar alertados sobre las medidas dispuestas por el juez. Ya se abrió una investigación y se ordenaron medidas de prueba.

  • Télam
Por: Milva Benítez

En la causa por lavado de dinero en la que son investigados Rubén “La Chancha” Ale y su hermano Adolfo “el Mono”, uno de los imputados señaló que los cabecillas del clan tucumano al que Susana Trimarco vinculó con el secuestro de su hija habrían tenido un informante en el Juzgado Federal 2 de Tucumán, a cargo de la instrucción. Fuentes judiciales confirmaron a Infojus Noticias que “hay una investigación en curso y se ordenaron los primeras medidas de prueba”. Desmienten, por ahora, que la persona haya sido apartada del cargo, aunque sí lo fue de la causa.

El imputado que pidió ampliar su declaración indagatoria y señaló a un empleado del juzgado es Fabián Antonio González, detenido como testaferro del clan comandado por los Ale desde diciembre de 2013, cuando el titular del juzgado Fernando Poviña, dispuso las primeras detenciones por el caso. La supuesta filtración les habría permitido a los acusados estar alertados sobre las medidas dispuestas por el juez y dos de ellos llegaron a fugarse, mientras el cabecilla del clan, Rubén Ale, se protegió internándose de manera inmediata.

Oscar Roberto Dilascio, señalado como testaferro del clan, y Víctor Alberto Suárez, otro presta nombre, están prófugos desde entonces. Y Rubén Ale, consiguió –salvo un breve lapso de tiempo, a fines de 2014 – cumplir su prisión preventiva, primero en el sanatorio Modelo y después en el hospital Avellaneda, ambos en la capital tucumana. Esto hasta fines de diciembre, cuando Poviña dispuso un nuevo procesamiento para Ale por asociación ilícita y agregó otras seis personas a las trece inicialmente imputadas.

Poviña ordenó entonces el traslado de “la Chancha” al hospital en el penal federal de Ezeiza, en Buenos Aires. Una serie de escuchas telefónicas indicaban que durante su internación “la Chancha” siguió manejando los negocios ilícitos. Una decisión de la Cámara de Apelaciones revirtió esta medida, y desde el 30 de diciembre el cabecilla del clan cumple la medida de prisión preventiva en su domicilio, otra vez en Tucumán.

Los vínculos policiales del Clan Ale

“No es la única investigación que se sigue en la causa con respecto a las filtraciones que benefician al clan”, señalaron fuentes conocedoras del expediente. Efectivamente, en el procesamiento dispuesto a fines de 2014, Poviña identificó a otros supuestos informantes del clan que parece tener “oídos” en todas partes.

Remarcó en el escrito el “vínculo personal y telefónico” del clan Ale con integrantes “de la Policía de la Provincia de Tucumán y de la Gendarmería Nacional Argentina, quienes al procurarles su colaboración e información, obstruyeron el debido accionar policial y judicial”. Y entre las consecuencias mencionan las fugas de Suárez y Dilascio, y la información con la que contó “la Chancha” al momento de su internación.

La fuga de estos integrantes de la banda, se explicó en la causa gracias al testimonio de una testigo de identidad reservada, clave para esta segunda etapa de la instrucción. Sus dichos, le permitieron el juez ordenar seguimiento de las comunicaciones telefónicas, descubrir las operaciones de “la Chancha” desde el hospital e identificar a seis nuevos integrantes del clan delictivo. Entre ellos a Hernán Horacio “Memo” Lazarte, un policía de la División de Transporte de Tucumán que habría actuado como “campana”.

Las escuchas

El 26 de junio de este año, Marcelo Manca (uno de los últimos seis procesados con prisión preventiva) marcó el teléfono de Lazarte.

—“Una camioneta gris, Berlingo gris me ha seguido hasta la casa” —, le dijo. Pasados unos minutos de cavilaciones, Lazarte consultó con unos colegas, y le confirmó que los que lo vigilaban no eran “milicos” (de Tucumán); pero como no lo notó tranquilo le sugirió estar atento.

—Si la ves de vuelta anótale la chapa patente y decime yo la saco por aquí para ver de dónde—, apuntó el policía. En breve, Lazarte se comunicó con la confirmación: la camioneta era de la Policía Aeroportuaria.

En los procesamientos, al describir la situación del policía, Poviña remarcó el “vínculo personal y telefónico” del clan Ale con integrantes “de la Policía de la Provincia de Tucumán y de la Gendarmería Nacional Argentina, quienes al procurarles su colaboración e información, obstruyeron el debido accionar policial y judicial”. Y entre las consecuencias mencionan las citadas fugas, y la información con la que contó “la Chancha” al momento de su internación.

En el escrito, el juez citó a la testigo protegida: “Hay un gendarme que es concuñado de Fabián González, quien se encuentra casado con la hermana de Julia Piccone, esposa de Fabián González, y quien le anticipara los allanamientos que iban a realizarse y recuerda que (…) ya tenía conocimiento Rubén Ale y Fabián González, pero no quisieron avisarle a la Jesús Rivero y si le avisaron a Carlos Alberto Suárez”. Todos los nombrados en este párrafo, figuran entre los 19 procesados.

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