La decisión fue tomada por los doce integrantes del cuerpo, entre los que se encontraban un camionero, un cocinero y un docente. La ley vigente en la provincia de Buenos Aires establece que una pena de ese tipo debe votada en forma unánime.
Un joven fue condenado a prisión perpetua por el crimen de un policía cometido durante un robo el año pasado en la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere. Se convirtió en el primer juzgado por un jurado popular en la provincia de Buenos Aires al que se le aplicó la máxima pena al ser encontrado culpable de "homicidio criminis causa (cometido para ocultar otro delito y lograr la impunidad), agravado por alevosía (estado de indefensión de la víctima) y haber sido cometido contra un miembro de las fuerzas de seguridad".
El caso fue analizado por un jurado popular integrado por 12 ciudadanos, entre ellos, un camionero, un cocinero y un docente, quienes durante dos jornadas escucharon a los testigos, luego los alegatos de la fiscalía y de la defensa y finalmente resolvieron declarar "culpable" a Brian Leonel Barros, alias "Canguro", por la muerte del policía Sebastian Herrera. Ambos tenían 22 años.
Para el fiscal Alfredo Luppino, la condena tuvo particular relevancia porque, de acuerdo a la ley de juicio por jurados vigente en la provincia de Buenos Aires, se exige un veredicto unánime de los 12 ciudadanos cuando la calificación legal que sustenta la acusación tuviera prevista la pena de prisión o reclusión perpetua.
"Es una muy buena señal para la sociedad la decisión del jurado porque con los testimonios que se escucharon en las audiencias fue suficiente para declarar la culpabilidad contra el acusado, que acribilló al oficial Herrera sin ser necesario haberlo hecho porque ya estaba herido", sostuvo el fiscal y precisó que "el policía ya estaba baleado y tirado en el piso cuando 'Canguro', junto a otro cómplice, lo remataron con otros dos disparos por la espalda para llevarse su arma reglamentaria".
Entre los testigos que escuchó el tribunal hubo uno reservado que vio cómo el acusado acribillaba a su víctima “con saña y sin necesidad", remarcó Luppino.
El crimen de Herrera, que hacía solo seis meses que había ingresado a la Policía bonaerense, ocurrió la tarde del 15 de septiembre de 2014, alrededor de las 16, en el cruce de Del Tejar y Eduardo Sáenz, en Laferrere, partido de La Matanza. Todo comenzó cuando Herrera, que hacía diligencias judiciales, fue interceptado por dos ladrones que iban a bordo de una moto.
Uno de los asaltantes descendió del rodado y efectuó tres disparos que impactaron en el cuerpo del joven policía, quien fue rematado en el piso y murió casi en el acto como consecuencia de las lesiones sufridas.
"Se bajaron directamente para matarlo" con el objetivo de robarle su pistola, dijo por entonces un testigo a los investigadores. Luego los delincuentes huyeron en la moto tipo enduro con el arma reglamentaria de Herrera.
Los vecinos llamaron al número de emergencias 911 y personal de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI), que patrullaba la zona logró detener a los dos sospechosos.
Desde que comenzaron los juicios por jurados en marzo, hasta el 15 de octubre se realizaron 27 debates en los distintos departamentos judiciales, de los cuales 13 terminaron en condena y 14 en absolución, según datos de la Asociación Argentina de Juicio por Jurados
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