Iván Fontán encendió una bengala, la tiró y mató a Miguel Ramírez. Fue minutos antes de que La Renga comenzara su show en La Plata en abril de 2011. La Cámara Penal de esa ciudad elevó el caso a juicio oral.
El 30 de abril de 2011 La Renga movilizó a más de 50 mil personas al autódromo de La Plata. El show comenzó con “El final es en donde partí”. Hubo rock y pogo. También bengalas, tres tiros y bombas de humo. Una de esas bengalas impactó contra Miguel Ángel Ramírez, de 32 años. Y lo hirió gravemente. Una semana después murió en el hospital. El acusado de arrojar la bengala, Iván Fontán, irá a juicio oral y público, según lo confirmó la Cámara Penal de La Plata.
Fuentes judiciales informaron que los camaristas de la Sala III, Carlos Silva Acevedo y Alejandro Villordo, ratificaron lo dispuesto por la fiscal que investigó el caso, Virginia Bravo, y el juez de Garantías César Melazo. En la investigación quedó acreditado que "el 30 de abril de 2011, cerca de las 22.30, en el autódromo platense, un hombre encendió un dispositivo de tipo bengala que dirigió al nutrido grupo de personas que se encontraba dispuesto a escuchar al grupo de rock La Renga, en momentos en que se apagaban las luces".
Miguel Ramírez murió una semana después del show, en el hospital.
En julio de 2005 –siete meses después de la tragedia de Cromañón- La Renga tocó en el estadio de Vélez Sarsfield. Cuando un fan encendió una bengala, Chizzo, el líder, interrumpió el show. Algunos fans gritaron que estaban al aire libre. "Me chupa un huevo", dijo entonces el cantante. "Por respeto no podemos permitir nunca más una bengala". La escena se repitió en otros recitales de otros grupos. Duró unos meses. La pirotecnia no se vio más en lugares cerrados, pero suele verse en shows al aire libre.
El proyectil que le pegó a Ramírez en el show de La Renga en La Plata, le impactó en la zona cervical y le fracturó el maxilar inferior derecho y la primera costilla. Una semana después murió en el hospital.
El hecho fue calificado como "homicidio simple, con dolo eventual", que establece penas de 8 a 25 años de prisión. El acusado estuvo preso, pero la Cámara lo liberó por falta de mérito al considerar que no había pruebas suficientes para acreditar la autoría, y destacó que fue un homicidio culposo por imprudencia o negligencia.
Los camaristas de la Sala III entendieron que esos y otros interrogantes deben debatirse en juicio y se envió la causa al Tribunal Oral en lo Criminal II de La Plata, integrado por los jueces Claudio Bernard, Liliana Torrisi y Silvia Hoerr.