Infojus Noticias

En el barrio Los Nogales de General Rodríguez los vecinos hablan del ruido, las llamas, y el temblor que escucharon, vieron y sintieron esta madrugada. Fue tras la explosión del depósito de garrafas de Full Gas, ubicado sobre la ruta nacional 5. En principio "no hay indicios de que haya sido intencional", dijo en declaraciones a los medios el fiscal del caso, Pablo Vieiro. La declaración de Vieiro despejó los rumores que desde esta mañana hablaban de la posibilidad de que se haya tratado de un atentado por parte de un empleado despedido del lugar.

"Milagro" es otra de las palabras que más se escuchan por estas horas en General Rodríguez. Nadie puede creer que tras la explosión en la que volaron cientas de las 4500 garrafas que allí estaban depositadas, no se haya registrado ni un solo herido o muerto. "Es inexplicable", coinciden todos en el barrio Los Nogales. El lugar es uno de los más humildes de Rodríguez. Tiene las calles de tierra, con zanjas  a los costados, y las construcciones son muy precarias. En muchas de ellas y sus pequeños jardínes, cayeron garrafas o pedazos de ellas. En el medio de ese caos de ruido y fuego, la mayoría optó por salir corriendo para salvarse.

"Los peritos están trabajando y no se descarta nada, pero en principio no hay indicios de que lo haya hecho alguien de forma intencional", ratificó a Infojus Noticias Alberto Ibarra, comisario inspector, jefe del destacamento de General Rodríguez. Ibarra coincidió con Vieiro, titular de la UFI Nª 10 de Luján, y explicó que el llamado a la policía, dando cuenta de lo que sucedía, se produjo minutos después de las 3 de la mañana. Fue poco después de que el sereno del predio alertara al dueño sobre el inicio de un primer foco de fuego en un camión.

Hasta ahora, todo parece indicar que "el fuego empezó sobre un camión cargado con garrafas y de ahí se propagó al muelle de carga", explicó a esta agencia Roberto Giordano, comandante general jefe de bomberos de General Rodriguez

"Nosotros recibimos el llamado a las 3.05 por parte de la policía, mandamos a la primera autobomba y empezamos a coordinar el operativo", agregó Giordano. El hombre se quedó en el cuartel y mandó diez autobombas al predio y pidió asistencia a los bomberos de Pilar, San Miguel, Luján, Moreno y Marcos Paz. También que tuvo que pedir que se corte el servicio del ferrocarril Sarmiento: el predio está ubicado frente a las vías y allí cayeron varias garrafas que salieron volando y llegaron a caer a más de 300 metros.

Un peligro en el medio del barrio

La casa donde vive Jaqueline Fogun, una chica de 18 años, y su familia, está pegada al depósito. "Me divide una medianera de 15 centímetros, nada más", explica todavía nerviosa. "Escuché un ruido fuerte a las 2:40, pero seguí durmiendo. Alrededor de las 3 vino Emanuel, un vecino, a golpearnos la puerta y a decirnos que salieramos corriendo. Se ve que el gas nos había dopado", contó a Infojus Noticias esta chica que es asmática y en la corrida junto a su familia no hizo a tiempo a agarrar nada, ni siquiera el inhalador que ahora su hermana menor le acerca, "por las dudas". Salió con lo puesto y cuando puso un pie afuera "se escuchó la peor explosión. Fue tremendo el ruido", contó.

Jaqueline vive en el mismo terreno que Fabiola, una mujer que tiene 35 años y siete hijos. Con los seis que viven con ella y su mamá, esta mujer que trabaja como mucama, salió en mitad de la noche para salvarse. La despertó el estruendo y cuando se asomó vio por la ventana delantera de su casa las llamaradas que aparecían de lo que era el depósito. En la desesperación agarró el celular y marcó el 911. "Tardaron en llegar la policía y los bomberos. Nosotros le pedíamos a los autos que pasaban que fueran a buscar a la policía", describe. El miedo a la intoxicación por el gas que podía salir de ahí  o a ser golpeada por una de las garrafas que volaban por el aire la aterraba. Junto a su familia y sus vecinos se metieron debajo de una parada de colectivos cercana. Ahí lloró por la desesperación de sentir que podía perder lo poco que tiene y recordó cómo se le quemó su casa en 2011 y todo fue peor.

"Se me vinieron todos los recuerdos encima y me hizo muy mal. Aquella vez fue por un corto circuito", explica. Después de eso se mudó a esta casa sin terminar, con una escalera que no está firme y que no tiene gas natural. "Busqué un lugar mejor y me vine acá. No sé cómo permiten que haya un lugar como este con todo ese peligro en el medio de un barrio", se preguntó. Desde la terracita de la casa sin terminar que alquila se llega a ver las pilas de garrafas quemadas, un tinglado venido abajo, y una camión consumido por las llamas, que quedaron en el depósito. Todo sobre el pasto o manchones de cemento, en una estructura precaria y destruida.

Ahí trabajan miembros de la policía, bomberos  y los miembros de la Secretaria de Energía de la Nación, que "están haciendo una evaluación para trasladar los envases con gas a una planta que la firma tiene en General Las Heras, adonde va a recibir tratamiento", explicó Ibarra. Aunque no hay fechas exactas sobre cuándo podría terminar de retirarse todo el material que aún tiene gas, estiman podría demorarse poco más de dos días. "Es un procedimiento de cierto riesgo", dijo Giordano. Cerca de él, sobre la vereda de tierra de la planta de Full Gas, hay un vallado y un camioneta blanca. Pertenece al cuerpo de bomberos de esta localidad y está ahí para asistir ante cualquier tipo de crisis por el combustible que se maneja.

"No corresponde que haya un lugar así acá, en medio de un barrio", insistió Fabiola. "En enero del año pasado también hubo una explosión similar y no pasó a mayores porque los bomberos llegaron enseguida, pero esta vez fue diferente. Es de mucha irresponsabilidad tener las garrafas al sol como las tenía", agregó.

"Es un desastre esa distribuidora", agregó Jaqueline quien explicó que ellos iban a comprarle garrafas porque eran mucho más baratas que en otros lugares, pero "nos las vendía con gran parte de arena, se acababan enseguida". En el mercado general las garrafas salen unos cincuenta pesos, en este depósito las conseguían por 16. "Son comunitarias", agrega la chica. A las 5 se pudo controlar incendio y para las 8 ya estaba extinguido, pero quedó una guardia por los eventuales problemas que podían surgir durante el peritaje.

"Fue una explosión atrás de otra. Yo escuché y no entendía qué eran", contó Miriam Domínguez, una chilena de 64 años que desde los 15 vive en Argentina. La mujer salió corriendo con algunos de sus diez hijos y sus más de 20 nietos. Fue hasta la casa de una de sus hijas, que vive cerca del centro, y ahí se quedaron hasta que pudieron volver. "Nunca escuché nada igual y jamás vive una llamarada tan grande, era enorme anaranjada, larga. Salté de la cama cuando lo escuhé y no hice a tiempo ni a agarrar la billetera. Nada", relató. Uno de sus hijos, que trabaja como distribuidor para la firma La Serenisima, pasó un minuto antes por el frente del depósito. "Me llamó y me dijo: mami, pasé y al segúndo explotó todo, fue increíble. Fue como una película".