La jueza, Roxana Bernardelli, explicó que la causa por la muerte de Franco Casco debe ser caratulada como una "desaparición forzada de persona" y que, a partir de ese encuadre, debe intervenir la Justicia federal. El joven apareció en el río Paraná tras 23 días de búsqueda. La última vez que lo vieron con vida fue en la comisaría 7° de Rosario.
La jueza rosarina Roxana Bernardelli dispuso que la investigación por la muerte de Franco Ezequiel Casco pase al fuero Federal, tras caratularla como “desaparición forzada de persona”. Casco fue visto con vida por última vez en la comisaría 7ª de Rosario. “No voy a permitir que pase un mes más para que esto se investigue como corresponde. Es una grave violación de los derechos humanos y no se puede esperar que transcurran los años", afirmó Bernardelli. La resolución fue adoptada en una audiencia celebrada ayer en los Tribunales provinciales.Ahora la justicia Federal debe resolver si acepta la competencia.
Bernardelli también dispuso que se envíen oficios al gobernador Antonio Bonfatti; al jefe de la policía rosarina, José Luis Amaya; y a la División Asuntos Internos de la policía para que se investiguen las posibles faltas cometidas por el personal de la comisaría 7ª y en el caso de que se detecte alguna responsabilidad penal se dé parte a la Justicia.
La jueza hizo hincapié en los fundamentos del episodio al que calificó de "grave". "La policía dijo que estaba bien cuando se retiró de la comisaría, pero eso no fue constatado por ningún médico". Y afirmó que la responsabilidad policial en la muerte de Casco es la que tiene "mayores elementos" como hipótesis.
El cuerpo de Franco apareció flotando en el río Paraná el 30 de octubre. Hacía 23 días que su familia lo buscaba. Franco tenía 20 años y desapareció el martes 7 de octubre en Rosario, adonde llegó desde Florencio Varela para visitar familiares. La que última vez que lo vieron estuvo en una comisaría. Su mamá, Elsa Godoy, lo buscó en comisarías, hospitales y morgues. Sólo pudo confirmar que estuvo detenido en la 7 º y, luego, desapareció. El joven vivía de hacer changas como albañil junto a su padre y no tenía antecedentes penales.
El 6 de octubre Franco había llamado a su madre desde Rosario. “Al otro día tenía que tomarse el tren. Lo fui a buscar a Retiro y nunca apareció”, contó. A partir de ahí, la tía de Franco fue hasta la comisaría 20 donde quiso radicar la denuncia por “averiguación de paradero” y le dijeron que tenían que esperar 48 horas, una disposición que no figura escrita en ningún protocolo formal.
Ante la falta de respuestas, primero viajó su papá a Rosario y a los pocos días la mamá. Pegaron carteles con la cara de su hijo y un teléfono. Esos panfletos sugestivamente fueron desapareciendo. Lo buscaron por todos lados hasta que dieron con el dato: Franco había pasado por una comisaría antes de desaparecer.
Según la versión policial el martes 7 de octubre Franco estuvo detenido en la 7ª entre las 13 y las 22. Fue arrestado por presunta "resistencia a la autoridad" por haber intentado tirar un adoquín a un móvil policial. Franco figuraba en el libro de entradas de la delegación con el apellido materno. La salida la autorizó el fiscal de turno, Álvaro Campos. Y, según el legajo policial, Franco firmó cuando se fue. La madre vio esa información y sospechó de su autenticidad. “No es la firma de mi hijo”, denunció. Los policías contaron que Franco estaba “como perdido” cuando lo detuvieron y que se fue caminando de la seccional. Elsa fue varias veces a esa comisaría y le negaron información. “No me dejaban ver el libro de ingresos. No me decían nada”, contó. Ayer, en la Fiscalía Regional Elsa vio las fotos de su hijo que están en la causa y que retratan su paso por la comisaría: Franco está golpeado.
Desde entonces, la familia del joven de 20 años denunció que al muchacho lo había matado la policía y el defensor Gabriel Ganón abonó su hipótesis.
Contradicciones en la investigación
Ayer Bernardelli planteó una contradicción en el marco de la investigación. "En el libro de guardia de la comisaría 7ª consta que Casco fue detenido a las 13 horas del 7 de octubre, pero al padre del muchacho un policía de la seccional le dijo que lo habían detenido el 6 de octubre a la noche", aseguró.
La jueza también planteó sus dudas acerca de la teoría de que Casco haya muerto en forma accidental o se haya quitado la vida. Se preguntó cómo apareció en el canal de navegación del río. "Si alguien se tira desde el puente Rosario-Victoria el cuerpo sigue el cauce del río, pero no aparece en ese mismo lugar salvo que haya sido atrapado por camalotes", explicó.
Para Ganón, la detención de Casco ocurrió el 6 de octubre a la noche pero, según el fiscal Guillermo Apanowicz, fue apresado el 7 de octubre a las 13. "No le puedo dar mayor credibilidad a un testimonio por encima del otro, pero me inclino por el día 6. Además le dieron cuenta al fiscal pero no a la defensa, con lo cual el detenido quedó en un estado de desamparo e indefensión", sostuvo la magistrada.
Para argumentar su pedido de caratular el caso como desaparición forzosa de persona, Ganón sostuvo que la privación ilegal de la libertad viola el artículo 7º de la Carta Interamericana de Derechos Humanos y recordó los casos de Walter Bulacio (asesinado por miembros de la Policía Federal) y el de Iván Torres (desaparecido en Chubut). "Hay que limitar las facultades policiales de detener sin motivación", planteo.
Ganón también detalló las irregularidades y omisiones en el curso de la investigación. Se "actuó con desidia tras recibir la denuncia de averiguación de paradero (de Casco). No cumplió con el protocolo. No controló a la policía. No se hizo nada para averiguar lo que pasó en la comisaría 7ª hasta que la familia denunció el caso en los medios. En el inicio de la investigación hubo un sinnúmero de desprolijidades", detalló Ganón. Y afirmó que el hecho debió ser investigado por una fuerza diferente de la policía provincial.
Sobre Apanowicz aseguró que "hizo perder filmaciones y no advirtió que el celular que le entregó la policía no era el mismo aparato con el que habían sacado las fotos en las que Franco aparecía severamente golpeado en la cara. Le tomaron el pelo y aun así no ordenó medidas con relación al personal de la comisaría", aseguró.
Cuando fue su turno de exponer, Apanowicz expusó tres hipótesis: la participación policial en la muerte de Franco, que haya sido otro el autor o una muerte accidental. Y contó que en las imágenes de las videocámaras de la Municipaliad y de la provincia aparece una persona similar al joven "a las 23.30 del 7 de octubre en el shopping Alto Rosario, a las 2.20 en el cruce Alberdi, luego en el viaducto Avellaneda y en Cordiviola y Avellaneda", explicó.
Fue entonces cuando la jueza le preguntó si había una cámara en la comisaría. El fiscal dijo que sí pero las imágenes se borran automáticamente a las 48 horas, admitiendo que no pudo observarlas. Sobre la competencia del caso Apanowicz sostuvo que a su entender debía conservar la investigación ya que no están dados todos los requisitos para ser considerada la desaparición forzada de personas.