La fuerza policial, si bien admitió que en las causas que se siguen por las muertes de Lautaro Torres y de Exequiel Barraza hay dos agentes imputados por la supuesta comisión de "homicidio simple", destacó que se encuentran "en libertad", ya que "actuaron en legítima defensa".
La Policía cordobesa tildó esta tarde de "jóvenes delincuentes" a dos muchachos por cuyas muertes, en el marco de supuestos casos de "gatillo fácil", sus familiares concretarán una marcha el próximo miércoles.
Por medio de un comunicado, la Jefatura de Policía, que encabeza el comisario Julio César Suárez, aseguró que "el joven delincuente Lautaro Torres no sólo cometió el hecho, en perjuicio policial, a quien despojó de su teléfono, sino que hay confirmados cuatro hechos de similares características".
En el comunicado también se aludió a Lautaro Barraza, que, según la Policía, también "registraba antecedentes por asaltos a mano armada y robos en distintos puntos de la ciudad" de Córdoba.
La fuerza policial, si bien admitió que en las causas que se siguen por las muertes de Torres y de Barraza hay dos agentes imputados, respectivamente, por la supuesta comisión de "homicidio simple", destacó que se encuentran "en libertad", ya que "actuaron en legítima defensa".
En el caso de Torres (16 años), el sábado 19 de abril, a las 21, murió en la intersección de avenida Duarte Quirós y García Martínez, en el barrio Las Palmas, y según la versión de la policía todo comenzó cuando una agente, que no llevaba uniforme, caminaba y el joven armado intentó robarle el teléfono celular.
Según la misma versión, la agente (cuyo nombre no fue revelado) se identificó y luego comenzó un tiroteo que terminó cuando Lautaro recibió un balazo en el cuello y otro en el tórax, razón por la que fue traslado al Hospital de Urgencias, donde murió.
La versión de la familia del joven, en cambio, es que el adolescente se dirigía corriendo a comprar una tarjeta de teléfono (para recargar su celular), cuando la mujer, sin mediar ninguna circunstancia extraña, le disparó por la espalda.
El joven era hijo de Natalia Suárez, trabajadora sexual que tiempo atrás denunció a la Policía por inacción en un caso de supuesta apropiación ilegítima de la libertad en su contra, hecho denunciado por la Asociación de Mujeres Meretrices Córdoba.
En el caso de Barraza (20), cayó muerto a causa de cuatro balazos en la madrugada del 24 de marzo pasado, en el barrio 1º de Mayo, de la capital provincial, hecho por el cual está imputado un miembro de la división Homicidios de la Policía, Pablo Alvarez.
Barraza fue ultimado en la esquina de Callao y Medrano, en momentos en que Alvarez se encontraba, junto a su novia, en un auto, ocasión en la que, según la Policía, fueron abordados por dos presuntos asaltantes en sendas motocicletas.
Como consecuencia del tiroteo que se suscitó entre Alvarez, que aunque vestido de civil estaba armado, y los supuestos asaltantes, Barraza cayó malherido, fue internado y operado en el Hospital de Urgencias, de la capital cordobesa, donde murió.
De acuerdo con la versión de la Policía, a Barraza se le secuestró una pistola nueve milímetros, así como la moto en que se conducía, que tenía un pedido de secuestro, mientras que su compañero, aunque logró escapar, luego fue detenido.
Por su parte, Lorena Barraza dijo que a su hermano "lo mataron a quemarropa", dado que en el cuerpo había señales "de balazos, en los glúteos, en la espalda, en la ingle y en el abdomen".
La marcha, que partirá el miércoles, a las 18, desde Colón y General Paz, fue convocada por las familias de Torres y de Barraza, entre otras, para "denunciar públicamente que estos no son casos aislados puesto que la política del gobernador (José Manuel) De la Sota hacia la juventud de los sectores populares es la persecución, la criminalización y la represión"