Por su asesinato Esteban Cuello, único imputado, espera el juicio oral y público. Pero los familiares creen que Cuello no actuó solo. Piden que no se cierre la investigación y apuntan a la Policía Bonaerense como posibles encubridores.
Desde Hurlingham hasta el Congreso y la Casa de la Provincia de Buenos Aires marchan compañeros y familiares de Laura Iglesias, la trabajadora social del Patronato de Liberados, violada y asesinada en Miramar el 29 de mayo de 2013.
Esteban Cuello, único imputado por el hecho, sigue detenido a la espera del juicio oral y público. Para la familia de Laura, Cuello no actuó solo: piden que no se cierre la investigación y apuntan a la Policía Bonaerense como posibles encubridores.
Laura Iglesias tenía 53 años. A la mañana salió de su casa para visitar detenidos con libertad asistida que estaban bajo su tutela. En el camino, su Renaullt 9 azul se atascó en el barro de un camino vecinal. Caminó hasta la casa de una amiga para pedirle que la llevara hasta Mar del Plata. A la tarde volvió por el auto con la intención de llamar a un auxilio.
Sus familiares y amigos se preocuparon. Laura no aparecía. Llamaban a su celular y no había caso: hicieron la denuncia en la comisaría de Miramar. A la noche de aquel miércoles, los compañeros de trabajo de Laura encontraron el auto. En la mañana del jueves 30 de mayo, en un rastrillaje por un descampado de Parque Bristol, en las afueras de Miramar, a pocos metros de donde había quedado abandonado su auto, el cuerpo de Laura Iglesias apareció ahorcado contra un árbol con un cordón de una de sus zapatillas.
Rodolfo Moure, a cargo de la Fiscalía Descentralizada que por entonces también tenía jurisdicción en Miramar, quedó al frente de la investigación. La policía enseguida vinculó a Esteban Cuello con el caso. La cercanía de su vivienda con la escena del crimen y sus antecedentes por violación y abuso lo convirtieron en el principal sospechoso. Fue detenido. En el allanamiento a su casa, la policía encontró pertenencias de Laura. La prueba contundente fue que su ADN quedó en el cuerpo de Laura y en el cordón con el que fue estrangulada.
Alicia Iglesias, hermana de Laura, cree que Cuello participó del crimen, pero sospecha que no fue el único, cree que la investigación quedó a mitad de camino. “Exigimos que se investigue no sólo al único detenido y autor del hecho, sino que se ahonde sobre coautorías y/o complicidades”, es una de sus consignas. Además, piden que la Fiscalía haga nuevas pericias.
Desde el primer momento, los familiares de Laura Iglesias desconfiaron que Cuello hubiera actuado solo. La base de la sospecha: es difícil que una sola persona pueda concretar las vejaciones a las que fue sometida Laura.
La causa ya fue elevada a juicio oral por Juan Tapia, del Juzgado de Garantías 4. A los seis meses del hecho, por pedido de la familia y los compañeros de trabajo de la víctima, separó de la investigación a la Policía Bonaerense. Sin embargo, en diálogo con Infojus Noticias, Tapia expresó que “objetivamente en el expediente no hay elementos para pensar en una coautoría”.
Para el juez de Garantías, el debate oral podría ser el lugar donde surjan nuevos elementos para que la actual fiscal de Miramar, Ana María Caro, continúe con la investigación.
Los compañeros de trabajo de Laura presentarán un pedido a los legisladores de la provincia de Buenos Aires para que se le pida al ministro de Justicia, Ricardo Casal y al de Seguridad, Alejandro Granados, un informe detallado sobre la investigación.