Gustavo Santillán está detenido por prender fuego a su pareja en 2010. Fátima Catán tenía 24 años y estaba embarazada. El juez rechazó el pedido de la defensa de sobreseer al acusado.
La Justicia de Garantías de Lomas de Zamora envió hoy a juicio oral a Gustavo Santillán, detenido por el crimen de su ex pareja Fátima Catán, cometido en 2010 en Villa Fiorito. Santillán llega al debate oral acusado de ser autor de "homicidio simple en el contexto de violencia familiar". Según informó la agencia Télam, la decisión se conoció a conocer luego de que el juez Gabriel Vitale rechazara el pedido de sobreseimiento pedido por la defensa de Santillán.
Entre las pruebas que tuvo Vitale para tomar la decisión, estuvo el informe de autopsia que reveló que la muerte de Fátima, que tenía 24 años y estaba embarazada de cinco meses, "fue producida por mecanismo violento, siendo su causa original quemaduras del 85% de la superficie corporal y de la vía área superior”. Vitale también tomó en cuenta los testimonios del círculo de allegados de la joven que explicaron que la chica había sido golpeada por su concubino al que describieron como "muy celoso".
Otro elemento que jugó en contra del acusado, fue que su primera versión de lo ocurrido se contradijo con su declaración indagatoria. El juez también consideró que "existen pruebas objetivas e indicios suficientes" para sostener que el lugar del hecho fue "alterado o modificado" y que una cámara de seguridad que funcionaba en la casa de la pareja "fue extraída" la noche del crimen y no meses después, como explicó el propio Santillán.
Los resultados del peritaje realizado en la casa de la pareja por personal del Departamento Técnico Investigativo de la División Siniestros de la Policial Federal fueron fundamentales para sostener la acusación contra Santillán ya que dieron por tierra con su testimonio. Santillán había asegurado que Fátima se quemó cuando estaba vestida con una musculosa y en ropa interior en la habitación y, en medio de una discusión, se paró en la puerta del dormitorio "con sus brazos recogidos a media altura, sosteniendo en su mano derecha una botella plástica blanquecina, que contendría alcohol, y en su mano izquierda un encendedor". Aseguró también que la joven tenía una botella de alcohol y algodón porque estaba limpiando discos compactos y que se prendió fuego cuando encendió un cigarrillo. Y afirmó que, una vez iniciadas las llamas, él se arrojó sobre el cuerpo de ella con intenciones de apagar el fuego y que en esas circunstancias sufrió algunas quemaduras en su antebrazo.
Pero los peritos policiales explicaron sus dudas respecto a la hipótesis planteada por el imputado y basaron su conclusión en el análisis de la vestimenta que llevaba puesta Santillán al momento del hecho. "Según sus reiterados relatos durante la reconstrucción, su primera reacción posterior al inicio del fuego consistió en la de acercarse a la víctima y `arrancarle la musculosa`; sintiendo luego que se quemaba su antebrazo izquierdo, por lo que se sacó su campera (...)", indicó el informe. Los peritos afirmaron que "ni la campera ni el buzo que habría tenido puesto ese fatídico día el señor Santillán exhiben algún signo o indicio de haber sufrido los embates de un efecto térmico (...)".