Así lo expresó Deolinda Carrizo, del Mocase Vía Campesina, durante la primera audiencia del juicio por el crimen de Cristian Ferreyra, un militante de 23 de años, asesinado en 2011 en Santiago del Estero. Hay seis personas imputadas.
En Monte Quemado, Santiago del Estero, se inició el juicio por el asesinato del campesino Cristian Ferreyra, ocurrido en noviembre de 2011. Su muerte se dio en un contexto de represión a los campesinos que luchan por su tierra ancestral. Desde distintos puntos de la provincia y del país llegaron a esta ciudad, de apenas 20 mil habitantes, campesinos y organizaciones sociales para pedir justicia. El juicio tiene en el banquillo a un empresario agrícola, Jorge Ciccioli, y a otras cinco personas acusadas de amenazar y hostigar a campesinos para desalojarlos de sus tierras. Demetrio Palomo, que estaba entre los acusados, fue excluido del juicio por estar internado en un hospital de Tucumán con un cuadro terminal.
Sobre la ruta a la entrada de Monte Quemado, un salón de fiestas fue acondicionado para hacer de sala de audiencias. Esta vallado y custodiado por más de cien policías con armas, caballos y perros. A un par de cuadras, en un hotel nuevo y moderno, se alojan los funcionarios judiciales, jueces, fiscales y abogados que durante un mes escucharán a testigos y acusados.
Media hora después de las nueve arrancó esta primera audiencia ante el tribunal compuesto por los jueces Élida Suárez de Bravo, María Angélica Peralta de Aguirre y Federico López Alzogaray. Aunque ya estaban en la sala Carlos Abregú, Mario René Abregú, Víctor Hugo Juárez y Walter Juárez- procesados por lesiones, amenazas y abuso de armas- aún no habían llegado los otros dos acusados: Jorge Cicciolli y Javier Juárez, imputados por el homicidio y amenazas. Cuando los familiares de Cristian vieron entrar a estos últimos, estallaron en llanto y tuvieron que salir para calmarse.
A la audiencia asistió Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora así como un representante de la Secretaría de Derechos Humanos, que acompañará todo el proceso a través de la figura de 'amicus curiae'. Luego de la lectura de los pedidos de elevación a juicio de la querella y de la fiscalía, llegaron los planteos de nulidades de las defensas de todos los acusados. “No se establece la conducta de Cicciolli”, dijo su abogado Miguel Torres y agregó que su cliente está en el juicio “sin saber realmente de que se lo acusa”.
En la elevación a juicio se cuenta como Ciccioli contrataba gente armada para que cuidara los campos y que, según los testimonios, amenazaban y amedrentaban. Esto no es un homicidio cualquiera se da en el marco de la disputa de la tierra” dijo cuando terminó la primera jornada Deolinda Carrizo, del Mocase- VC. “El derecho a la tierra es un derecho que está en la Constitución Nacional y que tenemos que seguir defendiendo”, agregó frente a todos los convocados, Nora Cortiñas.
Una tarde tensa
A las cinco de la tarde el tribunal decidió retomar la audiencia. El sol pegaba fuerte en Monte Quemado. A la vera de la ruta provincial se divisaba un humo negro. Los campesinos habían decidido cortar la ruta. “Queremos alegar”, decía Raúl, de gorra y pelo largo y hablaba con quienes dirigían el operativo de más de 100 policías para “custodiar el juicio”. Era el pedido que por la mañana había realizado el abogado Rodríguez.
Los policías miraban, siempre intimidantes, pero tuvieron que dialogar. Sesenta campesinos entraron para presenciar la audiencia. Los empleados judiciales y los jueces veían por las ventanas de la sala de audiencias a unos cincuenta metros. Ya adentro se conoció la decisión del tribunal sobre los planteos, los rechazó a todos.
Deolinda Carrizo era una de las que estaba en la audiencia, se levantó y gritó: “Queremos tener la voz”. Los jueces habían rechazado que el abogado de Sergio Ferreyra, primo de Cristian, Oscar Rodríguez pudiera alegar en el juicio. Una cuestión procedimental se lo impidió. Es que previo al juicio se declaró nula un requerimiento de elevación a juicio que había presentado otro abogado que llevó en su momento la causa. “Es el aspecto reparador de la víctima”, dijo sobre Sergio pero no lo escucharon.
Después fue el turno de los acusados. Uno a uno se sentaron frente al tribunal y todos se negaron a declarar. Se incorporaron por lectura los testimonios que hicieron años atrás donde, entre otras cosas, decían estar sorprendidos por la causa y le echaban la culpa a los campesinos por "violentos". Mañana será el turno de los testigos, la madre de Cristian, Mirta Salta, es una de ellas.
El asesinato
Con sólo 23 años, Cristian ya era un referente de la comunidad. El 16 de noviembre de 2011, en plena asamblea en la casa de su compañero Darío Godoy, una moto interrumpió la reunión. A bordo iban Javier y Anton Juárez. Darío fue el primero en salir a la puerta, pero Javier Juárez preguntaba constantemente por Cristian. Tanto Javier como Anton eran empleados del empresario santafesino Jorge Ciccioli, quien decía que los terrenos eran de su propiedad porque los había “comprado” en febrero de ese año en Metán, Salta. Finalmente Cristian salió.
“Ustedes siguen queriendo joder con este campo”, les recriminó Juárez. En su mano tenía una Itaka recortada. Casi no la levantó y disparó. Un tiro dio en la pierna de Cristian que comenzó a desangrarse; la bala le había atravesado la arteria femoral. Darío también fue herido en la pierna. Sergio Ferreyra, primo de Cristian, vio lo que pasaba y se acercó. Se abalanzó sobre Juárez y logró sacarle el arma. Cincuenta kilómetros separan el lugar donde se desangraba Ferreyra de Monte Quemado, la ciudad más importante de la zona, donde no llegó a ser atendido ya que murió en el camino.
La movilización
Cientos de militantes del Movimiento y de organismos de derechos humanos se movilizaron hoy para reclamar Justicia por Cristian. Durante la marcha, un referente campesino explicó que "a Cristian hace tiempo le tenían ganas, le echaban el ojo para voltearlo, para sacarlo del medio, para seguir talando hasta el último árbol" de monte, antes de que sicarios de un empresario rural lo asesinaran con un disparo de escopeta en noviembre de 2011.
"Los hombres de la soja miden la vida por toneladas de porotos, por bolsones de soja que ha parido la tierra, la misma que envenenan", agregó.
Por su parte, dirigentes del Mocase-VC consideraron un "hecho histórico" la jornada en que el empresario José Ciccioli y otros cinco imputados por el crimen "comenzaron a ser enjuiciados, con la posibilidad de condenar a los asesinos materiales e intelectuales" de Cristian Ferreyra.