El superior tribunal de Mendoza condenó a la banda, al Club Social y Deportivo General San Martín (donde se realizó el recital) y a la Municipalidad a indemnizar a la familia de Pablo Germán Cordero con 1.800.000 pesos.
Desde hace más de diez años Pablo Germán Cordero vive en estado de coma. En abril de 2003, cuando tenía 20 años, fue aplastado por una avalancha humana luego de un recital de la banda Bersuit Vergarabat en el estadio Pacífico de la ciudad de Mendoza. La Suprema Corte de Justicia esa provincia acaba de condenar a la banda, al Club Social y Deportivo General San Martín,
donde estaba el estadio Pacífico (donde se realizó el recital), y a la Municipalidad a indemnizar a la familia de Pablo con 1.800.000 pesos.
Las tres partes fueron condenadas en forma solidaria en un fallo de los jueces Omar Palermo, Alejandro Pérez Hualde y Jorge Nanclares, miembros de la Corte Suprema de Justicia de Mendoza. El monto de la indemnización es de 1.282.000 pesos, aunque con la tasa de intereses activos que establece el Banco Nación asciende a 1.800.000. La sentencia dejó afuera a los organizadores, Belisario "Bebe" Albarracín y la Asociación Brazos Abiertos.
“La verdad es que nosotros siempre estuvimos junto a Pablo y su familia”, dijo a Infojus Noticias Cristian Merchot, manager de la banda. Merchot reconoció que no esperaban esta decisión de la justicia pero aseguró que la van “a acatar de inmediato” y prefirió no referirse al tema de quienes eran los responsables de lo que había sucedido. Merchot y los miembros de la banda no fueron los únicos sorprendidos con la decisión judicial, al igual que los familiares de Pablo quienes por el momento prefirieron no referirse al tema. Quienes también eligieron reservarse de dar opinión al respecto fueron los responsables del club, en donde está el estadio que es considerado una “meca” del rock en la provincia cuyana.
La noche de ese 12 de abril la banda dio su recital en el estadio Pacífico del club San Martín. Pablo había viajado hasta allí desde su casa en la localidad de San Rafael. Tras quedar debajo de la avalancha sufrió graves traumatismos y paros respiratorios. Fue internado en el hospital Lagomaggiore. Como no había ambulancias, Pablo fue trasladado hasta allí en un móvil policial.
En un fallo anterior, la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Civil había señalado que la instalación de los vallados en el lugar armaron un “verdadero cuello de botella” y que no se proveyeron ambulancias ni servicio de emergencias médicas, por lo que “no se le pudo practicar medicina de emergencia en el lugar por inexistencia del servicio”. También consideraron que “no se proveyeron medidas de aireación ni ventilación mínimas, no se proveyeron salidas adecuadas, no se proveyeron puertas batientes con apertura hacia el exterior; no se respetaron las medidas mínimas de las aberturas de egreso, falencias todas imputables al organizador del evento". El fallo también dejaba constancia de que se había excedido la capacidad del lugar.
Siete meses después del hecho Gustavo Cordera, por entonces líder de la banda, volvió a la ciudad para dar un nuevo show y durante una entrevista brindada al diario Los Andes, se refirió a lo que había pasado: “Tengo un gran dolor por lo de Pablo (Cordero) y no lo puedo evitar, independientemente de que yo no intervine en esa avalancha, que no sé qué pasó en el momento en que él se cayó y todo lo posterior, que se demoró todo y que pasaran una sucesión de cosas que llevaron a que este chico hoy esté en estado de coma. Esas imágenes son muy difusas para mí. Lo real es que él está convalesciendo y eso me jode, más allá de que tenemos mucha esperanza”. Sin que la prensa lo supiera, Cordera y otros miembros de la banda se acercaron varias veces a ver a Pablo y a compartir tiempo con su familia.
Antecedentes
En diciembre de 2004 se produjo un incendio en la disco República Cromagnon en la que murieron 194 personas en medio de un recital de la banda Callejeros. Una persona del público tiró una bengala dentro del boliche de Once y una tela del techo comenzó a arder. El proceso judicial fue largo y se dio en medio de un debate sobre cuál era la responsabilidad de la banda liderada por el cantante Patricio Fontanet. En octubre de 2012, la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal fijó penas para todos. Los jueces Eduardo Riggi, Liliana Catucci y Mariano Borinsky condenaron a 10 años y 9 meses de prisión a Omar Emir Chabán, dueño del boliche de Once; a 5 años de prisión al ex manager de la banda “Callejeros” Diego Marcelo Argañaraz; a 7 años de prisión al líder de “Callejeros”, Patricio Rogelio Santos Fontanet; a 6 años de prisión al baterista Eduardo Arturo Vázquez; a 5 años de prisión a los restantes músicos de la banda: Christian Eleazar Torrejón, Juan Alberto Carbone, Maximiliano Djerfy y Elio Rodrigo Delgado; a 3 años de prisión al escenógrafo del grupo, Daniel Horacio Cardell, y a 6 años de prisión a Raúl Alcides Villarreal, mano derecha de Omar Emir Chabán, por los delitos de incendio culposo seguido de muerte y cohecho.
El 30 de abril de 2011 Miguel Ramírez de 32 años fue herido por una bengala que impactó en su zona cervical durante un recital de la banda La Renga en el autódromo Roberto Mouras de la ciudad de La Plata y murió pocos días después por las lesiones. La investigación demostró que Iván Fontán, un joven de 25 años, había sido quien arrojó el proyectil. El 21 de septiembre de este año la causa fue elevada a juicio oral. La decisión fue tomada por los camaristas de la sala III, Carlos Silva Acevedo y Alejandro Villordo, quienes confirmaron lo dispuesto por la fiscal que investigó el caso, Virginia Bravo, y el juez de Garantías César Melazo. El hecho fue caratulado como “homicidio simple con dolo eventual”, que establece penas de entre 8 y 25 años de prisión. El acusado estuvo preso pero la Cámara lo liberó por falta de mérito, por considerar que no había pruebas suficientes que acreditaran su autoría. Pero en septiembre los miembros de la Sala entendieron que los interrogantes deben debatirse en juicio y por eso la elevaron.
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