Un grupo de vecinos le pisa la cabeza al conductor de una moto, mientras su vehículo arde y él intenta mostrar su DNI para probar que no es ladrón. "Hay que golpearlos por las dudas", dice otro. Crónica de un noche violenta.
Hay una moto prendiéndose fuego en medio de la noche. Está tirada en una esquina de barrio Nueva Córdoba, donde viven los estudiantes, y las lenguas de fuego que la envuelven iluminan las caras de varias personas que saltan y aplauden a su alrededor. Más allá está el conductor de la moto, tirado de boca sobre la vereda, sin moverse. Parece muerto. Alguien le pisa la cabeza y dice, que “acá somos gente de bien que tiene que defenderse sola”.
La televisión transmite la escena. Lo acusan de ser uno de los tantos que a la medianoche pasean en moto saqueando negocios, ante la ausencia total de policías en las calles, acuartelados por un reclamo salarial. Al menos tres escenas así sucedieron anoche en el mismo barrio, y todas quedaron registradas en los teléfonos móviles de sus jóvenes vecinos.
Yair B., que vive en el lugar, lo describe así en su cuenta de Facebook. “’Hay que golpearlos por las dudas", gritaban varias voces en la esquina de mi casa. Escuché horrorizado desde mi ventana y bajé corriendo con mis hermanos a ver qué pasaba y ahí me encontré con el escenario más perverso: pibes de Nueva Córdoba festejando con aplausos y silbidos mientras otros 50 vecinos de este barrio cagaban a palos a dos muchachos portadores de rostro que pasaban en moto por acá. ‘Yo no soy chorro’, gritaba desesperado el conductor de la moto y, con la mano que le quedaba libre, mostraba su DNI... ‘Hay que golpearlos por las dudas’, seguían gritando algunos mientras los otros destrozaban la moto de estos chicos”.
Más adelante, escribe: “Sigo en mi departamento, en compañía de dos amigos que no pueden volverse a sus casas. Y, a pesar de que ahora una patrulla de vecinos se organizó para custodiarnos la cuadra toda la noche, el miedo no deja de sacudirme el cuerpo”.
Otro video que circula en la web muestra a los vecinos en acción. La filmación es tomada desde un edificio, se oyen gritos y se ve gente correr detrás de alguien. “Ahí va, ahí va!”, dice el que filma, y hay mas gritos parecidos. Cuando lo alcanzan, el sonido del video cambia: pasa de la estridencia de los gritos a la aprobación de los aplausos.