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Johana Devia, de 20 años, vive en una casa precaria en Rodríguez al 1800, en el norte de Río Cuarto, Córdoba. El 14 de abril de este año dio a luz a una nena que llamó Thalía. La anotó con su apellido porque el padre no la reconoció. Cuidaban de la beba Johana y su mamá, de 42. La salud de la chiquita empezó a deteriorarse y Johana se hizo conocida en su provincia cuando los medios locales repitieron imágenes suyas pidiendo ayuda. Entre visitas a la salita médica del barrio, la nena se ponía cada vez más flaca.

El domingo 21 de julio, Thalía tenía fiebre alta y le costaba respirar. Johana llevó a su hija de tres meses al Hospital San Antonio de Padua, donde los médicos advirtieron que la nena tenía fracturas en los brazos. Le dijeron a Johana que su  hija sufría una infección grave y un cuadro de desnutrición avanzado. Un análisis arrojó que Thalía tenía además sífilis congénita, que se había contagiado de la madre durante el embarazo. Los médicos internaron a la beba en terapia intensiva.

Rápidamente, el drama de Johana dio un giro inesperado y se convirtió en una causa judicial que la tuvo como principal sospechosa. El fiscal de Instrucción y Familia N° 4, Julio Rivero, dudó de las lesiones en los brazos de la pequeña Thalía y pidió la detención de su madre. Durante la indagatoria, la mujer negó una y otra vez haber golpeado a su hija.

Pero el fiscal efectuó otra acusación, menos frecuente: consideró que Thalía tenía sífilis por culpa de su madre. Rivero imputó a Johana por “contagio de enfermedad venérea”, un delito previsto en la Ley N° 12.331 de Profilaxis, de 1936, que conlleva una pena de entre tres y quince años de prisión.

En la madrugada del jueves pasado, la pequeña Thalía Devia falleció de un paro cardiorrespiratorio. La imputación de Johana se amplió a “homicidio calificado por el vínculo”, con penas de prisión perpetua. También declaró la abuela, que fue detenida y liberada en pocas horas.

El viernes, las pericias médicas arrojaron una nueva posibilidad. En conferencia de prensa, Rivero explicó que las fracturas podrían haberse originado por la enfermedad misma. Tampoco encontraron en el cuerpo de Thalía moretones o golpes que permitieran pensar en lesiones intencionales. Hoy, Johana declaró nuevamente ante el fiscal y volvió a negar las acusaciones.

 “Le estamos reprochando que ella le transmitió esta enfermedad a su hija a sabiendas, mediante un comportamiento despreocupado o irresponsable”, explicó a Infojus Noticias el fiscal Rivero. “Es un caso que va a ameritar ver bien el elemento subjetivo, o sea, la intensión, tengo que saber si ella era consciente, si se sabía tratar”, apuntó el fiscal, que ya pidió pericias psicológicas y psiquiátricas, así como un informe ambiental y socio-vecinal. “Lo de vulnerabilidad social es un condimento y no puedo mirar para otro lado, pero tampoco me puedo adelantar”, señaló.

Johana continúa detenida. “Calculo que a fines de esta semana se va a definir su situación procesal”, adelantó Rivero. “Vamos a determinar si es una persona procesalmente peligrosa”, dijo.

Infojus Noticias habló con personal del Hospital. Explicaron que es poco frecuente ver casos de sífilis en bebés. “Casi seguro que se contagió en el parto, pero en un embarazo controlado se habría evitado el contagio. Son controles básicos, de rutina”, explicó un médico del área de terapia intensiva de pediatría, donde estuvo Johana.

Las pericias ordenadas por el fiscal Rivero apuntan a conocer el grado de vulnerabilidad de la familia de Thalía, lo que podría haber sido un verdadero impedimento para que Johana recibiera atención médica a la hora de parir.

Sobre la posibilidad de que la misma enfermedad haya ocasionado las fracturas, el médico señaló: “Es difícil determinarlo, la enfermedad tiene distintas etapas y puede provocar fragilidad ósea. Pero para infringir la fractura, tiene que haber una fuerza externa que la provoque.”