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Dos jóvenes fueron detenidos en un asentamiento de Lanús acusados de ser quienes mataron el pasado sábado a un efectivo de Gendarmería Nacional de un tiro en el pecho sin motivo aparente, y uno de ellos aseguró que su compañero tiró "porque sí", informaron hoy fuentes policiales. Los arrestos se llevaron a cabo ayer el la denominada Villa Sapito, ubicada en la zona de Lanús.  Los arrestos se llevaron a cabo ayer el la denominada Villa Sapito, ubicada en la zona de Lanús.

Los apresados tienen 17 y 19 años y en los allanamientos se secuestraron dos vainas servidas de proyectiles calibre .40, el mismo con el que aparentemente mataron al gendarme Julio César Solís (31).

Un jefe policial consultado por Télam dijo que el joven de 19 años, al ser apresado, dijo a la policía que el otro acusado pasó a buscarlo por la casa para dar un paseo en moto y que mientras él conducía en un momento su compañero sacó un arma y sin motivo alguno disparó.

"¿Que hacés?, ¿estás loco?", le pregunto el mayor de los jóvenes al otro, según le contó a la policía, en una declaración que carece de validez legal por no haberse realizado en sede judicial.

Los dos detenidos quedaron a disposición de la fiscalía a cargo de la causa, donde serán indagados.

El hecho ocurrió el la madrugada del 11 de enero último, cando el gendarme Solís realizaba tareas para el "Plan Abordaje en Villa Sapito", que tiene como objetivo reforzar la presencia de las fuerzas de seguridad en ese asentamiento de emergencia.

En dicho contexto, el gendarme, perteneciente al escuadrón 7mo. de GNA con asiento en El Palomar, custodiaba el barrio y una salita de primeros auxilios móvil situada dentro de la villa junto con tres compañeros, cuando dos hombres que circulaban en una motocicleta se dirigieron a su posición.

Al llegar a su lado, sin motivo aparente y sin mediar palabra, una de las personas de la moto extrajo un arma de fuego, disparó en varias oportunidades desde una corta distancia e hirió a Solís de un tiro en el pecho cerca de la garganta, en un sector que su chaleco antibalas no alcanzaba a cubrir.

Tras efectuar los disparos, los delincuentes aceleraron y escaparon a toda velocidad antes de que los compañeros del herido pudieran reaccionar.

De acuerdo al relato de las fuentes, los gendarmes encontraron a Solís ensangrentado en el suelo y, al ver la gravedad de sus heridas, lo trasladaron de urgencia al Hospital Interzonal General de Agudos "Dr. Pedro Fiorito", de Avellaneda. Allí, y pese al esfuerzo de los médicos de guardia, la víctima falleció como consecuencia de la importante hemorragia sufrida en la zona alta del pecho