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Infojus Noticias

1-9-2015|18:00|DICTADURA CórdobaProvinciales
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La fiscalía de instrucción busca determinar las causas del fallecimiento

El cura asesinado en Alta Gracia fue capellán del Ejército en dictadura

Entre 1975 y 1982, el sacerdote Luis Cortés, que fue encontrado muerto en su casa, se desempeñó como capellán de la IV Brigada de Infantería del Ejército, a cargo de Luciano Benjamín Menéndez. “En función del rol que ocupaba, podría haber tenido información sobre cómo actuaron los represores”, dijo a Infojus Noticias la fiscal Virginia Miguel Carmona.

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Por: Milva Benitez

El sábado por la tarde los feligreses de la localidad cordobesa de Alta Gracia que asistían a la misa en la “Casita San Juan Bautista” se sorprendieron cuando el padre Luis Cortés no se presentó. El sacerdote hallado sin vida en su casa afectada por un incendio intencional se desempeñó, entre 1975 y 1982, como capellán de la IV Brigada de Infantería del Ejército, a cargo de Luciano Benjamín Menéndez. “En función del rol que ocupaba podría haber tenido información sobre cómo actuaron los represores”, dijo a Infojus Noticias la fiscal Virginia Miguel Carmona, coadyudante en la megacausa La Perla.

La hermana María Canelli comentó a esta agencia, sobre el día sábado: “Cantamos para abrir la misa y él no entró, nos llamó la atención porque era muy puntual”. La religiosa de la congregación “Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia” recordó que el sacerdote, de  73 años, vivía a la vuelta y cuando llegaron a buscarlo no pudieron entrar “por el humo”, comentó Canelli. La fiscalía de instrucción de la localidad serrana espera para esta tarde los resultados de los peritajes sobre las causas de la muerte; por ahora, no descartan otros móviles pero consideran que “la hipótesis de homicidio en ocasión de robo es la más fuerte”.

Según los primeros indicios, el religioso habría estado maniatado y fue asesinado por ahorcamiento. Desde la fiscalía encabezada por Emilio Drazile confirmaron que el fuego habría sido intencional. Apuntan a que él o los homicidas prendieron fuego la casa de la víctima para borrar huellas. La casa del sacerdote está a la vuelta del hogar donde viven las religiosas y donde iba a dar misa el sábado.

“Nos llamó la atención porque él es muy puntual”, dijo la religiosa María Canelli. “Venían desde otras localidades, él los recibía en su casa donde hacía una oración carismática, tenía un don, sabía de psicología y, guiado por el Espíritu Santo, les daba mucha paz”, aseguró. El municipio declaró dos días de duelo con banderas a media asta por el fallecimiento del sacerdote.

Los investigadores no descartan otras pistas, aunque la principal es que el crimen se habría producido en ocasión de un robo. “La puerta no estaba forzada”, dijo Canelli, enterada por los comentarios de los vecinos que se acercaron hasta la casa del cura y descubrieron el incendio.

Para avanzar en la investigación, la fiscalía pidió las grabaciones de las cámaras de seguridad cercanas a la capilla, ubicada en el casco histórico de la ciudad. Y pidieron a los vecinos que si vieron algo, “más allá de que, en principio, no les haya llamado la atención”, se acerquen a la fiscalía o a la policía local “para colaborar”.

Ayer a la mañana, el arzobispo de Córdoba, Carlos Náñez, ofreció una misa en recuerdo de Cortés en la parroquia de La Merced, a la que pertenecía. Pidió terminar con “todo pacto con la cultura de la muerte”. “Es un hecho dolorosísimo, que tiene que hacernos reaccionar. Si bien la responsabilidad es de las autoridades, sobre todo, yo quiero decir que no podemos aceptar como un dato más, con indiferencia, estas cosas. En nuestras familias, en nuestros barrios, en todas partes, hay que reaccionar", dijo Náñez.

La principal hipótesis es que se trató de un homicidio criminis causa, es decir que, de confirmarse que se trató de un homicidio, él o los atacantes habrían actuado para encubrir otro delito. El sacerdote fue párroco en la localidad durante más de veinticinco años, y desde hace unos años, ya retirado, se había abocado a  dar a diario la misa en la “Casita San Juan Bautista” y a recibir y acompañara a las personas que, desde distintas regiones, iban a visitarlo a su casa.

La fiscal federal Miguel Carmona dijo que su colega Facundo Trotta, que lleva más tiempo al frente de la Unidad fiscal que investiga delitos de lesa humanidad, le indicó que “no se identificaron testimonios que vinculen al sacerdote, de manera directa, con la represión en la última dictadura”. Algo que Trotta reiteró en medios locales, donde aseguró: “Yo no recuerdo que Cortés haya sido mencionado entre los testimonios que tenemos de víctimas de la UP1”. En ese marco, el fiscal confirmó el rol de Cortés como capellán del Ejército.

Por otra parte, el historiador Lucas Bilbao y el sociólogo Ariel Lede presentaron este año un estudio sistemático sobre el vicariato castrense y su relación con el terrorismo de Estado, de la década del ’70,  en la Argentina, y mencionan a Cortés entre los sacerdotes designados para el “Operativo Independencia”, el plan militar contra la guerrilla rural en Tucumán, iniciado en febrero de 1975. A partir de los diarios del obispo Victorio Bonamín (escritos entre 1975 y 1976), los investigadores elaboraron un informe que presentaron a la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad.

En esa investigación, Bilbao y Lede afirmaron que “al menos 102 sacerdotes ejercieron su trabajo pastoral en unidades militares donde funcionaron centros clandestinos” y advirtieron sobre la “participación necesaria” en delitos de lesa humanidad.

MB/LL

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