Perpetua y cárcel común a dos represores por el crimen de un colimba
José Luis Rodríguez Diéguez estaba haciendo el servicio militar en Las Lajas, provincia de Neuquén, diez días antes del golpe de Estado. Sus padres recibieron un telegrama suyo en octubre de ese año. Y no supieron más de él. Los dos condenados fueron inmediatamente detenidos. Deberán cumplir las penas en prisiones comunes.
osé Luis vivía con sus padres en la Capital Federal y militaba en la Juventud Peronista.
"Me trasladan a Colonia Sarmiento Chubut. Estoy bien. José Luis". Fueron las palabras del telegrama que recibieron los padres del conscripto José Luis Rodríguez Diéguez el 13 de octubre de 1976. Nunca más volvieron a saber de su paradero. Hoy, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a los dos imputados del secuestro y homicidio del conscripto. Son el ex personal civil de Inteligencia militar del Batallón 601, Carlos Españadero; y el ex jefe del Regimiento de Infantería 25, Teófilo Saa. Ambos fueron inmediatamente detenidos, y deberán cumplir las penas en prisiones comunes.
José Luis vivía con sus padres en la Capital Federal y militaba en la Juventud Peronista cuando fue convocado para el cumplimiento del servicio militar obligatorio. Con 18 años, se incorporó al Regimiento de Infantería de Montaña 21 de Las Lajas, provincia de Neuquén el 16 de marzo de 1976. Después fue trasladado a Colonia Sarmiento, al sur de Chubut.
A cargo de los magistrados Pedro José de Diego, Enrique Jorge Guanziroli y Nora María Teresa Cabrera de Monella comenzó el juicio el 2 de diciembre. Es el tercero de lesa humanidad que se realiza en la provincia de Chubut. Durante el proceso judicial se realizó una inspección al Regimiento de Infantería 25 de Sarmiento, a 250 kilómetros de Comodoro Rivadavia.
El general retirado Saa y el mayor retirado Españadero cumplían funciones en el Batallón de Inteligencia 601 cuando ocurrió el hecho, el 19 de octubre de 1976. En el debate se investigaron los delitos de privación ilegal de la libertad agravada por la duración mayor de un mes y por ser funcionario público.
Uno de los testigos del juicio fue Graciela Lucía Bravo, que era la novia de José Luis cuando lo secuestraron. Desde Madrid, y por videoconferencia, identificó a Españadero alias “el mayor Peña” como uno de sus secuestradores.
La hermana de José Luis también declaró por videoconferencia. Lucía Rodríguez contó al tribunal que su hermano le escribió cartas mientras estaba en el servicio militar donde había expresado preocupación “por su integridad física”, pero también su deseo de volver con la esperanza de salir “por buena conducta”. Lucía también habló de la detención de su hermano en Devoto por 30 días, cuando participó de una manifestación convocada por Isabel Perón y luego suspendida.
En una de las audiencias, Rubén Gómez, dijo de su amigo José Luis: “Creo que era peronista lírico, peronista de Perón”. Gómez agregó que en al menos dos casos, quienes le escribieron durante su detención fueron víctimas de intimidaciones.
En la etapa de alegatos, la Fiscalía solicitó al tribunal la pena de prisión perpetua para los dos imputados y agregó que el cumplimiento se haga efectivo en cárcel común.
Durante la dictadura, la versión oficial fue que Rodríguez Diéguez había desertado a fines de octubre de 1976. La investigación de la instrucción del juicio estableció que en realidad había sido secuestrado.
De los 129 jóvenes conscriptos que permanecen desaparecidos de la última dictadura cívico militar, al menos 55 fueron catalogados por las autoridades militares como desertores.
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