La justicia elevó a juicio oral el caso del empresario nocturno Cristian Martínez Poch, acusado de haber mantenido cautiva durante 15 días a su pareja y de haber abusado sexualmente de ella y de dos hijas que tuvo con su primera esposa. No descartan juicio por jurados.
Cristian Martínez Poch estará sentado en el banquillo de acusados. Imputado por "privación ilegal de la libertad doblemente agravada y abuso sexual con acceso carnal" de su expareja y por "corrupción de menores agravada y abuso sexual gravemente ultrajante" de sus hijas, su causa fue elevada a juicio oral. La medida fue adoptada por el juez de Garantías Pablo Reale, quien además rechazó por "improcedente" una recusación presentada por la defensa del acusado contra el fiscal de la causa, Marcelo Romero, y no hizo lugar tampoco a un pedido de ampliación de los plazos probatorios.
El 24 de septiembre último, la abogada Vanesa Rial (38) fue rescatada por la Policía, tras allanarse uno de los departamentos de un edificio ubicado en las calles 23 entre 58 y 59 de La Plata, donde el hombre aparentemente la tenía cautiva desde principios de ese mes.Durante ese tiempo, la golpeó, la drogó y abusó sexualmente de ella, según denunció la víctima ante la prensa y el fiscal Romero.
Dos días después de la liberación de la mujer, prestaron declaración testimonial ante el fiscal las hijas de Martínez Poch, de 19 y 20 años, quienes relataron que tras la muerte de su madre, cuando eran niñas, fueron abusadas por su padre. El imputado aseguró que era inocente y sostuvo que las afirmaciones de Rial "son una saga de mentiras, ficciones y sandeces".
Martínez Poch está imputado por los delitos de "privación ilegal de la libertad doblemente agravada, en concurso real con corrupción de menores agravada, abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal calificado". En el pedido de elevación a juicio, el fiscal tuvo en cuenta los resultados de las pericias psicológicas y psiquiátricas efectuadas a fines de diciembre a Martínez Poch, que revelaron que sus rasgos de personalidad psicopática "no conlleva alteración alguna para comprender la realidad, manteniéndose la indemnidad de las capacidades psicojurídicas".
Los peritos precisaron que el imputado tiene una imagen de sí mismo "sobrevalorada si se la contrasta con sus logros obtenidos, sean éstos académicos, laborales, personales o afectivos" y es claro su "malestar e irritación cuando se lo confronta con esta contradicción".
Martínez Poch, afirmaron los peritos, tiene "tendencia a mentir y engañar, ausencia de remordimiento o culpa, superficialidad afectiva, desconsideración e indiferencia, promiscuidad sexual irresponsabilidad, transferencia de culpa/responsabilidad y numerosas relaciones de parejas breves, entre otras".
En febrero pasado, el fiscal Romero pidió que el imputado sea sometido a un juicio por jurados, lo cual tiene que ser aceptado por el acusado. En ese caso, será el primer hecho en ser tratado en un juicio mediante esta metodología procesal en la provincia de Buenos Aires, que incluye a ciudadanos comunes como jurados y un juez profesional.