Roberto Arrieta recibió una bala de goma en el estómago y murió camino al hospital. Quien disparó fue el policía Jonatan Emanuel Puebla, que está detenido. El joven había ido a reclamar que un patrullero le había chocado su moto. Hoy familiares y amigos encabezaron una marcha por el centro de San Lorenzo en reclamo de justicia.
En el frente de la comisaría de Puerto San Martín, en el sur de Santa Fe, Roberto Arrieta recibió una bala de goma en el estómago y cayó al piso. A menos de dos metros, el policía Jonatan Emanuel Puebla, de 25 años, sostenía la Ithaca anti tumulto que acababa de disparar. A un mes de la muerte del joven de 22 años, sus familiares y amigos encabezaron esta tarde una marcha por el centro de la ciudad de San Lorenzo, donde están los tribunales, en reclamo de justicia.
La movilización partió a las 18 desde avenida San Martín y Urquiza, la “esquina de los bancos”, en el centro de Puerto San Martín. Al frente, un grupo sostenía una bandera blanca con letras negras: “Justicia por Rober”. Debajo había otro mensaje: “No al gatillo fácil – No al abuso de autoridad”. Algunos amigos del joven asesinado acompañaron la marcha con bombos y redoblantes. Detrás, una Traffic blanca transmitía consignas a través de los altoparlantes.
El objetivo de movilización fue impulsar la investigación judicial. “Por ahora la investigación está avanzando bien”, dijo a Infojus Noticias Mauro Arrieta, de 24 años, hermano de Roberto. A un mes del crimen del joven, la fiscal Karina Bartocci todavía no recibió el resultado de las pericias balísticas.
El único imputado en la causa es el agente que disparó, que está detenido con prisión preventiva. "Lo que tenemos entendido es que hay pruebas muy contundentes y podríamos tener la posibilidad que el juicio sea este año", explicó a una radio rosarina Mario González, suegro de Roberto.
Un fanático de las motos
Roberto vivía con sus padres y sus cuatro hermanos en Aldao, un pueblo de 800 habitantes pegado a Puerto General San Martín. Su pasión eran las motos: le gustaba andar rápido y correr picadas en el autódromo. El 6 de septiembre festejó su cumpleaños número 22 en familia. Por la tarde fue con Romina, su novia, a comprar unos pollos para comer a la noche. En el camino se cruzaron con un operativo de tránsito. Roberto dobló una cuadra antes para evitarlo porque no llevaba casco.
“Cuando dobló, un policía motorizado, de apellido Pucheta, lo empezó a seguir. Al llegar a la esquina de San Martín y Córdoba, a dos cuadras de la comisaría, les dio de atrás y los tumbó a los dos”, detalló Mauro. Romina quedó tendida en el piso. El lugar se llenó de gente. Roberto, que apenas había sufrido un raspón en la rodilla, discutió con uno de los dos policías.
—Vos nos chocaste—le recriminaba el joven.
—No pude frenar— intentó justificar el agente.
La discusión subió de tono.
—A mí no mes vas a venir a prepotear…
—Si me querés pegar— le dijo el policía
—¿Vos pensás que yo te voy a pegar a vos? Vos sos la ley, yo a vos no te voy a pegar. Te voy a venir a hablar como yo se hablar.
El video, grabado por uno de los vecinos que se acercó a ver la escena, es una de las pruebas que constan en el expediente. La grabación permitió desmentir la versión policial, que sostenía que el joven loa había atacado.
“Cuando yo llegué ya estaba la ambulancia, donde la estaban atendiendo a Romina. Le hago señas a mi hermano para ver si estaba bien y me levantó el pulgar. Entonces me fui corriendo para la comisaría, a dos cuadras”, explicó Mauro. Frente a la seccional se fueron agolpando amigos y familiares de Roberto. Querían saber el nombre del policía que había chocado a los dos jóvenes.
Al rato llegaron Roberto y Romina. “Fue a hacer la denuncia y a buscar la moto que le habían llevado. Ahí los policías lo forrearon, no le querían tomar la denuncia, le hablaban mal”, contó Mauro. En la puerta la discusión fue subiendo de tono.
El agente Puebla salió con una escopeta antitumultos y disparó al aire. La gente lo insultó. “Dio dos pasos y se tropezó con una moto secuestrada y cayó al piso. Cuando se reincorporó montó de nuevo la Ithaca y le apuntó a la hijita del suegro de mi hermano. Roberto salió de la comisaría y le dijo: ‘Si sos guapito por qué no me disparás a mí’. El policía levantó el arma y le tiró en el pecho a menos de cincuenta centímetros”, agregó.
Roberto se agarró el estómago y cayó al piso. Agonizo unos minutos hasta que los policías lo cargaron en una camioneta. Murió camino al hospital.
SO/RA