Dos jóvenes fueron asesinados a balazos el domingo en Villa Gobernador Gálvez, frente a un sitio de venta de drogas. Uno de ellos era, según el relato de una mujer detenida, un testigo clave en una causa. Detrás de los hechos se cruzan investigaciones y versiones contrapuestas.
El domingo a la noche Jesús María Santa Cruz, de 16 años, y David Saúl Ibba, de 23, fueron asesinados a tiros frente a un búnker de drogas de Villa Gobernador Gálvez, una localidad vecina a Rosario. La policía dijo que se trató de un enfrentamiento por el negocio. Norma Acosta, esposa de uno de los presos asesinados en la Alcaidía de Rosario -y condenada hace algunos días en una causa por narcotráfico- contó que el joven de 23 años era un “testigo clave” en una causa en la que se investigan irregularidades en un operativo policial. “No era soldadito ni guardaespaldas de nadie. Lo mataron porque yo lo protegía para que declarara en la causa”, dijo la mujer a Infojus Noticias.
En el doble homicidio del fin de semana se cruzan tres causas judiciales que involucran a narcos y policías. La primera surgió a partir del allanamiento a una chacra de Alvear, al sur del departamento Rosario, el 4 de abril. El juez Juan Carlos Vienna sospechaba que allí estaba el botín de un robo a una casa de electrodomésticos. En la chacra no hallaron lo que buscaban, pero encontraron armas, drogas y dinero en cantidad. Días después, el magistrado se reunió con la fiscal Lucía Araoz y los abogados defensores para ver la filmación: “Nos quedamos espantados –explicó la fiscal a Infojus Noticias-. En uno de los videos se ve que hay una bolsa negra de consorcio sobre la mesa. Un policía la abre, grita “¡Bingo!” y sale corriendo”.
David Ibba -el joven asesinado el domingo pasado- trabajaba como casero en la chacra de Alvear. Estaba en pareja con la prima del Japo Miguel Saboldi, uno de los seis detenidos. Según denunció la mujer del Japo, Norma Acosta, la noche previa al allanamiento un grupo de policías secuestró a Ibba y “plantó la droga” en la chacra. “El operativo estuvo plagado de irregularidades. La policía le dijo al juez que ahí había electrodomésticos pero no encontraron nada. La droga y las armas fueron plantadas”, coincidió Marcos Cella, abogado de la pareja dueña de la chacra. Después del allanamiento, la causa se dividió en tres: una por acopio de armas, otra por la tenencia de drogas (en la Justicia federal) y una tercera para investigar las irregularidades policiales.
El 12 de abril, ocho días después de su detención, el Japo Saboldi fue asesinado en un enfrentamiento en la Alcaidía de Rosario, que terminó con el incendio de uno de los pabellones. En aquel momento Norma Acosta acusó a Luis Orlando Pollo Bassi de mandar a matar a su esposo. Todos conocen al Pollo Bassi en Villa Gobernador Gálvez. Formó parte de la barrabrava de Newell’s hasta que se enemistó con su líder, el panadero Diego Ochoa. Desde hace años el Pollo es señalado en voz baja como el capo de la droga en su ciudad y en parte de la zona sur de Rosario. El rumor señala a una remisería familiar como la fachada de la supuesta organización. Desde hace dos meses está prófugo en una megacausa narco.
El domingo pasado, en la puerta en un búnker que habría pertenecido al Pollo Bassi aparecieron muertos Jesús María Santa Cruz y David Ibba. Fuentes policiales dijeron que Ibba intentó asaltar el kiosquito que cuidaba Santa María. Los dos habrían muerto en un presunto tiroteo.
Pero Norma Acosta desmintió la versión policial: “David era un pibe indigente, no tenía un peso. No vendía droga ni era guardaespaldas de nadie. Fue a comprar un porro, lo reconocieron y lo asesinaron. Y después fingieron un enfrentamiento”, dijo. Y agregó: “Lo mataron porque yo lo protegía para que declarara en la causa de la chacra”.