Hoy comenzarán a declarar los testigos del segundo juicio contra la familia Montecino, acusada de tráfico de drogas. La red, de 23 integrantes, operaba en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén y fue desmantelada en 2011. Todos los miembros habían sido absueltos en un primer juicio.
Hoy se reanudan las audiencias del juicio a la familia que traficaba estupefacientes en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Edith Montecino, su pareja, Miguel Nacimiento, y su padre, Héctor “El Viejo” Montecino, están en el banquillo de los acusados junto a una larga lista de parientes. En total son 23 las personas procesadas por traficar cocaína (de la “rica”, dicen testigos citados en el requerimiento de elevación a juicio) y marihuana en las localidades de Cipolletti, Allen, Fernández Oro, Neuquén y Centenario. Y también en una posible ruta a Chile, donde la marihuana se vendería al doble de precio, especifican los investigadores en el documento al que tuvo acceso Infojus Noticias.
La familia Montecino fue investigada en marzo de 2011 y en septiembre de ese mismo año empezaron las detenciones. Los policías llegaron con los primeros fríos. Eran cuatro o cinco, aunque Edith no sabe si siempre eran los mismos: “Está bastante jodido…me dejan dos en una esquina y dos en la otra”, le dijo al padre cuando la llamó al teléfono. La escucha figura entre las pruebas del juicio por narcotráfico en el que hoy comienzan a declarar los primeros de más de 80 testigos previstos, en un proceso que se prevé durará más de tres meses.
En el expediente, los lazos de familia tejen la trama del tráfico de estupefacientes. En la chacra de la abuela Yolanda Esparza, madre de Ruth y Héctor, los investigadores secuestraron dinero que “entienden proveniente del ejercicio de la actividad ilegal” y señalaron que en su domicilio “servía como lugar de almacenamiento de estupefacientes”.
Después de meses de vigilancia, el 31 de agosto comenzó a desatarse el ovillo y la pesquisa se aceleró. Ese día Jessica Montecino fue a buscar la droga que estaba almacenada en la casa de Olga Jorquera, en Cipolletti. Cuando salió, la esperaban dos hombres que sospechó que eran de la policía federal, y optó por tirar la mochila y correr. Fue a la casa de su tía, Ruth Montecino y desde ahí llamaron a Héctor. El padre y jefe del clan marcó los pasos a seguir: llamaron a Marcelo Seguel y le dijeron que llevara los paquetes a su chacra en el paraje La Mayorina, también en Cipolletti. Seguel cumplió la tarea con ayuda de su hijo, Diego, y el encargado del lugar, Leopoldo “Polo” Belmar.
En la investigación, la red incluye a Romina Montecino, una chica de 17 años al momento de la detención, y a su madre Irma Betanzo; a Cecilia Soto y su pareja Fabián Reyes, vecinos de Edith y Daniela Montecino; a Hugo Villablanca y Leonor Castillo que según consta en las investigaciones policiales se dedicaban a la venta al menudeo en Centenerio y Daniela Montecino. Se suman a la lista Héctor Soto y su hijo Fernado, Daniel Reyes, Luis Linares, Fiofania Ruskoff Anufirev, y Carina Dominguez. Todos ellos por acopio y/o distribución de los estupefacientes y los hermanos Ruth y Héctor Montecino “liderando, coordinando y dirigiendo” las operaciones ilegales de la organización delictiva que asoló el Alto Valle.
La defensa pública, a cargo de Pablo Matkovic, que asiste a 12 de los 23 acusados, señaló a Infojus Noticias que entre los acusados se encuentran “personas de escasos recursos, algunas madres de familia”. De la investigación se desprende que no todos los acusados configuran los principales eslabones de una red de narcotráfico, sino más bien muchos de ellos participaban en la venta al menudeo o almacenamiento de los estupefacientes.
La causa
De los 23 acusados, 18 permanecen en prisión desde la realización del operativo que desbarató la organización, en septiembre de 2011, cuando se incautaron más de 193 kilos de drogas, miles de pesos, balanzas y otros elementos que fundamentaron la instrucción de la causa y el procesamiento de quienes estarían implicados.
El proceso despierta interés en la región porque se trata del segundo juicio al que llegan los acusados. A este juicio llegan después de haber sido absueltos en 2011 en el fuero Federal de General Roca. La sentencia, que generó polémica, fue muy crítica con la Policía rionegrina por graves fallas en las pesquisas y los jueces señalaron que había escasos elementos para declararlos culpables de narcotráfico.
En el juicio, que comenzó el pasado 6 de agosto, solo una imputada hizo uso de la palabra al momento de iniciarse el debate oral, para afirmar su inocencia. Los otros prefirieron guardar silencio. Ahora el tribunal integrado Ricardo Barreiro, Orlando Coscia, Eugenio Krom y Leónidas Moldes, comenzará a repasar la prueba que se acumula en casi 5.000 fojas (23 cuerpos), que a la versión de los testigos, sumará las escuchas telefónicas y filmaciones obtenidas durante un seguimiento de varios meses que la jueza Federal Carolina Pandolfi ordenó realizar en casas particulares sospechadas de ser utilizadas por el clan Montecino para el acopio, fraccionamiento y distribución de cocaína y marihuana, entre marzo y septiembre de 2011.
Hoy está previsto que declare, el ex policía neuquino Jonatan Gómez, que entonces participó de la investigación. Este hombre llega al debate oral con una causa penal en sus espaldas: es investigado en calidad de partícipe necesario por los delitos de violación de secretos en concurso ideal con tráfico de estupefacientes.