La Justicia preparó un operativo para encontrar a tres miembros prófugos de la banda narco. Entre ellos estaba Juan Domingo Ramírez. Está sospechado de manejar bunkers de venta de drogas y formar parte del grupo de sicarios. En enero lo atraparon pero se escapó.
Durante varios días, la Justicia preparó el operativo para encontrar a tres miembros de Los Monos prófugos. Entre ellos estaba Juan Domingo Ramírez, sospechado de manejar búnkers de venta de drogas y formar parte del grupo de sicarios. El hombre, de 39 años, ya se había escapado de la policía santafesina en seis oportunidades. Cuando lograron atraparlo, en enero de este año, se escapó a las pocas horas. “Mañana va a haber novedades importantes”, anticipó ayer a Infojus Noticias uno de los funcionarios judiciales rosarinos que investiga al clan de los Cantero. Esta mañana, los policías que ingresaron en una casa de la zona sur no hallaron a Ramírez, pero encontraron 16 kilos de cocaína y armas de fuego y detuvieron a tres personas.
“Tenemos que averiguar si estas personas están vinculadas a la banda. Nosotros llegamos a esa casas por la investigación de Los Monos”, explicó a Infojus Noticias la fiscal Cristina Herrera, miembro del equipo de investigación judicial.
En la causa en la que se investiga a Los Monos por “asociación ilícita agravada” y otros delitos hay 35 personas procesadas (entre los que se encuentran siete policías) y seis prófugos. El expediente -de 76 cuerpos de 200 fojas cada uno- ya está en manos de la Cámara Penal, que deberá resolver la apelación de las defensas. En caso de confirmarse los procesamientos, la causa quedaría a un paso de la elevación a juicio oral. Mientras la Cámara resuelve, el juez Juan Carlos Vienna y el equipo especial de fiscales que coordina Guillermo Camporini continúan investigando a la banda.
Esta mañana, el magistrado ordenó un nuevo operativo para dar con los tres principales prófugos de la causa: Ariel Máximo Cantero, alias “El Ariel”, padre de Claudio “Pájaro” Cantero, el jefe narco asesinado el año pasado; Ramón Machuca, alias “Monchi Cantero” –hijo de crianza de “El Ariel”-; y Juan Domingo Ramírez, supuesto sicario de la banda.
Al llegar a la vivienda de Uruguay al 3900 –se trata de dos casas unidas por un patio-, en la zona sur de Rosario, los policías de la División Judiciales de la Unidad Regional II no encontró rastros de los tres prófugos. En la casa de adelante vivía un joven de entre 27 y 30 años con su mujer y tres hijos. Allí se encontraron dos armas de fuego. El hombre quedó detenido a disposición del Juzgado de Instrucción N°4. En la vivienda de atrás, en un galpón, la policía halló 16 kilos de cocaína distribuidos en varias bolsas, se detuvo a dos hombres y se dio intervención a la Justicia Federal por el hallazgo de drogas.
Según indicó la fiscal, los investigadores manejan diferentes hipótesis sobre los prófugos: “algunos dicen que estarían escondidos en las islas, otros dicen que ya se fueron del país, otros que están en Rosario. Yo no creo que se hayan ido del país”, dijo Herrera.
El núcleo duro de la banda
De los seis prófugos, Ramón Machuca y Ariel Cantero forman parte del núcleo duro de la banda. Juan Domingo Ramírez, el sicario, se convirtió una obsesión para los investigadores por su notable capacidad para escapar. Vienna llegó a conocerlo en profundidad pero nunca pudo verlo en persona. Escuchó su voz -así descubrió que era el encargado de al menos cuatro kioscos de drogas de la banda, que manejaba dinero de la organización y que cumplía tareas como sicario- y vio varias fotos suyas –se enteró que medía 1,75m y pesaba casi 100 kilos-, pero nunca lo conoció en persona.
El juez ordenó seis allanamientos para capturarlo. Secuestró cuatro vehículos y tres motos pero nunca pudo encontrar a Ramírez. Finalmente la División Judiciales de la Policía lo atrapó en enero de este año cuando regresó a Rosario de Chaco, donde estaba prófugo, para visitar a su padre.
El supuesto sicario estuvo detenido en una dependencia de Judiciales durante nueve horas. “Lo dejaron esposado a una escalera de hierro de una mano, para que con la otra pudiera tomar agua y comer”, explicó una fuente policial a Infojus Noticias en aquel momento. A las siete de la mañana Ramírez desapareció de la dependencia policial. Los dos policías que lo custodiaban dijeron que el hombre “se zafó de las esposas”, golpeó a uno de ellos y huyó.