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Carlos Alberto Fernández tiene 43 años y una prohibición: durante los próximos tres años no podrá vivir en Amenábar, la localidad santafesina en la cometió un robo. Así lo resolvió la justicia de esa provincia en el marco de un juicio abreviado por robo calificado, en el que fue condenado a 3 años de ejecución condicional por ese delito. Como parte del acuerdo de su pena, Fernández debió comprar una notebook para la víctima del robo y una memoria de 32 gb para el Ministerio Público de Acusación (MPA) de Santa Fe, entre otras pautas. “Este caso reviste determinadas particulares”, dijo aInfojus Noticias el fiscal Mauricio Clavero para explicar la condena. “Tiene que ver con un juicio abreviado en el que se determinó la condena y con medidas, que están contempladas en el art 27 bis del Código Penal argentino”, agregó.

Entre las “particularidades” que reviste el caso y que enumera Clavero está “la condición del pueblo, que es pequeño, tiene una población de 1800 habitantes y la cercanía entre las casas víctima y el victimario, a la vuelta uno de otro”. Para el fiscal, “todo fue considerado” tanto por la Fiscalía, como la defensa del acusado y la jueza, “como necesario para recomponer la paz social en el pueblo, para que la comunidad recupere su tranquilidad”, agregó.

"En comunidades tan pequeñas y en las que no ocurren delitos de manera frecuente, la prohibición al condenado de vivir en el lugar, es valorado por los vecinos", afirmó Clavero. "Ellos mismos me manifestaron que si una persona relacionada al delito se tiene que ir por un tiempo, se sienten más seguros y recuperan la tranquilidad luego de la conmoción que genera cualquier hecho delictivo en lugares tan chicos", agregó.

Amenábar está ubicada dentro del departamento de Gral. López, a la vera de la ruta 94. Su actividad principal está vinculada al campo. La tranquilidad es una de las marcas del lugar en el que en julio se produjo el robo de una casa.  "El robo cometido por Fernández ocurrió entre las 21:30 del sábado 11 de julio y las 7:00 de la mañana del domingo 12 ", detalló Clavero. Y agregó que el hombre se llevó "dinero en efectivo; dos notebook; una tablet; un celular; una cámara digital de fotos; y un GPS; joyas, alhajas y un reloj”. Gran parte de eso fue recuperado y devuelto a la víctima, a la que también se le dio una notebook nueva que Fernández debió reponer, como parte de la pena que se acordó.

Junto con la prohibición de vivir en Amenábar, y en la vecina localidad de Sancti Spiritu, y la compra de la notebook, la resolución de la jueza Lorena Garini estableció una serie de conductas para Fernández, a raíz del pedido de Clavero y en las que estuvo de acuerdo el defensor del acusado. A raíz de estas Fernández, durante los tres años que dura su condena condicional, podrá ir sólo tres días al mes a Amenábar, en caso de querer visitar a su madre o a su hermano, que viven allí. Y durante esos días deberá informar a la policía el tiempo de su estadía, el lugar en el que permanecerá e ir a la subcomisaría local cada seis horas.

También se le prohibió el acercamiento y contacto con la víctima y su vivienda, que fije su domicilio en otro lugar y que se vincule al patronato de la dirección Post Penintenciaria. Durante un año deberá donar dos latas de alimento por mes al hospital local de Amenábar y adoptar un oficio, arte, industria o profesión y abstenerse del uso de estupefacientes o bebidas alcohólicas. Por otra parte deberá entregar una memoria de 32 GB para el Ministerio Público de Acusación (MPA). “Se está tratando de armar un área de investigación y juicio que tiene que ver con la realización de medidas en el ámbito de violencia de género, para eso se adquirió una cámara digital y la memoria –que se le pidió a Fernández es para eso, es algo en cierta forma altruista”, concluyó el fiscal.

CD/PW