Así lo dijo Eduardo Gasparrini, quien integra el cuerpo médico forense de los Tribunales Federales de Córdoba y declaró como testigo en la sexta audiencia. El profesional dijo, además, que “la autopsia original era deficiente” y que en criminalística “el tiempo que pasa es la verdad que huye”. El juicio se retomará el 10 de febrero del 2014.
Un médico que analizó el informe de la autopsia realizada a Enrique Angelelli en 1976, y un policía retirado que participó del operativo el día que murió el obispo tercermundista en Punta de los Llanos, fueron los dos últimos testigos de este año, en la sexta audiencia del juicio que investiga la muerte de Angelelli en 1976.
Después del doble asesinato de los sacerdotes de su pastoral, Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias en Chamical, y del laico y trabajador rural Wenceslao Pedernera, la mayoría de los testimonios que vivieron en esa época y estaban cerca de Angelelli, aseguraron que el obispo era el blanco fundamental.
El 4 de agosto de 1976, Angelelli al volante y el sacerdote Arturo Pinto como acompañante, sufrieron un siniestro en la ruta entre Chamical y Punta de los Llanos, cuando volvían de investigar el asesinato de los sacerdotes Longueville y Murias.
El juicio oral comenzó en noviembre y la última audiencia del año fue el viernes 20 de diciembre. El Tribunal Oral en lo Correccional Federal integrado por José Camilo Quiroga Uriburu, Carlos Julio Lascano, Juan Carlos Reynaga y Mario Garzón, retomarán sus funciones en este juicio el 10 de febrero del 2014.
Los testigos
Eduardo Gasparrini integra el cuerpo médico forense de los Tribunales Federales de Córdoba. En 1988 le pidieron que realizara un análisis del informe de la primera autopsia realizada sobre el cadáver del obispo y del cuerpo legal de lo investigado hasta ese momento. A través de videoconferencia desde Córdoba, donde también estaba Menéndez, el profesional dijo que “la autopsia original era deficiente” y que en criminalística “el tiempo que pasa es la verdad que huye”. Consideró que hubo incompetencia de los profesionales que realizaron la autopsia pero que no está en condiciones de decir si las falencias fueron a propósito o no. Los médicos que participaron de la primera autopsia fueron los médicos Luis Neffen, que declaró el lunes pasado; Herrera Páez, que está previsto que testifique; y Guchea, que ya falleció.
Luego de ser interrogado por todas las partes, Gasparrini concluyó que no había rastro de bala en la cabeza del obispo. Y en función de su experiencia en la medicina forense y el análisis exhaustivo de este caso, dijo: “es muy probable que haya sido un accidente provocado”.
Por su parte, el policía retirado, Jorge Nicolás Luna Moreira, trabajaba en la Policía Provincial. Dijo que Juan Carlos Romero, jefe de Inteligencia de la Policía local -que ya falleció- fue quien lo buscó en su casa a fin “de que se trasladaran a Punta de los Llanos como consecuencia de lo que le había sucedido al obispo”. Luna Moreira se desempeñaba como secretario del instructor sumariante, Nicolás de la Fuente. Además de explicar las tareas que realizó en el lugar, recordó que cuando ingresaron a donde estaba internado el sacerdote Arturo Pinto, rodeado por un grupo de monjas, ellas miraron a los uniformados y expresaron “el diablo, el diablo, llegó el diablo”. También señaló que la Policía trabajaba subordinada a las directivas de los militares y que todo lo actuado ese día fue girado también al Ministerio del Interior de la Nación y al III Cuerpo del Ejército.
En la audiencia del viernes estuvieron presentes los abogados de la Fiscalía, los abogados del Obispado Pedro Goyochea y Mirta Sánchez y los representantes de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia y de la Nación, Bernardo Lobos Bugueau y Guillermo Díaz Martínez, además de los defensores oficiales de los imputados.
Los únicos imputados de la causa son Luciano Benjamín Menendez y Luis Estrella. Ambos fueron condenados el año pasado a prisión perpetua por el asesinato de Longueville y Murias. Los otros tres acusados en la causa del obispo fallecieron: Albano Harguindeguy, Jorge Rafael Videla y el ex policía Juan Carlos Romero. Por eso se les declaró la extinción de la acción penal.