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La búsqueda de Alejandro Gastón “Kiki” Ponce duró tres días. Lo habían visto por última vez el viernes. Según la policía, se tiró al río desde un muelle en la zona céntrica de Rosario tras escapar de un robo. Su hermano Luis y un testigo desmienten esa versión: contaron que estaban pescando cuando aparecieron los efectivos, que los obligaron a tirarse al agua y los apedrearon. Ayer a la tarde, agentes de Prefectura encontraron el cuerpo del joven flotando en el Paraná. “Lo dejaron ahogarse”, denunció a Infojus Noticias el defensor General de Santa Fe, Gabriel Ganón. El caso de Kiki tiene similitudes con otros dos crímenes recientes: en los tres casos, la Justicia investiga el accionar policial.

La autopsia determinó que Kiki “no tenía heridas, no existían en superficie ni orificios lesiones traumáticas con nexo de causalidad con la muerte”, según explicó la directora del Instituto Médico Legal, Alicia Cadierno, a Radio 2. “Se determina asfixia por sumersión, es el primer dato pero todo apunta a eso”, agregó.

El fiscal de Homicidios Miguel Moreno, a cargo de la causa, se inclinó por la versión policial. “No estaban pescando, habían terminado de cometer un hecho de robo” a una pareja de 16 años, explicó. Uno de los jóvenes que sufrió el robo declaró ante el funcionario judicial. “Se tiraron al agua, uno fue atrapado y el otro se pierde por el agua por eso se da cuenta a Prefectura”.

“Nosotros estábamos en la Costanera, en Balcarce y el Río, estábamos pescando y habían robado arriba. (Los policías) se confundieron y pensaron que eran los dos muchachos que estaban pescando cerca nuestro”, contó un pescador a un periodista de Canal 3. El joven prefirió no mostrar la cara y habló de espaldas a la cámara. Contó que seis policías abordaron a los hermanos Ponce y les pegaron. “Los chicos se tiraron al agua y (los agentes) les empezaron a tirar piedrazos”, agregó.

A Luis le costaba mantenerse a flote por el peso de la ropa. Volvió a la orilla y se agarró de la baranda de una escalera. “Pedíamos por favor ayuda para no ahogarnos, pero los policías nos gritaban ‘dale, ahogate, hijo de puta’”, denunció el joven. Los policías lo sacaron del agua y lo arrestaron.“Mi hermano había salido un poco y ya tenía el agua casi en las rodillas. Otro policía estaba cerca de él en la barranca, como a cinco metros. Ahí es cuando me llevan y yo le pregunto dónde estaba mi hermano, y uno me contestó ‘dejá de gritar que tu hermano se fue corriendo’”.

La foto

Luis pasó un día y medio en la comisaría. El domingo a la mañana se realizó la audiencia de imputación por el supuesto robo. “El defensor oficial Juan Pablo Nardín llegó a un acuerdo con el fiscal Mariano Ríos Artacho y quedó en libertad”, detalló una fuente de la Defensoría General de la provincia a Infojus Noticias. “En la audiencia, Luis se puso a llorar porque no sabía nada de su hermano”, agregó. El joven informó al Tribunal que tenía una lesión en la cabeza: cinco puntos de sutura que le habían provocado los piedrazos que le tiraron los agentes que lo detuvieron. El defensor pidió que se investigue el accionar de los policías.

De Alejandro no se supo más nada hasta el lunes a la tarde, cuando agentes de la Prefectura –que lo buscaban desde el viernes- encontraron el cuerpo flotando cerca de la orilla, cerca del muelle donde desapareció.

Los familiares de Kiki presentaron a la Justicia una foto en la que se ve a los dos hermanos nadando en el río y a un policía en la orilla. “¿Por qué lo tenían que matar?”, se preguntó Mirta, la madre de la víctima. “Si es culpable porque es ladrón, ¿lo tienen que matar así? Mi hijo no era chorro. Cómo lo van a matar. Les pedía ayuda para no ahogarse. La policía tuvo la posibilidad de sacarlo y no lo hizo", denunció a una radio local.

Modus operandi

La muerte de Ponce tiene similitudes con otros casos recientes: en octubre de 2014 Franco Casco desapareció después de estar detenido en la comisaría 7ª de Rosario. Una semana después su cuerpo apareció en el Paraná. La causa está siendo investigada en la Justicia Federal como “desparición forzada”. El 14 de agosto de este año, Gerardo “Pichón” Escobar -empleado municipal, de 23 años- fue visto por última vez después de ir a bailar a un boliche céntrico. A los pocos días apareció ahogado en el río. Por la muerte hay tres patovicas y dos policías detenidos.

“Sabemos que es un procedimiento que la Policía usa habitualmente”, explicó Ganón. “Llevan a los pibes hasta el río y los obligan a meterse. Los tienen con el agua hasta el cuello y les dicen: ‘si seguís jodiendo vas a terminar como Franco Casco o Pichón Escobar’”, agregó el defensor General.

La directora del Instituto Médico Legal de Rosario, Alicia Cadierno, confirmó que en los últimos meses se incrementaron los casos de jóvenes asesinados que fueron arrojados el río. “Sobre todo porque (el cadáver) desaparece estando sumergido, no hay forma de encontrarlo hasta que flota”, explicó la especialista –que tiene 37 años de trabajo en el Poder Judicial- en una entrevista que brindó dos meses atrás a Radio 2 de Rosario. “Hay que tener en cuenta el efecto arrastre por los fenómenos de la creciente. Puede no aparecer más si pasa los límites del río. Si llega al Río de la Plata no se rescata más”, agregó.

El jefe de la Unidad Fiscal de Homcidios, Adrián Spelta, sostuvo que se trata de un “nuevo modus operandi que llama la atención”.

A pesar de las denuncias de los familiares de las víctimas, las causas que involucran a policías suelen avanzar más lento. “En muchos casos, las víctimas ni siquiera animan a denunciarlo”, agregó Ganón.

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