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El 13 de octubre de 2013, el narco chileno Oscar “Vinchuca” Guzmán (68) llevaba cuatro días muerto, cuando la policía mendocina lo encontró tirado en el jardín de su casa de la localidad de Luján de Cuyo. En el dormitorio yacía el cuerpo de su mujer, Carmen del Pilar Honorato (60), también asesinada. Según fuentes policiales, por esos días Vinchuca esperaba un importante cargamento de drogas y en su casa tenía el dinero para pagarlo. Por el crimen, la Cuarta Cámara del Crimen empezó hoy el juicio contra dos amigos de la infancia: el ex policía, Martín Berdejo, y un ex empleado judicial, Maximiliano Damián Guerra.

Seis meses antes de que encontraran sin vida al matrimonio, el Departamento de Narcocriminalidad de Mendoza dispuso un plan para seguirles los pasos. Querían capturar a Vinchuca cuando recibiese los 300 kilos de cocaína que esperaba, provenientes de Bolivia. Berdejo era uno de los agentes que estaba a cargo de las tareas de inteligencia.  

Los cuerpos los descubrió un conocido de las víctimas después de que uno de los hijos del matrimonio le pidiera que fuera a verlos porque hacía varios días que no sabía nada de ellos. La autopsia reveló que Vinchuca tenía un balazo en la cabeza y varias heridas cortantes en distintas partes del cuerpo. 

Cuando el doble asesinato trascendió a los medios, habló el director general de la Lucha contra el Narcotráfico de Mendoza, Juan Carlos Caleri: “Estábamos siguiendo a Guzmán por violar la ley internacional de drogas. Él ejecutó movimientos desde Argentina para coordinar entregas a Europa. Tampoco descartamos que haya exportado droga a Centroamérica”, dijo a la prensa.

Lo que no sabía Caleri era que uno de sus subordinados era el responsable del crimen. Una huella dactilar fue la prueba que delató al ex empleado judicial Guerra. Semanas después del asesinato, un testigo reservado confesó ante la Justicia que Berdejo había participado del crimen. La otra prueba contra el policía es que una de las balas que encontraron en la casa salieron de su arma reglamentaria, una 9 milímetros.

La causa recayó en manos del fiscal de Delitos Complejos Santiago Garay, que pidió la detención de los dos amigos. También dispuso que fueran enviados a distintas unidades de detención para evitar que se entorpeciera la investigación. Una de sus hipótesis era que los acusados habían utilizado los datos obtenidos por tareas de inteligencia para robar el dinero del cargamento. Esa plata nunca apareció.

Una vida narco

La primera vez que Vinchuca apareció en un expediente judicial fue en 1997, cuando intentó ingresar un cargamento de cocaína. Seis años después, se ocupó de gestar un laboratorio clandestino. Un operativo policial terminó en el arresto de Guzmán y el secuestro de  52 kilos de droga. El 23 de agosto de 2006, la justicia le otorgó la libertad provisional, tras lo cual huyó a Argentina por un paso no habilitado y se radicó en Mendoza.

El juicio

Está previsto que a lo largo de la semana los jueces Horacio Báez, Carlos Díaz y Jorge Coussirat tomen declaración a unos 40 testigos. El fiscal Gonzalo Nazar intentará demostrar que los acusados mataron a la pareja chilena para ocultar otro delito: el robo. Entre los testigos declararán el jefe de la Policía de Mendoza Caleri y la jefa de la división Escuchas Telefónicas Marcela Arbona.

NB/LC