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A Mariano Hernán Ruiz lo detuvieron en agosto de 2013 en un departamento del barrio porteño de Recoleta, donde vivía con su pareja. Lo acusan de proveer armamento y lavar dinero de la venta de drogas de la banda Los Monos. Es uno de los 35 procesados por asociación ilícita y tenencia de armas en la investigación más importante de la Justicia santafesina. Ayer, el hombre de 38 años abandonó la cárcel de Piñeiro después de pagar 200 mil pesos de fianza. El juez Juan Carlos Vienna consideró que “no afectará los fines del proceso” y le permitirá llegar al juicio en libertad.

-¿Sabés qué necesito?- dijo el “Monchi” Ramón Machuca, uno de los jefes de Los Monos- Un cargador de Thunder Bersa de 17. Y comprame confites de 9 (por balas 9mm), después comprame dos de 4 y medio y dos de 40.

-Dale, yo me encargo.

Ruiz estaba en su casa. Hacía dos días que se sentía descompuesto. A pesar de eso, se hizo cargo del pedido. A la tarde llamó a Monchi y le avisó que a las siete y media, ocho de la tarde, tendría lo que necesitaba. Era el 28 de mayo de 2013. Dos días antes, en la puerta de un boliche de Villa Gobernador Gálvez había sido asesinado Claudio el “Pájaro” Cantero y las calles de Rosario eran el escenario de una guerra privada. En menos de 48 horas tres personas habían sido asesinadas en venganza por el crimen del jefe. Monchi Machuca, hermano de crianza de Cantero, coordinaba los ataques.

Esa tarde, la camioneta en la que viajaba la familia de Milton César –el joven señalado como el asesino del Pájaro- recibió una lluvia de balas. Monchi llamó a Ruiz, que tenía contactos en la policía provincial, para que averiguara el resultado del ataque.

-El Nahuel y el apellido que ya sabés, fallecido; la madre, fallecida; y hay uno grave, un tercero, que no lo habían identificado todavía- informó.

Ruiz era un eslabón clave en el engranaje de Los Monos. Además de conseguir las armas y las municiones tenía otras tareas logísticas. Por ejemplo, la de conseguir viviendas temporales para los jefes de la banda y comprar los plásticos para guardar la cocaína. Según consta en el expediente en noviembre de 2011, gastó casi 3 millones de pesos en veinte mil “envases de polietileno con tapa”.

Sus contactos con policías provinciales y agentes de la Prefectura le permitían enterarse de los operativos con cierta anticipación. El 30 de mayo de 2013, le avisó a Monchi: “Ahí me llamó el pibe de Automotores, el PIPA, ¿viste? Me dijo que los de Automotores querían ir para un tal Pasaje Blanco, donde dicen que hay autos de alta gama, motos, no sé si es de ustedes”. “Después lo franeleamos un poco, lo aceitamos un poco al... porque él es sub, mi amigo, ¿viste?”, agregó.

Según consta en el expediente, Ruiz también era el encargado de “gestionar cuentas bancarias y tarjetas de crédito, gestionar declaraciones juradas de bienes de los integrantes de la asociación y demás registros contables, asesorar, organizar y llevar a cabo las gestiones formales de compra y registro de bienes con el producto o provecho de los delitos de referencia, y la constitución de testaferros”.

El 22 de agosto de 2013 fue detenido por la Tropa de Operaciones Especiales de la Policía de Santa Fe cuando salía de un lujoso edificio en el barrio de Recoleta. A fines del mes pasado, sus abogados presentaron un pedido de sustitución de prisión. Argumentaron que no hay motivos para sospechar que pueda fugarse o alterar el curso de la investigación. El juez Vienna aceptó el planteo y le fijó una fianza de 200 mil pesos. Le impuso algunas restricciones: no puede cruzar los límites Rosario ni salir por las noches. Además, debe presentarse todos los lunes en el Juzgado.