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Carmen Riera no aparentaba la edad que tenía. Cuando se presentaba, a sus 73 años le restaba diez. Vivía en una precaria casa en la localidad de Batán, en las afueras de Mar del Plata. En pleno invierno solía dormir cerca de una pantalla conectada a una garrafa que la mantenía caliente. Por eso cuando los bomberos -después de apagar las llamas que consumían la vivienda- encontraron el cuerpo calcinado sobre la estufa pensaron que se trataba un accidente. La verdad se develó días después, cuando la autopsia confirmó que murió ahogada por su propia sangre al recibir tres puñaladas.

El barrio en el que vivía Carmen es una zona de clase de media baja, con casas de material de frentes despintados y sin revocar. Su casa, en la intersección de las calles 149 y 158, quedó prácticamente destruida por el fuego. “El incendio fue provocado para encubrir el crimen”, explicó a Infojus Noticias el fiscal Fernando Castro, al frente de la investigación. El funcionario basa su afirmación en una prueba contundente. La autopsia demostró que no había humo en los pulmones, lo que permite sostener que la mujer ya estaba muerta cuando se inició el fuego.

El informe forense fue preciso. El cuerpo tenía tres heridas provocadas por un cuchillo con una hoja de no menos de diez centímetros. Una bajo uno de los pechos, otra en el abdomen y la restante en el diafragma. De esta última herida brotó la sangre que provocó la asfixia, que fue la causa de la muerte.

La autopsia le permitió al fiscal Castro caratular la causa como homicidio. Si bien todavía no se animan a descartar ninguna hipótesis, los investigadores siguen con firmeza la pista del femicidio. Según el testimonio de algunos vecinos, el viernes a la noche –un rato antes del incendio- la mujer habría mantenido una fuerte discusión con un hombre que vive en la casa lindera, con el que mantenía una relación sentimental informal. Los testigos contaron que el hombre estaba alcoholizado.

Ayer a la mañana, un grupo de policías allanó la casa del sospechoso. “Se secuestraron cuchillos, un arma de fuego, de la que aparentemente no tendría autorización, y ropa sucia, manchada. No se ordenó la detención de esta persona porque por el momento no hay elementos de prueba”, explicó el fiscal. La Policía Científica deberá analizar si alguno de los cuchillos coincide con las heridas y si las manchas de la ropa son de sangre humana.

El sospechoso todavía no declaró en la causa. El fiscal esperará los resultados de los informes de la Policía para definir si lo cita en calidad de testigo o de imputado.

SO/RA