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La Justicia cordobesa dictó hoy la prisión preventiva a Jorge Orellano, el ex policía detenido por su vinculación con la desaparición de Mariela Bortot. La mujer, de 40 años, fue vista por última vez en Inriville, su pueblo natal, el 25 de enero cuando salió a dar una caminata.

El fiscal Gustavo Zuchiatti, quien investiga el caso, confirmó al diario La Voz del Interior que Orellano fue imputado por el delito de "privación ilegítima de la libertad" y se dispuso que continúe detenido. Desde Marcos Juárez, donde estaba detenido hasta ahora, irá a la cárcel de Bouwer, en las afueras de Córdoba Capital.

Orellano, de 58 años, es el único imputado en la causa y está detenido desde el 6 de febrero pasado.  Hasta entonces trabajaba como jefe de seguridad del campo del intendente de Inriville, Marcos Rodrigué. El lugar es cercano al camino en el que desapareció Mariela y cerca de uno de los ríos que hay adentro se encontró una ojota de la mujer colgando de la rama de un árbol.

Fuentes de la investigación revelaron que también habría un video de la madrugada siguiente a la desaparición de Mariela y un testimonio que comprometerían a Orellano. En este sentido, se sospecha que el ex policía habría intentado algún tipo de acercamiento sentimental con la mujer, aunque sin éxito.

Mariela nació y se crio en Inriville, un pueblo construido en forma de damero. Allí trabajaba como empleada del bar de la estación de servicio YPF de Inriville, que está sobre la ruta. En el otro extremo del camino hay una Shell. De la investigación trascendió que la cámara de seguridad de esa estación muestra que en la madrugada siguiente a la desaparición de Mariela se observa en tres oportunidades al ex policía: se ve supuestamente que está todo embarrado y luego se lo observa con otra ropa.

Separada y madre de dos hijas adolescentes, Mariela salió el atardecer del 25 a caminar por las afueras del pueblo y desapareció sin dejar rastros. Tras la detención de Orellano, la Policía Científica comenzó un peritaje a su arma y al auto que utilizaba para desarrollar sus tareas de vigilancia, un Peugeot 206 gris propiedad de Rodrigué. Similar al que muchos testigos describieron como el que vieron a Mariela acercarse en uno de los caminos.