Héctor Eduardo “Chabay” Ruiz fue intendente por casi 25 años de La Banda, la segunda ciudad en importancia de la provincia. El fin de semana estuvieron a punto de detenerlo en Pinamar, pero alguien lo alertó a tiempo y ahora creen que podría haber escapado a Brasil.
Hace dos semanas que Héctor Eduardo “Chabay” Ruiz, que fue intendente de la ciudad de La Banda por más de un cuarto de siglo, escapa de la justicia. La fiscal de esa localidad, Inés Presti de Munnar, pidió su captura porque las pruebas que colectó le alcanzan para pensar que es culpable de haber abusado sexualmente -con acceso carnal- de una empleada suya durante su gestión como jefe municipal por el Frente Renovador de Sergio Massa.
“Chabay”, como lo conocen todos, surgió del radicalismo, pero fue expulsado. Después tuvo un trayecto zigzagueante: fundó el partido provincial llamado “Movimiento Viable”, y luego pasó por el Frepaso, la Alianza, se afilió al peronismo y en 2003 se proclamó kirchnerista. El año pasado cruzó la vereda y se refugió en el Frente Renovador de Massa. Fue intendente por casi 25 años de La Banda, la segunda ciudad en importancia, a 7 kilómetros de la capital provincial. El 31 de noviembre de este año dejó su cargo y asumió como primer concejal, aunque siguió teniendo lazos con Pablo Mirolo, el actual intendente.
La Dirección de Investigaciones de la policía de Santiago y de La Banda -con la colaboración de la policía Bonaerense- estuvieron a punto de detenerlo en Pinamar, pero alguien lo alertó a tiempo y ahora creen que podría haber escapado a Brasil. “Hemos pedido al juez de garantías, viendo la gravedad de la acusación, y la conmoción social que ha provocado, que alerte a todas las fuerzas policiales y militares de frontera”, dijo a Infojus Noticias Francisco Cavallotti, el abogado de la mujer denunciante.
Ayer, unos minutos antes del mediodía, detuvieron a su novia de 24 años a la salida de un hipermercado de la capital santiagueña. “¿Qué tengo que ver yo, el me cagó y ahora está en Brasil?”, dijo entre sollozos mientras era esposada por la policía y llevada a declarar ante la fiscal Presti. Después, quedó detenida en la sede de la comisaría del menor y la mujer.
El atardecer del 22 de mayo de 2013, una mujer denunció en la policía de Santiago que ese mismo día, un par de horas antes, había sido violada por el intendente municipal en su propio despacho. Cuando el episodio trascendió en la prensa, el intendente dijo que todo se trataba de una farsa judicial para embarrar su carrera política.
Cavallotti, el abogado de la mujer, niega de plano el trasfondo político. “Es un tema jurídico, con una cantidad de pruebas que sus abogados han podido controlar y cuestionar. Y que una fiscal y un juez de garantías han considerado suficientes para pedir la captura. Él recurre a la politización de la causa porque no le queda otro camino”, dijo el letrado a esta agencia, y se refirió a una serie de pruebas.
La causa
La empresa Telecom, cuando dio la lista de llamados de ese día, encontró una comunicación a las 18:19 horas hecha desde el teléfono de la secretaría privada de la municipalidad hacia el teléfono celular de la denunciante. Además, enumeró el abogado, “el día de la denuncia el Cuerpo Médico Forense de la provincia hizo un examen físico y había huellas de compresión digito pulgar en los brazos. Una prueba que no fue cuestionada por sus abogados”. También mencionó un test psicológico del 3 de diciembre de 2013 que concluyó que el prófugo “padece de graves problemas para contener sus impulsos sexuales”.
Pero la prueba más contundente, para el abogado, es el hisopado de saliva fechado el 10 de julio de 2013. “En el examen de fluidos biológicos de mi representada no se detectó sangre ni semen, pero sí saliva. Y el hisopado determinó que es compatible con la saliva de Ruiz. Su abogado Guillermo Ruiz Albelda participó del acto, firmó el acta, y nunca lo cuestionó”, dijo Cavallotti.
Con ésos y otros elementos en el expediente, la fiscal Presti pidió hace dos semanas su detención. Pero ya era tarde: Ruiz ya había dejado de mostrarse en los lugares que frecuentaba. “Los parlamentos y los consejos deliberantes tienen que dejar de ser las guaridas de los funcionarios que delinquen”, se quejó el abogado querellante.
Mientras escapaba de la justicia, el prontuario judicial de Ruiz se engrosaba. Otra mujer, denunció que había abusado de ella estando embarazada y lo acusó además de darle dinero para silenciarla.
Una tercera mujer lo denunció por triplicado. Dos fueron por filiación extra matrimonial y la tercera por violencia laboral. La mujer contó que había sido nombrada con un cargo en el municipio a cambio de no denunciar que sus dos hijos son del ex intendente bandeño y dijo que algunos conocidos de Ruiz la habían amenazado durante años para que callara.
Las últimas pistas
La investigación judicial reconstruyó el periplo del el ex jefe comunal en las playas bonaerense. Habría llegado a Pinamar el 19 de diciembre en un automóvil Volkswagen Vento de color azul, dominio LIE-813, conducido por Josecito Zavalía, que había trabajado en su gestión en la Secretaría de Servicios Públicos.
Ahí se habría hospedado en el céntrico hotel Algeciras, sobre calle Libertador y Bunge para pasar la noche. Al día siguiente se habría ido a la casa que había alquilado ubicada en la calle Shaw y Los Sauces. El alquiler lo habría realizado Zavalía y luego lo selló en forma personal el mismo "Chabay" Ruiz con la propietaria del inmueble. De acuerdo al testimonio de la dueña, el ex intendente pagó en efectivo y le pidió que le extendiera el alquiler hasta el 15 de enero de 2015.
El 22 de diciembre, Alan Emanuel Lezcano, un mozo oriundo de la ciudad de Las Termas de Río Hondo que atendía un bar, reconoció a “Chabay” Ruiz acompañado de una chica joven con la que se besaba. Ruiz no tenía barba ni bigotes, y tenía el pelo corto.
El fin de semana pasado, dos divisiones de la policía santiagueña –con el apoyo de la policía Bonaerense- estuvieron por capturarlo. Llegaron a una casona de lujo en Pinamar, donde había estado pasando la Navidad junto a su joven novia de 24 años, Anahy Campos, mientras la justicia lo buscaba por abuso sexual. “Alguien le avisó 15 o 20 minutos antes de que allanara su casa la policía, a lo sumo media hora, porque se encontró el contrato de la casa a nombre suyo, una receta médica, un blíster de medicamentos y cosas personales, como ropa. Levantó lo que pudo y se fue: no terminó de armar la valija”, dijo a Infojus Noticias el abogado de la mujer denunciante.
Como Ruiz se escurrió a último momento, los investigadores cerraron el cerco sobre algunas de las personas que lo rodean: están convencidos de que lo ayudaron a escapar y lo asisten en la clandestinidad. Así fue como el domingo ayer detuvieron a su novia cuando salía de un paseo de compras. Las fuentes judiciales aseguraron tener probado a través de testimonios, cámaras de seguridad de comercios y el entorno familiar de Anahy Campos que había estado varios días junto al actual en Pinamar, en una casa por la que había pagado 9000 dólares en efectivo.