Le habían matado sus animales en varias ocasiones y al encontrar a su chancho muerto se desquitó con el vecino, asumiendo que era el responsable. No está detenido.
El lunes al mediodía, José Luis G., conocido como Luki, estaba por sentarse a almorzar en su casa del barrio Mielín, en Santo Pipó, la localidad misionera donde vive. Fue entonces cuando escuchó los chillidos de uno de sus cerdos.
Salió corriendo para ver qué pasaba. La imagen era dantesca: el cerdo estaba lleno de cortes y, ensangrentado, agonizaba. Alejándose con un machete en la mano y rodeado de perros que también habrían lastimado al animal, estaba Carlos P., un vecino de 42 años. Luki asumió que el hombre era el responsable de lo que había pasado.
Lleno de ira y harto de que le mataran animales -en los últimos meses desconocidos le habían matado 6 chanchos- Luki volvió a su domicilio. Agarró una escopeta de fabricación casera, salió a la calle y disparó contra Carlos.
Con varias heridas de perdigones en su cuerpo, Carlos cayó al piso. Dos de las heridas fueron en las piernas y una en los brazos.
Alertados por los vecinos, los efectivos de la comisaría local llegaron al lugar y trasladaron a Carlos al hospital de Área de San Ignacio. Luego, dadas las heridas y para poder realizarle estudios más complejos lo trasladaron al Hospital Madariaga de Posadas, donde le extrajeron los proyectiles que tenía en el cuerpo y se recupera favorablemente.
Después de haber baleado a su vecino, Luki se escapó de su domicilio. Durante varias horas nadie supo de su paradero. Esa noche volvió a su casa, pero no fue detenido, aunque sí trascendió que el arma con la que baleó a su vecino fue secuestrada por la policía en el lugar.
El magistrado interviniente dispuso la notificación de la causa al lesionado Carlos P. La causa la lleva el Juzgado de Instrucción N° 6 de Posadas, Misiones.