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Infojus Noticias

8-10-2013|18:44|Crimen Entre RíosProvinciales
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El tribunal también admitió una acción civil millonaria de indemnización

Mató a un amigo de la infancia a tiros: lo condenaron a 22 años

Adrián Molaro le disparó tres veces a Adrián Céparo, en enero de 2012. El joven murió cuatro días después. La defensa sostuvo en el juicio que el crimen se produjo porque Céparo hostigó durante veinte años a Molaro. Pero el tribunal no probó que haya habido acoso.

  • Adrián Molaro, en una de las primeras audiencias del juicio. Gentileza Sinmordazaentrerios.com
Por: Matías Máximo

Los jueces del tribunal de la Sala II de la Cámara del Crimen de Entre Ríos, integrada por Marcela Badano, Marcela Davite y Ricardo Bonazzolla, condenaron a Adrián Molaro a 22 años de prisión por homicidio simple y admitieron la acción civil por 1.375.000 pesos de indemnización a la familia de Adrián Céparo, que murió el 21 de enero de 2012 tras recibir tres tiros a quemarropa de su amigo de la infancia: se conocían desde los cuatro años.

“La muerte fue por una infección general hospitalaria después de los disparos, así lo determina la autopsia y por eso apelaremos cuando se conozcan los argumentos, dentro de ocho días” dijo a Infojus Noticias Marciano Martínez, abogado defensor de Molaro. Y agregó: “Otro punto importante es que el hecho se dio en una situación de bullying, porque Céparo siempre lo hostigaba”.

Apenas salió de la sala, Ladislao Uzín Olleros, el abogado de la familia Céparo, dijo a la prensa que “el tribunal ha sido muy claro. Se supone que vivimos en una sociedad organizada en la cual nadie puede tomar venganza ultimando a una persona de manera cobarde y pusilánime como ocurrió en este caso”. Además, determinó a la estrategia del imputado como “la fábula mentirosa del bullying”.  

Durante la etapa de los alegatos, la Fiscalía y la querella solicitaron la pena de reclusión perpetua (35 años de cárcel), por entender que fue un homicidio calificado por alevosía. Y negaron el argumento del bullying.

A pesar de esto, el fiscal de Cámara Rafael Cotorruelo realizó la solicitud “subsidiaria” de 22 años de prisión, ante el en caso de que el tribunal no hiciera lugar a su pedido de alevosía.

La próxima semana se conocerán los argumentos de la sentencia y será la instancia en la que el acusado puede apelar. “Sabemos que tiró, así que no pediremos la absolución. Pero la pericia de dos psiquiatras y un psicólogo demostró la situación de acoso, así que iremos por ahí”, adelantó Martínez.

El crimen

El crimen se registró en la localidad de Cerrito, a 50 kilómetros al noreste de la capital entrerrianaEl sábado 21 de enero, Molaro disparó tres veces a quemarropa contra Céparo. Una bala dio en el brazo y las otras le perforaron el abdomen. Los dos tenían 22 años y se conocían desde muy chiquitos. "Todo empezó cuando teníamos cuatro años e íbamos juntos al jardín, donde Alexis me golpeaba", reveló Molaro al declarar ante el tribunal. 

La noche del crimen, Molaro fue hasta la casa de la novia de Céparo y bajó de su auto con un arma en la mano. “No lo quise matar”, dijo durante el juicio. Dijo que tenía el arma para defenderse. “A veces me escupía, me pegaba y me insultaba”, contó, por eso su defensa planteó la figura de bullying.

"Se planteó una historia de persecución y hostigamiento de casi dos décadas porque en su momento el imputado habló que desde el jardín de infantes esta persona lo perseguía, pero no pudo acercar testigos concretos que describan o ilustren esta conducta observada por quien luego fue víctima", dijo el fiscal.

Después de los disparos, Molaro estuvo prófugo. En su auto, hallado en la localidad de La Paz, se encontraron tres armas: un revólver calibre 357, uno calibre 44 y otro calibre 40.

Durante su fuga estuvo en Paraguay, se cambió el nombre, atendió en un restaurante y buscó trabajo en el campo. Fue a través de escuchas telefónicas, que la comisión de la Policía entrerriana lo detuvo en la calle, después de 20 días, en febrero de 2012. Desde ese momento está detenido.

“Mi hijo era una persona alegre pero en la escuela primaria empezó a cambiar, se transformó en un chico triste, alicaído y aislado”, contó la madre de Molaro en la instancia oral. El padre, en relación a la portación de armas, dijo que “la utilización en el campo es algo normal”. “A Adrián le gustaba armarlas, desarmarlas, limpiarlas. Él quería ser mecánico de armas”, agregó.

Céparo era futbolista, operador de radio y locutor en FM 100 de Cerrito, una localidad ubicada a 40 kilómetros de Paraná. Sus padre, Luis María Céparo y Sandra Mendoza, dijeron: "Para nosotros no hay pena que alivie el dolor del padre y de la madre, los hermanos y los tíos".

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