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Infojus Noticias

28-4-2014|14:39|LESA HUMANIDAD Buenos AiresProvinciales
Hace un año que lo estaban buscando en Brasil y Paraguay

Detuvieron a Aldo Vara, el ex capellán buscado por Interpol

Lo encontraron en Ciudad del Este y, según el fiscal Miguel Palazzani, en estos momentos "lo estarían trasladando para Asunción". Vara tenía pedido de captura internacional. Se había fugado cuando comenzó el juicio por el Batallón de Comunicaciones 181 de Bahía Blanca, en el cual está imputado por delitos de lesa humanidad.

Por: Juan Manuel Mannarino

El sacerdote Aldo Omar Vara, de 80 años, ex capellán del Batallón de Comunicaciones 181 de Bahía Blanca, fue detenido hoy en la ciudad paraguaya de Ciudad del Este. Así lo confirmó a Infojus Noticias el fiscal Miguel Palazzani, quien dijo que a Vara "se lo estaba buscando hacía un año en Brasil y Paraguay” y que, en estos momentos, “Interpol lo está trasladando para Asunción”.

Palazzani detalló que el ex capellán se fugó del país cuando empezaba la causa penal por el Batallón de Comunicaciones 181, en Bahía Blanca. En ella, está imputado por delitos de lesa humanidad, pero nunca pudo ser interrogado por los fiscales. Aldo Omar Vara admitió en 1999 que supo de las torturas en el centro clandestino La Escuelita y que vio las secuelas de la picana sobre el cuerpo de jóvenes secuestrados en el Batallón de Comunicaciones 181. El entonces fiscal general Hugo Cañón pidió su imputación pero la Cámara Federal se la negó. Trece años después, el tribunal que condenó al primer grupo de represores del Cuerpo V de Ejército –integrado por jueces foráneos porque sus pares bahienses no daban garantías de imparcialidad– tomó nota de los testimonios sobre Vara, consideró probada su “culpabilidad” en secuestros y torturas, y ordenó que se lo investigara en primera instancia.

A partir de allí, los fiscales federales José Nebbia y Miguel Palazzani recolectaron las pruebas contra el ex capellán, a quien caracterizaron como un agente de Inteligencia que sólo por su técnica se diferenciaba de los militares, y pidieron su detención e indagatoria. Pero el juez federal Santiago Martínez había rechazado el pedido por entender que no había elementos suficientes para imputarlo. Sin embargo, tras un nuevo pedido desde la Unidad Fiscal de Asistencia para causas por Violaciones a los Derechos Humano y del juzgado federal a cargo del juez Álvaro Coleffi, Nebbia y Palazzani lograron que la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca ordenara la captura internacional del ex capellán.

"El capellán, de acuerdo al reglamento de operaciones psicológicas, es un oficial orgánico y en ese plano está probado también que, de acuerdo al reglamento, el oficial en su ámbito de actuación operaba en la inteligencia y en el aporte al plan criminal desde su lugar de sacerdote, tratando de entrar por ese lado a las personas que estaban en cautiverio", había dicho Palazzani, en el momento del pedido de captura.

Vara fue capellán auxiliar del Cuerpo V del Ejército entre 1971 y 1979 y es el único sobreviviente de los religiosos que tuvieron un rol protagónico junto a los represores del comando bahiense. En los últimos años murieron impunes el ex arzobispo Jorge Mayer, que llegó a bendecir medallas de torturadores hoy condenados; su segundo Emilio Ogñenovich, quien en 1976 justificó que “los profetas de una moral sin Dios están recogiendo las consecuencias lógicas”; y Dante Inocencio Vega, el capellán del Cuerpo V que durante la dictadura admitió ante madres de secuestrados que sus hijos estaban en La Escuelita y en democracia juró por la Biblia no conocerlas.

El más conocido de los casos que involucran a Vara es público desde el juicio a las Juntas gracias al testimonio de un grupo de estudiantes de la Escuela de Nacional de Educación Técnica No 1 que fueron secuestrados en diciembre de 1976 y torturados durante un mes en La Escuelita. Abandonados en una ruta, otro grupo de militares simuló rescatarlos y los llevó al Batallón, donde recibieron varias visitas del capellán. Uno contó que “nos traía galletitas, cigarrillos, preguntaba cómo habíamos llegado ahí, pero no le avisó a nuestros padres como le pedíamos”. Gustavo Aragón consideró una ironía que Vara fuera a llevarles “la palabra de Dios” y a hacerlos rezar mientras seguían en cautiverio. Gustavo López contó que a veces iba con sotana y otras con pantalón, siempre con cuello blanco. José María Petersen declaró que les daba “una especie de contención”, pero cuando relataban las torturas permanecía en silencio. Recordó una respuesta de antología que el tribunal apuntó en la sentencia: Vara sugirió que los secuestradores eran paramilitares que actuaban por su cuenta y que los estaban buscando.

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