Nueve de ellos están acusados de matar a golpes a Carlos Guirula el sábado pasado; los otros dos, de encubrir el crimen. El juez sospecha que hay más involucrados en el ocultamiento de pruebas.
El juez misionero que investiga el homicidio del albañil Carlos Guirula por una supuesta golpiza policial, notificó hoy la imputación a los 11 policías detenidos y continúa investigando si hubo más efectivos involucrados, informaron fuentes judiciales.
Si bien se esperaba que hoy le tomara declaración indagatoria a los imputados, el titular del Juzgado de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, decidió citar a todos, notificarlos de la imputación y su situación procesal y recibir la presentación formal de sus abogados defensores.
Al finalizar la presentación de los abogados, el juez Cardozo se negó a hablar con la prensa y sólo aclaró que busca conocer más detalles de lo sucedido en la madrugada del sábado último, antes de tomar las indagatorias.
La investigación judicial sospecha que además de los detenidos por su participación directa en el procedimiento y en la golpiza, hay otros efectivos involucrados en el ocultamiento de pruebas, situación que derivaría en una grave cadena de complicidades dentro de la fuerza policial.
Según las primeras investigaciones, de los 11 efectivos detenidos por el brutal crimen, nueve están acusados de participar en forma directa en el operativo que derivó en la detención y muerte de Guirula, en tanto que los restantes están acusados de encubrir el accionar de sus camaradas.
Entre los agentes que fueron llevados hoy ante el magistrado, están la oficial Lourdes Beatriz Tabarez, el sargento primero Claudio Marcelo Servián y el agente Carlos Da Silva, todos pertenecientes a la comisaría XIII, en cuya jurisdicción sucedió el hecho.
También comparecieron el oficial subayudante Carlos Alberto Sidorak; los cabos primero Lucas Nahuel Saravia, Sergio Damián Recalde y Ricardo Escobar; y los agentes Jorge Marcelo Bogado y Jorge Orlando Barrios, integrantes del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional uno.
De las pericias realizadas hasta el momento, surge que el albañil murió a causa de los golpes tras ser detenido en el hotel alojamiento ubicado en la esquina de las avenidas Andresito y Santa Catalina, en los suburbios de la capital misionera, al resistirse al arresto.
En tanto, la autopsia determinó que la muerte se produjo "por estallido y hemorragia pulmonar", como consecuencia de las violentos puntapies propinados a la víctima, que además le causaron hundimiento de tórax y fractura de varias costillas, según consta en el informe forense.
El hecho sucedió en la madrugada del sábado último, cuando un empleado del Park Motel, advirtió a la policía que un cliente se negaba a pagar el consumo y que además estaba produciendo "desórdenes" en el playón de acceso al albergue.
Inmediatamente llegó al lugar una patrulla de la Comisaría XIII con cuatro efectivos a bordo que no pudieron reducir a Guirula, que medía 1,90 metros y pesaba más de 100 kilos, y solicitaron refuerzo a la Unidad Regional Uno.
Tras el arribo de otros dos móviles, Guirula fue reducido, esposado y alojado en la caja de una camioneta Toyota Hilux, lugar donde se cree que sufrió la golpiza, ya que según las pericias, la víctima llegó sin vida a la dependencia policial.
El mismo domingo, el ministro de Gobierno, Jorge Franco, decidió separar de la fuerza a los nuevo uniformados involucrados en el operativo e iniciar un proceso de investigación interna a fin de determinar el grado de responsabilidad de cada uno de los uniformados que estaban de guardia la noche del sábado.
Es que tras las primeras pericias y a través de las pruebas de luminol, se comprobó que había rastros de sangre en la caja de la camioneta, que fue lavada con una hidrolavadora en el playón de la comisaría para ocultar los rastros, según revelaron fuentes judiciales.