Contaron que el centro comercial Tortugas Open Mall, cada vez que llueve abre los grifos y arroja al barrio miles de litros de agua, y que se habían prometido obras que nunca se hicieron. También lo hacen los countries que se emplazan en la zona.
Martín Pérez es un vecino de Garín que se angustia cada vez que llueve. El miércoles pasado se levantó temprano y salió al balcón de su casa. Debajo, la calle parecía el cauce de un río. Martín vive enfrente de uno de los shoppings más grandes del país: el Tortugas Open Mall. Él y otros vecinos denunciaron que el centro comercial abrió los grifos y arrojó al barrio miles de litros de agua. Ayer y hoy protestaron sobre la colectora de Panamericana, en el kilómetro 36, a metros del shopping. “Cada vez que llueve no podemos salir a trabajar ni llevar los chicos al colegio. No se puede comer asado porque tiene tierra, no se puede colgar la ropa porque se ensucia. Estamos hartos de vivir así”, se quejó Martín con Infojus Noticias.
El TOM se inauguró hace cuatro años y está en el partido de Malvinas Argentinas, a la vera de la Panamericana. Cruzando la calle - la avenida Constituyentes- hacia el norte está el tradicional country Miraflores, que está dentro de la jurisdicción de Garín, partido de Escobar. En las inmediaciones de ambos, está el barrio Presidente Perón, donde vive Martín. La mayoría de sus calles son de tierra, las cloacas no existen y el gas natural es lujo para pocos.
La avenida Constituyentes comunica los dos accesos de Panamericana, el de Pilar y Escobar. Cuando abrió el shopping, a los vecinos les prometieron asfaltos en las inmediaciones y la zanja de las tres cuadras que bordean el barrio están entubadas. "Se asfaltó sólo una calle y no se pudo terminar los 200 metros que faltan ni hacer el gasoducto porque se rescindió el contrato con la OCCOVI, que era el encargado de obra", explicó a esta agencia el director de Obras de Malvinas Argentinas, Oraldo Droghei. OCCOVI es el Órgano de Control de Concesiones Viales que depende de la Dirección Nacional de Vialidad.
Desde el partido de Escobar, la delegada zonal Graciela Rojas explicó a este portal que por el momento ella carecía de herramientas para arreglar la situación. "Tengo una máquina rota", se limitó a decir y evitó profundizar en el problema estructural.
La quejas de los vecinos
Las tiendas de marca premium, los cines y el glamour que se vive dentro del shopping contrastan con las cuadras que comparte con el barrio Presidente Perón. Del lado del Tortugas, esos 350 metros no tienen ni un palo de luz, el pasto está alto y el agua que sale del edificio hacia la zanja es permanente.
"Estamos cansados de que no nos escuchen, ni los funcionarios de Malvinas ni de Escobar ", dijo Cristina Cateling. Sosteniendo un paraguas floreado, la mujer señaló los pozos de la esquina de Constituyentes y Beliera. Ahí está la terminal y parada de colectivos de las líneas 176 y 448. Los agujeros en la tierra tienen una longitud de un metro de ancho y hoy estaban tapados con maderas y escombros. Cristina vive a siete cuadras del shopping y reniega: "El agua que entra a mi casa cada vez que llueve no es agua cristalina ... Viene con bichos, yo maté víboras", aseguró. También dijo que desde la instalación del shopping, sufre reiterados cortes de luz.
Uno de los comerciantes de la cuadra, Charly Arrua, se acercó adonde estaba Cristina y contó que en esa esquina varios autos perdieron su tren delantero. También explicó que esos pozos estaban tapados con maderas, que los vecinos quemaron en el último corte, y que provisoriamente la Municipalidad de Escobar tapó con escombros.
Junto a Charly, los vecinos empezaron a salir de las casas y se armó una reunión para explicarle a Infojus Noticias la odisea que viven: los problemas se repetían. En medio de la charla, se acercó Antonia Flores: "Solo quiero acotar una cosa, si me dejan", dijo con la voz entrecortada y temblorosa. "El otro día era asqueroso el olor a pis y excremento que salía del agua que tiran. Cuando se seca la tierra, es horrible el olor que queda", dijo la mujer que vive frente al shopping. Tenía con cada mano a sus dos hijas de guardapolvos listas para ir al colegio.
También estaban Roxana y Silvia, que contaron que cuando llueve -poco o mucho- las ambulancias no entran, como tampoco los remises ni el camión recolector de residuos. Todavía recuerdan a un chiquito que tenía problemas en los riñones y tuvo que mudarse porque cuando llovía no podía salir a hacerse diálisis.
En referencia a los 136 milímetros que cayeron en Capital y Gran Buenos Aires, los vecinos reflexionaron: "Nosotros entendemos que llovió mucho y sabemos que hay gente que la está pasando mal, pero acá llueven dos gotas y nos inundamos. ¿Eso te parece normal?", contó Paola, una de las organizadoras de los cortes de calle. A metros de su casa, se destaparon al menos tres tapas de desagüe por la fuerza del agua.
"Lo que más lamento es toda la comida que tiré", agregó Silvia con los ojos cansados de tanto reclamar. Con sus manos sostenía las muchas cartas y denuncias que envió al Municipio de Escobar y nunca le respondieron.
Cada vez que llueve, los vecinos sacan fotos y filman videos. También lo hacen los días de sol. En una de esas grabaciones caseras se ve cómo un empleado de seguridad del shopping abre y cierra un grifo de donde sale agua con gran potencia y presión.
Los countries, otro problema
El punto de inflexión fue hace cuatro años cuando el shopping abrió sus puertas. Pero los vecinos también señalan que los barrios cerrados de la zona abren sus compuertas y toneladas de agua inundan al barrio. Además de Miraflores, citaron al Tortugas, Villa Olivo y Aranzazu. Los vecinos fueron a hablar con autoridades del Miraflores. Los atendió el jefe de guardia, que les dio la razón y les aseguró que ya habían multado a los socios que tiraban agua de la pileta hacia fuera. "¿Y la plata de la multa para qué bolsillo va? Nos toman el pelo”, se quejó Charly. El agua sale por un portón verde que da sobre la calle Beliera. "La parte de abajo del portón ya está medio podrida de tanta agua", agregó el vecino.
La maqueta del Tortugas
Otra vez, los vecinos fueron a quejarse directamente con los gerentes del shopping. Un empleado los recibió, les mostró unos papeles y aseguró que los asfaltos "ya estaban pagos" y que ellos más no podían hacer. "Se comprometieron a cortar el pasto y limpiar la zanja. Nunca lo hicieron", dijo Martín. Infojus Noticias también intentó hablar con algún representante del centro comercial. "Están en reunión", fue la respuesta sistemática. En el segundo piso, en la oficina de administración hay una gran maqueta del shopping y las inmediaciones. En la miniatura, la avenida Constituyentes aparece asfaltada y con autitos de colores que recorren una calle prolija y con árboles de copas abundantes. A pocos metros y afuera del Tortugas, Martín, con las zapatillas embarradadas y tratando de no resbalarse en medio del berenjenal de tierra mojada, dijo: "La bronca y la impotencia que tenemos es que con semejante mounstruo no podemos sufrir esto “.